miércoles, 12 de octubre de 2011

Capítulo 22: Take this to your grave

Me metí a la cama y cerré los ojos, intentando dormir, lo cual no fue tarea fácil. En fin, es comprensible. ¿Quién podría dormir después de la emoción de ver a tu grupo en directo? Al menos yo no.
Apreté los párpados con más fuerza repitiéndome "Venga, Frank. Duérmete" hasta que me empezaron a doler los ojos de la fuerza con la que los cerraba.
Y de repente, cuando estaba a punto de dormirme, empecé a pensar en Gerard y ese momento.
"Dios... Y es que ya nada sigue igual, toda mi vida cambió, pero lo peor no es eso, si no que tú cambiaste con ella, llevándote lo único que me ataba a la realidad, pero a la vez lo que me ataba a la irrealidad. Te llevabas el lugar al que me solía escapar en momentos difíciles. Y te odio por ello. Te odio y te amo a la vez... Es todo tan contradictorio... Sólo necesito tenerte entre mis brazos para poder olvidar todos mis males, pero si tuviera la oportunidad, también confieso que querría  ahogarte hasta que te murieras. Me haces un lío, pero también sólo tú puedes aclararme las ideas. Tienes la llave que me abre y también el candado que me cierra. Eso no es justo. Me manejas a tu gusto, y ya soy lo suficientemente mayorcito como para manejarme solo. Posees todo control sobre mi, y eso no está bien porque todos necesitamos un mínimo de intimidad, un lugar en el que nadie te pueda controlar. Tú me has dejado sin esos. Te deseo, a veces más sin vida que con ella, pero te deseo, a mi lado, perteneciendo a mi igual que yo pertenezco a ti. Te echo de menos cuando estás incluso a mi lado y aún así quiero que te vallas y nunca vuelvas a mi. Porque me estás consumiendo, y a la vez me reparas..."
Comencé a murmurar la letra de I don´t love you y de vez en cuando pensaba "Maldito hijo de perra" o "Puto Gerard" dando pequeños puñetazos a la almohada o a mis piernas, puñetazos sin fuerza, porque cuando me deprimía no la tenía, pero con mucha rabia, mientras que las lágrimas caían por mi rostro.
Pasaron veinte largos minutos al cabo de los cuales conseguí quedarme dormido.
Aquella noche tuve otra de mis comunes pesadillas. Soñé, como de costumbre cada vez que... "lo" hacía, con sexo. Y sí, en el sueño salía yo.Y sí, Gerard también. Pero, no. Aquel acto de placer, aquella muestra de amor no era entre nosotros dos, si no entre Gerard y muchas chicas. Estaban Javiera, la amiga de María (nunca me acuerdo de su nombre), Raquel, Claudia, Alba...

Me desperté empapado en sudor, jadeando, con los ojos cerrados tratando de tranquilizarme y diciéndome a mi mismo "Tranquilo, ya pasó". Abrí los ojos y miré a mi al rededor; Ray dormía plácidamente, con las sábanas cubriéndole la nariz. Traté de recordar la última vez que realmente había dormido bien, pero la memoria no me alcanzaba a tales tiempos.

Cogí mi móvil y marqué el número de Javiera.

-¿Sí?- Contestó una aturdida voz tras siete pitidos.
-Javiera, soy Frank.
-Frank, querido, son las seis de la mañana.
-Lo sé.
-¿Pasa algo?
-Más o menos.
-Hacemos una cosa,- Propuso.- Quedamos a las cuatro después de clase, ¿vale?
-Vale, en el café de la esquina, ¿de acuerdo?
-Sí.
-Adiós, gracias.
-Un beso.

Colgué el teléfono.

"Ya es hora de que vivas tu vida y dejes de depender de él" Me dije. Y tenía razón. Maldita sea, tenía toda la puta razón. Pero eran palabras, no más. No había hechos, y, sinceramente dudaba que fuese a haberlos, porque lo fácil es decirlo, y lo difícil, prácticamente imposible, por desgracia, es hacerlo.

Pasaron las horas y con ellas las aburridas e interminables explicaciones de los profesores. Estuve evitando a Gerard todo el día, lo cual no fue nada fácil. Cuando sonó la última campanada que indicaba el fin de la jornada escolar me fui a la habitación a cambiarme de ropa.

Cerré la puerta al entrar. Abrí el armario y cogí una camiseta de Decaydance negra y me puse una sudadera del mismo color de Jack Skellington, ya que había empeorado el temporal.

"Don´t wanna be an american idiot" Canté mientras sonaba el móvil.

-¿Diga?
-Frank, ¿dónde estás?
-Estoy de camino.
-Vale.
-Te veo en cinco minutos.

Me guardé el móvil, el tabaco, el dinero y las llaves en el bolsillo de la sudadera y me fui.

Caminé y llegué al café en los cinco minutos prometidos.

-Perdona, me entretuve un poco.
-Hmmm... No pasa nada.
-Gracias.- Susurré mientras me sentaba en la mesa.
-He pedido un batido de vainilla, ¿tú qué quieres?- Dijo haciéndole señas a la camarera para que se acercara a tomar nota del pedido.
-Hola, ¿qué vas a tomar?- Dijo en un tono amable mientras tachaba cosas de la libreta para después alzar la cabeza.
-¿Tú eres la amiga de...?
-¡Frank!, anda, ¿qué tal?- Me levanté y nos dimos dos besos.- Sigo siendo Sara, a ver si te acuerdas alguna vez.- Rió.
-Perdona.- Dije algo avergonzado.- Bueno, pues otro de vaiilla para mi, por favor.
-Mmm... Vainilla...- Dijo mirando al techo.- Enseguida os lo traigo.- Dijo alejándose.
-¿Quién es?
-La amiga de mi ex-novia.
-Aooummmm... Hablando de novios, novias y etc., ¿qué tal con Gerard?
-Emmm...- Balbuceé rascándome la nuca con el dedo meñique de la mano derecha.- Fatal.

Se quedó en silencio esperando el por qué con las cejas enarcadas, preguntándolo con la mirada.

-Encontré un condón usado en su cazadora.
-Aaww... lo siento tanto...- Se levantó con el y me abrazó.

Llegaron los batidos y ella cogió el suyo y me dijo que se iba, ya que llegaba tarde a Skeleton Crew Records.
Decidí volver al colegio, rezándole a Kurt Cobain para no encontrarme con Gerard. Desgraciadamente mis plegarias no fueron escuchadas.

-¡Frank!

Salí corriendo hacia mi moto y me conduje sin pensar a dónde iba.
En media hora llegué a una casa y me bajé de la moto, cegado por la luz del porche.
"¿¡Porqué cojones he venido aquí!?"
Me volvía a montar en el vehículo para irme cuando la puerta de aquel hogar se abrió.
Una mujer de mirada perdida y expresión perpleja y triste tartamudeó hasta finalmente preguntar: ¿Frank?

lunes, 12 de septiembre de 2011

Capítulo 21: You´re just a sad song

Corría por los interminables pasillos mientras mis pies marcaban un ritmo sordo acompasado por mi respiración. Corría, y no paraba. Solo pretendía correr, tan rápido como me fuera posible, hasta la mitad de ninguna parte.

Llegué al aparcamiento y me monté en la moto. Conduje sin rumbo fijo durante horas. Había anochecido cuando llegué a un bosque del que provenía música, y no sonaba nada mal.

Me adentré entre los árboles siguiendo el sonido de la música. Cerré los ojos, a medida que caminaba. De repente choqué, provocando un instantáneo corte de respiración que hizo que abriera los ojos.

-¡Oh!, perdona. Lo siento, ¿estás bien ?
-Sí, si, tranquila, no pasa nada.

Era una chica, de estatura y peso medios. Tenía el pelo a capas, cardado y un flequillo con picos. Su cabello era azul eléctrico y azul cielo. Llevaba los ojos decorados con delineador negro grueso y sombra de ojos roja, como la que yo usaba de vez en cuando. Llevaba una camiseta de tirantes blanca con el logotipo de los Rolling Stones, una camisa roja, azul marino y blanca desabrochada, unos pantalones blancos medio rotos y manchados de pintura azul y gris y unas "Victoria´s" rojas decoradas con frases. Reparé en su cara. Estaba agujereada en el lado izquierdo del labio inferior, el lado derecho de la nariz y también tenía unas dilataciones de ocho o diez milímetros, como las mías. A parte de los piercings, también me di cuenta de que era japonesa y llevaba tatuada su antigua bandera en la clavícula.

-Marina, pero puedes llamarme Sky.
-Encantado.- Dije extendiendo la mano.- Yo soy Frank, pero puedes llamarme Frankie.
-Igualmente.- Dijo estrechándome la mano.
-¿A qué grupo has venido a ver, especialmente?
-A ninguno. No sabía que había un festival.
-¿Cómo es posible que no supieses que venían a tocar The Misfits? Es de lo único que se habla en New Jersey.
-¡¿The Misfits?! Son mi grupo favorito.
-Huy, que no se entere Glenn Danzig...
-Por favor.- Reí.
-Frank... Yo... Hoy tenía una cita, pero me han dejado tirada, y, bueno, tengo dos entradas, así que... Si quieres es tuya.
-¿En serio? Muchas gracias. ¿Cuánto te debo?- Dije sacando la cartera.
-Nada, solo que me acompañes, que estoy forever alone.
-Trato hecho.
-¿Eres menor?
-Sí, ¿por qué?
-Tienes que entrar acompañado de un mayor.
-¿Tú, por ejemplo?
-No, yo no, pero tengo esto para echarnos una mano.- Dijo enseñándome un carnet de identidad falso.

Nos dirigimos a la cola y esperamos hasta que nos pidieron los carnets y las entradas. El guardaespaldas rompió la línea de puntos dibujada en las entradas y luego miró al carnet detenidamente.

-¿Marina Delgado?
-Sí.- Contestó ella. A diferencia de a mi, se la veía muy relajada.
-Pasad. Que disfrutéis del concierto.
-Gracias.
-¿Cómo podías estar tan relajada?- Dije una vez que ya estábamos dentro del recinto.
-Me cuelo en conciertos a menudo, ya es como coser y cantar.

Nos dirigimos en silencio hasta el pie del escenario donde actuaban otro grupo, creo que se llamaban Astro Zombies. Irónico, había una canción de The Misfits llamada así.
Unos veinte minutos después terminaron de tocar y era hora de dejar paso a los Grandes.
El escenario se iluminó. El público aplaudió y gritó con todas sus fuerzas, aclamando a los dioses del horror punk.

-Buenas noches, New Jersey.- El público gritó con más fuerza.

Sentía una emoción y un éxtasis jamás vividos anteriormente. Ahí estaba yo, viendo a mi banda favorita, en segunda fila, con una chica majísima y gratis. Ahora haber encontrado el condón y haber huido por ello merece la pena.

Comenzaron tocando "Die, die, my darling", "Dig up her bones", "Hate the living, love the dead", "Astro zombies", "Saturday night", "Scream"... No cantábamos, simplemente gritábamos todo lo alto que podíamos la letra de las canciones de nuestro grupo favorito. Terminaron su maravillosa actuación con una versión extendida de la canción "American Psycho", una de mis favoritas.

-¿Te ha gustado?
-A ver, son mi jodida banda favorita, ¿cóo coño no me iba a haber gustado?
-Cierto, perdona, olvidaba ese detalle.
-"¡Qué no se entere Glenn Danzig!"- La imité.

Reímos.

-Bueno, Sky.- Sonrió al ver que la había llamado así.- Me tengo que ir. Ha sido un placer, y muchas gracias.
-De nada, Frankie.

Nos despedimos con dos besos en las mejillas, y, cuando estaba a punto de irme, reparé en algo.

-Oh, casi lo olvido. Dame tu número y así nos vemos otro día, ¿te parece?
-¡Claro!

Una vez que intercambiamos teléfonos me dirigí hacia el colegio . Eran ya las cuatro de la mañana.
Entré sigilosamente a la habitación, intentando no despertar a Ray cuando sonó mi móvil. "¡Oh, mierda!" Pensé. Me metí en el baño para que Ray no me oyese hablar y pudiera seguir durmiendo.

-¿Hola?
-Frank.
-¡Joder, Fátima! ¡¿Eres gilipollas, o peinas setas?!
-Estoy en Japón.
-¿Y se supone que eso cambia algo al respecto de tu inexistente inteligencia?
-No voy a volver.
-Pues bien.- Colgué el teléfono. La verdad, hacía tiempo que estaba harto de ella, me alegraba no verla más.


Dedicado a Teresa, gracias por la ayuda^^

martes, 30 de agosto de 2011

Capítulo 20: The collision of your kiss that made it so hard

-¡Venga, hombre!- Susurré.
-Frank, se que estáis ahí, me lo dijo Ray.

 Nos pusimos los bóxers y abrí la puerta.

-Ráquel, ¿qué haces aquí?
-Nada, me pasaba por aquí ya que no tuve la oportunidad de decirte en el bar que estuviste genial.- Dijo mientras acariciaba la cazadora de cuero de Gee de una forma un poco extraña.
-Gracias, Ráquel, en serio, pero, es que ahora no puedo hablar...
-Oh, lo ibais a hacer... Lo siento, ya me voy. Que lleguéis al orgasmo.
-Gracias... supongo.- Dije.

Me sonrojé y cuando se hubo ido cerré la puerta con llave y la dejé puesta en la cerradura para que ni Ray pudiera abrir y pillarnos de nuevo como aquella vez en la ducha. Me llevé las manos a la cara avergonzado al recordar aquella escena.

-¿Por dónde íbamos?- Dije quitándome los calzoncillos.
-Por aquí.- Dijo besándome y quitándose él los suyos.

Le empujé hacia la cama, poniéndole a cuatro patas sobre ésta, introduciéndole mi pene mientras sus gemidos pasaban a ser aullidos debido a la rapidez de mis movimientos.

-Más rápido...

Atendí su petición encantado, haciéndole gritar, practicamente.

-Vale, lo dejo ya porque con esos gritos nos pillan de canteo.
-No, no lo dejes...- Dijo él con cara de cordero degollado, aún sin aliento.
-Sí.- Dije besándolo y haciéndole de rabiar.
-¿Ah, sí?

Bajó por mi cuerpo, repartiendo besos simultáneos por éste hasta que mi miembro se encontró dentro de su perfecta boca.

-Gerard...- Suspiré. Mi cara se contrajo hasta formar una mueca de placer.

Acaricié su pelo y luego lo agarré, curvando la espalda mientras gemía y de vez en cuando decía su nombre entre mis gemidos.

Su lengua rozaba mi miembro, como un beso francés, y, a continuación, volvía a introducirlo en su boca, haciéndome volar.

Comencé a subir y bajar la cadera y a mover su cabeza de la misma forma. Cada vez más rápido, hasta que lo eché todo. En su boca. Pero, no pareció importarle, porque siguió, siguió y siguió, sin importarle cuánto semen tendría que tragar.

-Me toca...- Dije sin aliento.

Miré abajo antes de meterme su pene en mi boca. Me di cuenta de dos cosas, la primera, él también se estaba corriendo, y más que yo. Y, la segunda, que a Gerard le había crecido el pene.

Lo primero que hice fue lamer todo el semen que envolvía su pene, ya que si no se me quedaría todo en la cara. Después, lo introduje lentamente en mi boca, haciendo que Gerard se corriera más.

-¡Cuánto te he echado de menos a tí y a tus mamadas!- Dijo Gee con dificultad.

Pasé mi lengua, pero sin sacármelo de la boca, sensualmente por su órgano haciéndole saber que yo también.

Unos veinte minutos después me quedé tumbado a su lado y nos dormimos abrazados, pero me tuve que despertar para abrir a Ray.

-Em, Frank... Estás desnudo.
-Y dormido, y me da igual, hay confianza.
-Tratarére no hacer ruido, vuelve a la cama.

Hice lo que me dijo y sin esfuerzo alguno me quedé dormido, como un bebé.

Me despertó un beso en los labios y abrí los ojos para contemplar los de Gerard.

-Hola...- Dije en un susurro, estirándome mientras acariciaba su rostro.
-¿Qué tal has dormido?
-Genial, ¿y tú?
-Genial.

Me levanté a la ducha y después de lavarme salí como entré; desnudo a la habitación para vestirme. Gerard me dio una palmada en el culo y luego me abrazó por detrás, mordiéndome el lóbulo de la oreja, provocándome una erección, ya que aquella era una de las cosas que más me ponían y sin duda era mi punto débil.

-Me voy a duchar yo.

Cuando Gerard y yo ya estábamos vestidos, él entró un momento al baño y me pidió que cogiera su cazadora y le esperara un segundo. Hice lo que me dijo y cuando la cogí un condón usado calló al suelo.
Lo recogí y lo miré apenado mientras las lágrimas comenzaban a caer. Guardé el condón en mi bolsillo, tiré la cazadora y salí corriendo de allí.

viernes, 26 de agosto de 2011

Capítulo 19: Kiss me you animal

El sabor de su saliva y las lágrimas saladas que se colaban en nuestras bocas se fundían en mis papilas gustativas. Se separó unos centímetros, los suficientes como para hablar, pero rozando mis labios con los suyos al hacerlo, como solíamos hacer antes.

-Y mejor y más fuerte que nunca.- Dijo y selló mis labios con un suave beso para después coger mi mano y bajarme del escenario.

Nos dirigimos a la puerta del "camerino", si es que se le podía llamar así y María me agarró del hombro empujándome hacia dentro de este.

-Me le llevo un momentito, ¿vale Gerard?
-Claro.

Nos adentramos en la sala y pude ver esa estúpida, pero inusual, sonrisa  en su cara. Aun que fuese muy pesada a veces, siempre que ponía esa cara, me alegraba ver felicidad en su rostro, y aún mucho más que esa alegría fuera por mí. Ella había pasado por tanta mierda en su vida...

-Con que tú y Gerard, ¿eh?
- Sí...- Sonreí tímidamente.
-Hey, no te avergüences, no hay nada malo en ser bisexual.
-Lo sé.- Reí.
-Bueno, Frankie, me tengo que ir.- Me abrazó, besó mi mejilla y la correspondí.
-Pásalo bien, a dóndequiera que vayas.
-Gracias, tío.

Salí del camerino unos cinco minutos después de la charla con Meer en busca de Gee, pero en su lugar encontré a un señor trajeado, que, casualmente, a su vez, me buscaba a mí.

-¿Frank, verdad?- Asentí y siguió hablando. Su forma de hablar me recordaba a un locutor de radio, enérgico.- Encantado, soy Jerry, mánager. Os he visto actuar y me ha encantado. Resumiendo, aquí está mi tarjeta. Quiero ofreceros un contrato y una gira. Llamarme cuando os decidáis.

Se dio la vuelta y se fue sin decir una palabra. Fui a buscar a Gerard para ir a mi habitación. Sí, lo sé, pero, tío, llevábamos décadas sin hacerlo...

-Gerard, aquí estás... ¿Vamos a mi habitación?- Me miró pícaramente, creo que había descubierto mis intenciones.
-Claro...

Me cogió de la mano y nos dirigimos al autobús. Se sentó en frente mío mientras yo miraba embobado sus ojazos, su imagen, feliz de tenerle a mi lado, y una mueca de lo que podría ser una sonrisa se asoma en mis labios, quizá sea de pensar que eres mío, al igual que yo soy tuyo.
"¿Cuál es el poder que tiene sobre mí?" Me pregunté. "No lo sé, y estoy practicamente seguro de que jamás lo sabré. Simplemente no puedo estar triste cuando contemplo tus perfectas fracciones. Y, a veces, debo confesar que te odio por ello. Es tan injusto... A veces necesito estar triste, ¿sabes? Es parte de todo aprendizaje, y, sin embargo, estás tú ahí, impidiéndomelo, dentro de mi ser, sonriéndome con esa dulzura  que solo he visto en una persona; tú. Esa dulzura, la que te hace único, la que me hace olvidar por un segundo, aun que sólo sea uno, que tengo una vida y que esta apesta. Eres como una droga ¿Sabes por qué lo eres?
Porque me haces pensar que todo está bien cuando nada lo está"

-¿Qué piensas, Frank?.- Me interrumpió y el autobús se detuvo.
-Nada, cielo, vamos.- Dije depositando un corto y suave beso en sus labios.

Nos subimos a mi habitación. Me besó. Miré sus ojos. Supongo que nunca entenderé por qué me gustaba tanto mirar ese intenso verde, o la curvatura en sus labios rosados que se formaba cuando Gerard sonreía. Sentía como si el mundo fuera a acabarse cuando nuestras miradas chocaban, haciéndome sentir mariposas revoloteando en mi estómago, llevándome muy lejos. Y supongo que, era mucho peor cuando sus labios se juntaban con los míos. Era como si sacase toda la mierda que hay en mí, como si todo lo malo se acabara, como si cayera en picado desde gran altura de un salto, era adrenalina pura y yo, yo la disfrutaba con cada célula de mi ser. Gemí dentro del beso al sentir como si espalda daba contra la pared y yo me agarraba a él rodeando su cintura con mis piernas mientras me sostenía en el aire, haciéndome sentir como si volara. Sentía su dientes besando cada parte de mi rostro, mi cuello, sus manos luchando por sacarme la ropa, prenda, por prenda, lentamente. Mi cuerpo respondiendo al suyo, como una coreografía del más pasional de los bailes. Era lo mismo de siempre, pero al mismo tiempo, era como una primera vez que esas manos tocaban mi cuerpo, la primera vez que me elevaba al cielo y tocaba las estrellas de lleno con la palma de las manos.

Nos movimos hasta que quede encima suyo en la cama. Ambos desnudos ya comenzamos a repartir cortos besos en los cuerpos del otro hasta que Gerard llegó a mi miembro.

-Chicos, ¿estáis ahí dentro?

miércoles, 17 de agosto de 2011

Capítulo 18: I'm OK

Llaman a la puerta.

"¡¿Qué coño ha pasado?!" Miré la mesilla y vi botes con pastillas. 
"Mierda..." Hacía tiempo que no las tomaba, pero, por lo visto, había vuelto a caer en la tentación.

Me puse en pie y me dirigí a la entrada para abrir a quiénquiera que estaba llamando.
Era María. Creo recordar haberle dado la dirección y pedirla que se pasara.

-Frank, ¿qué te ha pasado?
-Esto...
-Pastillas, otra vez... Ai, Frank. ¿Cuándo cambiarás?
-María, puedo dejarlo cuando quiera, es más, hacía meses que no las tomaba.
-Bueno, ¿tus amigos están conscientes?
-Espero... Ray, Alba.- Dije mientras les sacudía lentamente.
-Tío...- Dijo Ray alargando los sonidos.- ¿Qué te has hecho? Estás borroso.
-Y tú drogadísimo.
-Bah, me gustaba más el Frank de antes,- *Hip*- ya sabes, el Frank "no-borroso".
-Si, Ray.

María se agachó junto a mi. Traía un vaso de agua en la mano y lo lanzó en la cara de Ray.

-¿Tú eres María?- Dijo Alba. La costaba mantenerse en pie, pero podía hablar.
-Si, encantada.
-Igualmente.
-Tengo buenas noticias.- Dijo ella dirigiéndose hacia a mí, más que a nadie.
-Pues cuenta.- Dije sonriendo.
-Yo hasta hace dos semanas tenía un grupo, pero nos disolvimos. Había un local, en la esquina del parque de Hudston, donde solíamos actuar todas las noches. El dueño era mi amigo y nos contrataba y eso. Cuando se enteró de que ya no habría más Electric Nightmare, así se llamaba la banda, se decepcionó mucho, pero cuando le dije que me había unido a otra no dudó en contratarnos.
-¿En serio?

María me puso su no habitual sonrisa de felicidad al extremo y asintió. Extendí los brazos y ella me devolvió el gesto, permitiendo que la diera un abrazo de agradecimiento. Nuestros abrazos eran tan especiales... Empezabas y decías: "Vale, ya" Pero no podías parar aquel abrazo, era demasiado fuerte. Empecé a recordar viejos tiempos con ella, el sabor de sus labios, el olor de su pelo... Fue una relación muy bonita y me alegro de que haya acabado en amistad. algo es algo.

-Y... Actuamos esta noche.
-Perfecto, solo necesitamos un nombre y aprendernos algunas canciones. Yo ya me las se, ¿creeis que podreis?
-Yo, al menos, sí.- Dijo Meer.
-Y yo.
-Yo también.- Dijo Ray. comenzaba a recuperarse.
-Vale, yo mientras iré preparando una "playlist" y un nombre.

Todos nos pusimos manos a la obra y tras un par de horas yo ya lo tenía.

-A ver, parad un momento. Estás son las que vamos a tocar.

Le tendí un papel en el que ponían los títulos de 12 canciones.

"-Lloyd dobbler.
-Fat and alone.
-I don't love you.
-The secret goldfish.
-Heroine slow.
-Trying to scape the inevitable.
-P.S. don't write.
-Yesterday.
-10 rings.
-Demolition Lovers.
-Early sunsets over Monroeville.
-It's not over."

-¿Y el nombre?
-Blood Fundation...
-Me encanta.- Dijeron todos.
-Me alegro. Voy a ver a Fátima, adiós.

Me dirigí al hospital, donde ya me conocían y entre "buenos días doctor/a noséquién" llegué a la habitación de Fátima. Estaba sentada en la cama comiendo, con el brazo escayolado.

-Hey.
-Frank.
-¿Qué tal?
-Bueno, bien porque me dan el alta hoy. Mal porque no podré volver a tocar en mi vida.
-Ya... Nos lo dijeron y te buscamos sustituta. Ella nos ha conseguido poder tocar hoy en un bar. Y ya que te dan el alta podrás venir.
-Genial, luego envíame un SMS con la dirección y te haré una perdida cuando salga para allá, que tengo clase con Mikey.
-Hablando de los Way... ¿Te canto lo que compuse inspirándome en Gerard?
-Adelante.- Se veía que se temía lo peor.  "Chica lista e intuitiva" Pensé.

Después de cantarle canciones de amor, rabia, odio y pena me miró a los ojos.

-Eres bipolar... Pero molan. 
-¿Te ayudo a recoger?
-No, yo hasta las cinco no me voy. 
-Vale, pues yo me piro, adiós.
-Chao.

Volví junto con María, Ray y Alba.
Justo cuando entraba por la puerta comenzó a sonar mi teléfono.

-¿Diga?
-Frank, soy Raquel.
-Ah, hola, Raquel.
-Eh, hola... ¿Olle, haces algo esta noche?
-Voy a tocar con la banda en un bar, ve si quieres.
-Genial, me pasas la dirección.
-No lo dudes. Bueno, me voy, adiós.

-¿Qué tal os va con eso chicos?
-Solo nos falta 10 rings.
-¿Solo? Muy bien. Cuando esté me avisais y les damos un repaso a todas.

Envié un mensaje a todos los que quería presentes allí aquella noche.
Fui a marcar el teléfono de Lili cuando mis ojos pasaron por un nombre. "Linda" Quise romper el teléfono. Linda era mi madre. Mi padre la pegaba y nunca me defendía cuando él hacía lo mismo conmigo. por eso me escapé de casa con diez años.

-Frank, ya estamos.

Me dirigí junto a ellos y comenzamos a tocar. Sonábamos de fábula. Sentía, por una vez, que esto sería el comienzo de algo grande.

(NARRA FÁTIMA)

Llamé a la puerta de los Way. Me abrió Gerard.

-Pasa.- Dijo susurrando.- Ahora le digo a Mikey y a Ángela que se despierten. Ayer tuvieron... tema.- Dijo melancólicamente.
-Tú echas mucho de menos a Frank.
-¿En serio?- Dijo sarcásticamente.
-Sí y él a tí. Ha compuesto mil y una canciones sobre tí una de odio pero las otras de dolor... Las va a tocar esta noche y tú y yo estaremos allí.

(NARRA FRANK)

-Ya es hora, chicos. Me voy a casa a arreglarme. Quedamos allí en media hora.

Ray y yo salimos de la casa y nos dirigimos a nuestra habitación en la residencia.

Rebusqué en mi armario y me puse una camiseta roja en la que se leía Homophobia is GAY, unos vaqueros 80% roto, 20% tela y unas converse negras. Me puse un poco de delineador negro en los ojos y me peiné.
Cogí a Pansy y me dirigí a la puerta.

-Vamos, Ray, que antes de llegar necesito comprar tabaco. 
-Te quedan ocho cigarrillos.- Dijo mirando el interior de una cajetilla que tenía en la mesilla de moche.
-Necesito más.

Nos dirigimos a la puerta y nos fuimos hasta el bar a pie. Paramos en un estanco para comprar el tabaco que necesitaba y continuamos el trayecto mientras yo fumaba.

-¿Me das uno?
-Claro.- Dije mientras encendía el cigarrino que Ray se había metido a la boca.

Cuando hube terminado mi decimosexto cigarrillo llegaron Alba y María riendo. Meer era una persona sociable, no era raro verla así con alguien en tan poco tiempo.

-Frank, esta mierda es mala para tí.- Dijo quitándome la cajetilla y rompiendo en cigarro que sostenían mis labios mientras lo saboreaban.
-Olle...

Ella siempre tan protectora con su Frankie...

- Ni oigo ni leches, sal al escenario que tocamos ya.

Hice lo que me decía, estaba nervioso, pero aun así lo hice. Había mucha gente, la mayoría conocidos, lo cual me tranquilizó bastante y me dio la fuerza que necesitaba para lanzarme.

-Hola a todos. Somos "Blood Fundation" y acabamos de empezar, esperamos que os guste. A los coros y a la guitarra, mi amigo y compañero de habitación y escuela, Ray Toro.- Hubo un educado aplauso por cada nombre.- También a los coros y al bajo mi otra amiga y exnovia María.- María hizo una corta demostración de su habilidad con el instrumento.- Y a la batería mi otra amiga Alba.- Ella también hizo una demostración.- Esta canción se llama "Lloyd dobbler" 

"Why are you so far away... Even when you're standing next to me?" 

Mientras cantaba y tocaba con el corazón en una mano vi a Fátima entrar con Gerard. Me puse un poco nervioso, pero aun así seguí tocando, haciendo inútiles intentos de no mirar a Gerard, pero era difícil ya que él no me quitaba el ojo de encima.

Cuando ya íbamos a tocar la última, Gerard y Fátima se fueron, aunque Fátima, a diferencia del pelirrojo, regresó.

-Esta es la última canción de la noche.- Se olló un "jo..." del público.- Se llama "It's not over" y lleva consigo todo mi corazón.

Para cuando pronuncié el último "It's not over" acompañado de un acorde de guitarra las lágrimas corrían por mis mejillas.

-Claro que no ha acabado. Esto sólo ha comenzado.
 
Me giré y pude ver la cara de Gerard aproximándose hasta besar mis labios con total ternura, cogiendo mi cara entre sus manos mientras yo me aferraba a su cintura y nuestras lenguas se entelazaban, jugando mientras ambos llorábamos, fundiéndome en la sensación de éxtasis equivalente al nirvana, a un orgasmo... No importa a qué, simplemente se que consiguió curar mi corazón hecho añicos.

viernes, 12 de agosto de 2011

Capítulo 17: We´ll, then, one day be together

-Hey, Frank. Dúchate, vístete y vámonos que ya he quedado con Fátima en su casa dentro de media hora.- Me despertó la voz de Ray.

Me dirigí sin una palabra al cuarto de baño y me duché con nostalgia de la escenita sucedida allí dentro. Venían irremediables imágenes a mi cabeza. Cuando hube terminado, me puse una sudadera negra de Skeleton Crew, unos vaqueros, cómo no, rotos y unas Etnies blancas y azules.

"A Gerard le encantan las sudaderas" Pensé.

Dios, le tenía que pedir perdón... Aun que la verdad, no sé por qué tendría que hacerlo. Dije la verdad, y nada más que la verdad: Yo no quiero a Gerard, yo AMO a Gerard. Y ese subnormal debería saberlo ya.

Salí del cuarto de baño, cogí dinero, a Pansy y mi carpeta roja y Ray y yo nos dirigimos al metro.

-¿Traes material nuevo?-Me preguntó Ray con una sonrisa de niño bueno en la cara.
-Bueno, he estado componiendo unas cuantas canciones... Nada bueno, ya sabes, como siempre...
-No digas eso, tío. Tienes talento, no te menosprecies.-Me dijo Ray y automaticamente me sonrojé.

Pasamos el resto del trayecto en silencio hasta que llegamos a casa de Fátima. Nos salimos del metro y nos dirigimos al punto de encuentro. Ray iba muy emocionado, y se le notaba bastante, pero al llegar a la puerta, esa emoción desapareció de su rostro por completo. Había una ambulancia  y estaban subiendo a Fátima en una camilla a ella.

-¿¡Qué coño está pasando aquí!? ¡Fátima!
-Perdió el conocimiento y se rompió la muñeca, pero no es nada, tranquilo, en seguida estará como nueva.

La forma en la que me dijo aquello me tranquilizó lo suficiente como para poder entrar a la casa y empezar a hablar de que necesitábamos un nuevo bajista. Ray y yo cruzamos el umbral y nos encontramos con Alba.

-Estará bien.-Nos dijo ella antes de que preguntáramos.-Necesitamos una nueva bajista, chicos. Ah, por cierto, Ray, encantada, yo soy Alba.
-Igualmente, Alba.
-Mi ex novia tocaba el bajo-Dije acordandome de María.
-¿Y a qué estás esperando? ¡Llámala!-Me dijo Ray.
-¡Vale, vale! ¡Pero no me comas!

Saqué el teléfono de mi bolsillo y busqué el teléfono de la chica.

-¿Hola?
-¿Meer?
-¿Frank? ¿Frank Iero?
-El mismo.
-Dios, cuánto tiempo, ¿Qué es de tu vida?
-Nada interesante, ¿y tú?
-Nada, lo mismo...
-Oye Meer, tú tocabas el bajo, ¿no?
-Sí ¿Por qué?
-Nada, porque tengo un grupo y necesitamos una bajista. ¿Te quieres unir?
-Sí, perfecto, sería genial.
-Bueno Meer, pues ya te llamaré y quedamos. Un beso.
-Un beso, adiós.

Volví junto a Ray y Alba.

-Hey, Frank, Ray dice que tienes nuevo material. ¡Muéstralos!
Saqué las partituras y letras de mi carpeta y se las tendí.
-Tengo algunas viejas como Demolition Lovers o Early Sunsets Over Monroeville y luego otras como Fat and Alone, The Secret Goldfish,  Lloyd Dobbler, Lips of an Angel, Ten Rings... La más reciente que he compuesto es It's not Over
-Oh, eso suena bonita, tócala.

Saqué a Pansy de su funda y la afiné un poco para tocar la petición de Alba.

My tears run down like razorblades
And no, I'm not the one to blame
It's you ' or is it me?
And all the words we never say
Come out and now we're all ashamed
And there's no sense in playing games
When you've done all you can do

But now it's over, it's over, why is it over?
We had the chance to make it
Now it's over, it's over, it can't be over
I wish that I could take it back
But it's over

I lose myself in all these fights
I lose my sense of wrong and right
I cry, I cry
It's shaking from the pain that's in my head
I just wanna crawl into my bed
And throw away the life I led
But I won't let it die, but I won't let it die

But now it's over, it's over, why is it over?
We had the chance to make it
Now it's over, it's over, it can't be over
I wish that I could take it back

I'm falling apart, I'm falling apart
Don't say this won't last forever
You're breaking my heart, you're breaking my heart
Don't tell me that we will never be together
We could be, over and over
We could be, forever

I'm falling apart, I'm falling apart
Don't say this won't last forever
You're breaking my heart, you're breaking my heart
Don't tell me that we will never be together
We could be, over and over
We could be, forever

It's not over, it's not over, it's never over
Unless you let it take you
It's not over, it's not over, it's not over
Unless you let it break you
It's not over
-¡Hostia Frank! ¡Es jodidamente preciosa!
-Gracias...-Me ruboricé
Ray me dedicó una mirada de complicidad. Y luego preguntó:
-¿Va dedicada a alguien, Frank?
-No sé..
-¿Quizás alguien con el pelo rojo con el que has compartido momentos intimos?
-Pues...
-Tenéis que solucionarlo ya, tío.
-Ya, pero es que no puedo.
-Bueno, Frank, eso sólo depende de vosotros.

(NARRA GERARD)

-¡Hala! ¿Tú también dices eso?
-Ya ves que sí-Rió.

Sentía que Sarii y yo conectabamos. Quizá algo no tan fuerte como amor, pero sí amistad.

Terminamos de cenar y nos dirigimos a dar un paseo al parque. Cuando llegamos a la entrada de éste, Mikey y Angy nos dejaron solos.

-Sara...
-Sarii.
-Perdón, Sarii. ¿Te puedo decir algo?
-Claro.
-Pero no te lo tomes a mal ni nada.
-No, dime.
-Yo... Quiero que sólo seamos amigos, ¿vale?
-Claro, no pasa nada, lo entiendo, te gusta Frank y eso...-"No me extraña" Susurró.
-No me malinterpretes. Tú eres simpática y una chica preciosa, el sueño de cualquiera, pero... Frank me gusta mucho y olvidarle no es tarea fácil.
.Ya, el pequeñín se te mete muy adentro, la verdad, y eso te lo dice "la amiga de la novia", así que para ti debe de ser...
-Sí... ¿Seguro que está bien?
-Obvio-Dijo y me abrazó.

*Bip bip*

Sara miró su teléfono.

-Hey, adivina qué.
-¿Qué?
-Meer... digo, María se acaba de unir al grupo de Frank porque a una tal Fátima se le ha roto una muñeca.
-María la ex de...-Aquello me jodió. Mi novio y su ex...
-Hey, tranqui-Rió-Eies... digo, María, joder, no es amenaza. Tiene novio y no se interpondría en ninguna relación. Es una buena amiga.
-Eso me tranquiliza... ¿Conozco a su chico?
-No sé, quizá. ¿Te suena Ian Somerhalder?
-Va a mi clase de mates.
-¿En serio?
-Sí, pero apenas he hablado con él.
-Joder, antes era la amiga de la novia y ahora seré la amiga del novio, nunca me libraré de ese mote.
-Pidele a la ex que te preste uno, que ya veo que le sobran.
-Sí, podría-Soltó una carcajada

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Hahá soy Sarii :3
Meer... digooo María (LOOOOL XDD) no pudo subir, la han castigado o algo así XDXDXDXD
Achí que creo que este es el último en un tiempo ._.
Bueno, Nyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan :D

jueves, 28 de julio de 2011

Capítulo 16: Who I do this for, hey, me or you?

Cuando me terminé el sandwich ya eran las seis de la tarde. "¡Guau! ¡Qué rápido pasa el tiempo!" Pensé.
-Mikey, me voy a ir cambiando ya.
-Vale, yo igual.
Me dirigí a la habitación.
-¿Tengo que ir elegante?- Pregunté mientras abría el armario.
-No, pero ponte guapo.- Dijo riendo mi hermano menor.
-D'acord.
Cogí mi camiseta de "The Misfits" mis pantalones vaqueros sin romper, los únicos, la verdad, y mis converse. Las limpié con un paño húmedo, ya que estaban sucias no, lo siguiente. Me arreglé el pelo un poco y me puse una cazadora.

-¿Eso es ir guapo?
-A mi eso ya me da igual.
-Bueno, vámonos.
-Venga. 

Salimos del edificio y nos fuimos en metro hasta un restaurante pequeño de sushi que nos encantaba, especialmente a mí. Mikey lo sabía, así que probablemente lo habría elegido por eso.

Nos dirigimos a la entrada y allí estaban Ángy y otra chica, supongo que Sara. Sara era de la clase de matemáticas de Mikey, al igual que su querida novia.

-Hola, Ángy.- Saludé con dos besos en las mejillas.
-Tu debes de ser Sara. Soy Gerard, encantado.- Saludé de igual manera a la nueva cara.
-Si, esa soy yo.- Rió.- Pero puedes llamarme Sarii.
-Bueno, "Sarii", tú a mí me puedes llamar "Gee".- Dije amistosamente.
-Perfecto, Gee.- Dijo ella con una sonrisa pícara en la cara.
-Bueno, ¿pasamos ya, tortolitos?
-Como queráis.- Dijo Sara.
La ofrecí mi brazo y se agarró a él encantada. Le dediqué una sonrisa que solo había dedicado en una ocasión: A Frank cuando me dijo su nombre. La única diferencia es que esta era un pelín falsa, exagerada.

Nos sentamos en una mesa al lado de un ventanal y la camarera se nos acercó enseguida.

-Gerard, Mikey, ¿qué tal? Hacía tiempo que no veníais, se os echaba de menos.- Dijo Yolanda. Nos conocíamos ya que solíamos frecuentar en el local.- ¿Quienes son vuestras amigas?- Dijo sonriente.
-Yolanda, Sara y Ángy.- Dije señalando a cada una.- Sara, Ángy, Yolanda.
-Encantada.- Dijo ella.
-Igualmente.- Dijeron Sara y Ángela luciendo sonrisas radiantes en sus bellos rostros.
-Gerard, Mikey, ¿vosotros lo de siempre?
-Uh, Surimi de gamba, langostino, tortilla, Maki de cangrejo y algas fritas. Por mí ya sabes que encantado.
-Sí, por mi igual.- Dijo Mikey.
-Nosotras también.- Dijeron las chicas.
-Os traigo dos de cada, entonces. ¿Y para beber?
-Coca-c...- Aquella bebida me recordaba a Frank por lo que rápidamente rectifiqué.- Agua.
-Agua.- Dijo Mikey.
-Yo fanta.- Dijo Ángela.
-Nestea.
-Perfecto. ¿Traigo una botella grande, fría?
-Como sabes, Yolanda.- Dije sonriendo.
Yolanda apretó los labios, cerro los ojos y levantó las cejas mientras afirmaba con la cabeza en una mueca de "Es que molo mucho."

-Bueno, Gee, y ¿qué me puedes contar sobre tí?
-No mucho.
-¿Tienes novia?

Me quedé callado y Mikey lo arregló.

-Se están dando un tiempo.
-Sí.- Coincidí con mi hermano.
-Ah, ¿y cómo se llama ella?
-Esto... Es "él", a decir verdad... Soy bisexual.
-Oh, bueno, pues, ¿cómo se llama él?- No parecía sorprendida.
-Frank...- Dije apenado.
-¿Frank?- Esta vez si se sorprendió.
-Sí...
-Frank, ¿qué más?
-Frank Iero.
-¡No!- Rió.- ¿Frank Iero? ¿Bajito, ultra de The Misfits, fuma como una carretera, pelo negro, delgado? ¿Ese Frank Iero?
-¿Os conocéis?
-Salió con mi mejor amiga durante dos años.
-¿Laura?
-Err... No, María Díaz, creo que la conoces, o eso me dijo ella.
-Sí, si la conozco... ¿¡María Díaz y Frank Iero juntos!? No me lo puedo creer... Joder hacen buena pareja.
-Si, bueno, Frank no es lo mejor en relaciones.- Mikey me miró como diciendo "¿Lo ves?"- Siempre le rompen el corazon: María le dejó destrozado al romper, Laura muere y ahora tú y él os dáis un tiempo. ¡Qué racha!
-Ya, bueno...- Reí falsamente ya que me había quedado pensando en lo mala persona que había sido por tener envidia y joder nuestro mejor momento.
-Así que, ¿Frank es "bi" también?
-Sí.
-Aquí está todo, chicos, que aprobeche.- Dijo Yolanda mientras ponía la comida y las bebidas sobre la mesa.
-Y por el culo lo heche.- Susurró Sara.

(NARRA FRANK)

No había hecho nada en todo el día, simplemente me quedaba en el sofá lamentándome o en la ducha recordando a Gerard... 

-Ray, me voy a ir a dar una vuelta, a ver si me depejo un poco.
-Vale. ¿A qué hora llegas?
-No sé, para cenar o así. Vamos, media hora. Pero bueno, me llevo el móvil por si acaso.
-Vale.- Dijo Ray sonriendo.

Salí del colegio y me fuí a la floristería para comprar un ramo de Belladonna, Verbena y Malvas, y después me dirigí al cementerio a visitar a Laura, disculparme por la escena pornográfica del otro día y cambiarle las flores.

Aparqué mi moto en la pared y me encaminé a su tumba. A medida que me acercaba distinguía los cuarpos de cuatro chicos, agitando latas de spray y riendo estruendosamente.

-¡Eh, fuera de esa tumba YA!- Grité enfadado.
-Anda, mirad quién es.- Dijo uno sin darse la vuelta. Le reconocí por la voz inmediatamente.
-Lauro, cuánto tiempo... ¿Te acuerdas de mí? Me rompiste la nariz, me echaron del colegio por tu culpa... ¿Recuerdas?
-¿Qué cojones hacéis en la tumba de Laura?- Estaba furioso, rabioso, nervioso... Si abrían la boca, digeran lo que digeran, les partiría la cara a todos, empezaría a dar hostias a diestro y a siniestro.
-Nada, hombre.- Dijo en tono amistoso, pasando el brazo que sujetaba la lata de spray por mis hombros y mi espalda como si fuésemos amigotes de toda la vida.- La estábamos tuneando...- Los chicos se apartaron y dejaron ver la tumba llena de pintadas. Algunas ponían "Lauro" y corazoncitos por doquier, pero lo peor fue un grafitti de Gerard y yo follando debajo del cual se leía "Frerard". "Frank y Gerard, Frerard" Supuse.- ¿Te gusta?
-Maldito hijo de puta.- Me lancé sobre él, axfixiándole, estrangulándole hasta que me levantaron entre sus amigos y el que antes estaba siendo ahogado ahora golpeaba mi tripa, dejándome sin respiración hasta que caí inconsciente al suelo. Lo último que vi, y sentí fue el impacto de dos puños en mi cara.

(NARRA CLAUDIA)

Era mi descanso y decidí ir al cementerio, no sé por qué pero tenía la impresión de que algo pasaba allí. Al llegar vi la tumba de Laura con todas aquellas pintadas y Frank sangrando, inconsciente en el suelo. Casi no respiraba, por lo que, rápidamente, casi sin pensarlo, le hice el boca a boca y apreté su pecho para que recobrara el sentido.

-¡Frank! ¡Dios, Frank! ¡Menos mal que estás vivo!
-Aw... Mi cabeza...- Dijo incorporándose.
-No, quédate tumbado. Llamaré a la policia. ¿Quién te ha hecho esto? 
-Unos ímbeciles que se metían conmigo por la muerte de Laura.
-Ah, los que me contaste en el hospital...
-Exacto.

Me alejé dos pasos y llame a la policía y una ambulancia, que no tardaron a penas en llegar.

-Llegué al cementerio y lo vi ahí tirado sobre la tumba de su difunta ex-novia.- Comenté al policía.- Estaba inconsciente, le sangraba la nariz y a penas respiraba. Yo soy enfermera, así que lo reanimé.
-¿Quién le ha hecho esto? 
-Pues mo sabe como se llaman. son unos chicos de su colegio que se metían con élny una vez ya le pegaron y quedaron expulsados del centro.
-Bueno, pues está todo bien, agente.- Dijeron al terminar de hacerle pruebas a Frank.
-¿Puedo acercarme a él ahora?
-Claro.
-Disculpe.- Le dije al agente.

Me levanté y corrí hacia Frank para abrazarlo, o más bien espachurrarlo entre mis brazos.

-Ouch, para, me haces daño.- Dijo riendo.
-Te jodes. No sabes el susto que me he metido. Por un momento te dí por perdido.
-Pues siento decirte que vas a tener que seguir viendo mi horrenda cara por aquí.- Dijo apenado.
-¡Eh, eh, eh! De horrenda nada, Frank. Eres la persona más bella que conozco.- Se sonrojó y bajo la cabeza. Cogí su cara y la levanté de modo que sus ojos se cruzaran con los míos.- Tanto por fuera como por dentro. ¿Queda claro?- Le dediqué una sonrisa.
-Gracias, Claudia. De verdad.- Me abrazó fuertemente hasta que el dolor que todavía perduraba en sus costillas le obligó a parar.

Era tarde, sería la una de la madrugada aproximadamente cuando el móvil de Frank sonó desde el bolsillo de sus pantalones. Atendió la llamada y vio en la pantalla de inició algo que le dejó estrupefacto.

-Veinte llamadas perdidas de Ray.- Me dijo mientras tragaba saliva antes de responder.

-Frank, tío, ¿dónde coño estás? Te he llamado doscientas veces y no lo has cogido.- Ray gritaba al otro lado de la línea.

Le quité el móvil a Frank, le expliqué lo sucedido a Ray y le prometí que ahora mismo llevaba a Frank de vuelta a su habitación.

 (NARRA FRANK) 

Claudia me dejó en la puerta de la habitación y la agradecí todo lo que había hecho por mí, no solo aquella tarde, si no desde que nos conocimos. Besé sus mejillas y me adentré en la habitación que compartía con Ray.

-Frank, ¿qué tal esás?- Me dijo casi gritando Ray.
-¿Física o mentalmente?
-Físicamente por que de lo otro no tienes mucho.- Dijo bromeando.
-¿A no? Pues saco mejores notas que tú.- Contrataqué. Él rio y despues su rostro se tornó inmóvil.
-No, pero enserio.
-Bien, dolorido.
-Bueno... ¿Tienes hambre?
-No.
-Olle antes se pasó por aquí Fátima después de que te fueras.
-Ay, pues a ver si mañana me paso por su casa... ¡Ray!, se me olvidó comentarte. Les dije que tocabas la guitarra y tal y como en el grupo necesitamos otro guitarrista y eso, pues que si te querías unir al grupo.
-Ya, ya me ha dicho Faty.
-Bueno, ¿y qué has dicho?
-Que encantado.- Me dijo sonriendo. Chocamos puños y dije "Genial."
-Bueno, tío. Voy a dormir un rato.
-Yo igual, buenas noches.
-Buenas noches.

Me metí en la cama y rápidamente me quedé dormido, adentrado en mi mente y en los frutos de mi imaginación.

Me encontraba en el cementerio, en la tumba de Laura. Las pintadas seguían ahí. De repente, la de "Frerard" salió de la piedra y se convirtió en carne y hueso.

La verdad es que echaba en falta a Gerard y haberle dicho aquello me dolía mucho.

NOTA IMPORTANTE, MUY IMPORTANTE xD 
A ver, esto es un caos, yo ya no me entero a quien le tengo que pasar el blog y a quien no asi que, como buenos lectores que sois os vais a meter en tuenti y vais a buscar en amigos de amigos (los que me tengais a mi, meer emo comoquieras) o en todo tuenti si no me teneis xD y me vais a agregar a Athomic Sunshine. Soy yo, es mi tuenti solo para blogs:)
Bueno pues a parte, agradeceros por leer, sois muy importantes para mi, en serio. Espero que os guste, que lo disfruteis, que comenteis, os quedeis con ganas de mas, que Mary Little Revenge me diga lo guau mala que soy, Ángy Pascual lo mucho que me ama por liarla con su amado Mikey y Sarii Casas me mate por poner Sara.
Besos
Athomic Sunshine.

PD.: Lo siento, pero no he podido resistir atribuirme dos años de noviazgo (imaginarios T.T) con Frankie^^

PD2.: Lo que dice Sara de "Y por el culo lo heche" son hechos REALES, que conste xD

jueves, 21 de julio de 2011

Capítulo 15: Stearing down at a loaded gun

-L'oreal... mñanmmñmnmm... porque mñmnmmnnn... yo lo valgo.- Pude oír a Ray murmurar aquello. Me hizo muchísima gracia y me distrajo un poco de mi reciente pesadilla. "Ya verás cuando le diga lo que murmura dormido..." Dije con una leve sonrisa.

*Piribiri*

Era mi tono de mensaje del móvil. Lo abrí y era de Gerard. Ponía: "Sal al pasillo." Hice lo que me decía y al salir me lo encontré apollado en la pared.
Se avalanzó sobre mí, besándome pero le aparté de un empujón.

-¿De qué vas?
-Frank... yo... quería pedirte perdón...
-La boca se usa para decir "perdón" cuando te disculpas, no para besar a la otra persona.
-Ya... ya lo sé.- Dijo avergonzado.- He estado hablando con Mikey y me ha ayudado a ver que es absurdo que me raye por ti, que no me harías daño.
-¡Aoumm! ¿¡A si que ahora te das cuenta!? Anda mira tú por dónde...- Saqué la lista de mi bolsillo y se la dí.- Toma,- Dije con cara de asco.- se te calló esta mañana. Estaba a punto de cerrarle la puerta en la cara cuando inconscientemente mi boca habló por sí sola.- Ah, y si nunca te he dicho te quiero es porque eso sería mentir. 

Cerré de un portazo y reparé en lo que le acababa de gritar. Había sido algo inconsciente que no sentía en absoluto, pero el orgullo era demasiado grande como para decir: "lo siento, ha sido sin querer."
Me resbalé por la puerta hasta el suelo mientras lágrimas involuntarias caían y aumentaban tanto en tamaño como en número. Me senté haciendo un ovillo con mi cuerpo y tapándome la cara con mis manos.
Sentía rabia y frustración. Comencé a gritar, golpear cosas, incluso a mí mismo hasta que caí rendido en mi llanto y me tumbé bocabajo en la cama con la cara en la almohada.

-Hey...- Dijo Ray con un tono triste, acariciando mi espalda.- Oh... Ven aquí, Frank.
Me incorporé para recibir un abrazo, unos golpecitos y caricias en la espalda y unos cuantos "no llores, tío..." de mi amigo.
-¿Qué ha pasado?
-Pues que...- Me sorbí la nariz.- le he dicho que si nunca le decía "te quiero" es por que sería mentir... Pero yo no siento eso, lo he dicho sin querer...
-Oh... Dios, háblalo con él.
-No puedo, ahora mismo me odiará.

(NARRA GERARD)

Fui corriendo entre lágrimas a mi habitación para buscar el consuelo de Mikey.

-¿Gerard?- Musitó Mikey.- Gerard, ¿qué ha pasado?
Me lancé a sus brazos.
-No me quiere, Mikey. Frank no me quiere.
-No digas eso, Gee.
-Es él quien lo ha dicho...

Mis ojos daban rienda suelta a las lágrimas que no tenían la intención de cesar.

-Era demasiado perfecto, demasiado bonito para ser cierto. No me merezco a alguien como Frank.
-Cierto, te mereces a alguien mejor, Gerard. Y tengo a la persona perfecta. Soltera, guapa... Te viene como Dedo al dedal.
-Como anillo al dedo.
-Da igual. Se llama Sara, voy a llamarla.
-Gracias hermano.- Le abracé y se fué a la cocinita a hablar con la chica.

Pasaron unos minutos y las lágrimas se agotaron. Mi hermano regresó de la cocina.

-Mañana por la noche hemos quedado ella, Ángy, tú y yo.
-Gracias, de verdad.
-No hay de qué ya sabes que siempre me tendrás.
-Y tú a mí.- Le sonreí.- Bueno, me voy a dormir ya, que estoy cansado.
-Si, yo igual. Buenas noches.
-Buenas noches.

Me acosté, cómo no, reviviendo la escenita con Frank en mi cabeza.
Como no podía dormir encendí el ordenador y miré un vídeo en youtube que me llamó la atención llamado "Saca el FUA" 
Me ayudó a despejarme bastante y a sacarme unas cuantas carcajadas. Es de un señor borracho que se autodenomina "viajero" y que dice ser capaz de ver el futuro y revivir muertos. Dice cosas como "Tengo que dar el extra", "Tengo que sacar el Fua", "cuando ya esta muerto y (Aquí no entiendo qué dice) no, no, no, FUA, FUA y FUA", "Voy a sacar el Fua: Ay, es que ya no puedo... ¿¡Cómo no!? ¡FUAA!" y esas cosas.

Tras reírme un rato con el vídeo me entró más el sueño y me dormí. Soñé con Frank y muchas chicas con él, besándolo sobándolo y siendo correspondidas por parte de Iero. Me entró mucha envidia... Realmente, Frank no me gustaba, estaba completamente enamorado de él, y era una mierda no ser correspondido.

-Gee... es hora de levantarse, tío, es fin de semana, pero... son la una.
-Va, gracias. Olle.
-Dime.
-Voy a salir un momento luego.
-De acuerdo.

Me duché rápido y vestí, como de costumbre, con camiseta, pantalones, Converse y sudadera, ya que llovía, negras.
Cogí dinero y salí camino de la droguería. Una vez dentro compré un paquete de razor blades. Después cogí el autobús y me dirigí a una tienda de armas donde adquirí una pistola pequeña. Sí, se que parece una locura, le daría una oportunidad a Sara, pero lo que yo sentía por Frank era demasiado fuerte y ya no encontraba razones para vivir.

Cuando llegué a la habitación me encerré en el baño. Mikey no estaba asi que podía hablar solo o cantar canciones de estas que se cantan cuando te deprimes en alto sin que nadie me oyera.
"De vuelta a casa de la carrera cantando canciones que hacen que me corte las muñecas..." Me dije a mí mismo mientras hacía un profundo corte en mi muñeca izquierda. La cuchilla era mi pincel, la sangre la pintura, mi cuerpo el lienzo y yo el artista. "¿No es esto demasiada dibersión?" Otro corte más, cada vez más grandes. "Mirando a una pistola cargada..." Dije pasando mis dedos por el gatillo de la pistola.

Oí como llamaban a la puerta. Me sequé la sangre con agua y papel y tapé los cortes con una muñequera de Mikey.

Abrí y ahí estaba mi hermano con Fátima.

-Hola, Gerard... ¿Esa es mi muñequera?
-Sí, ¿te importa que la haya cogido?
-No en absoluto.- Me sonrió.- He traído a Fátima para que que me de clase. ¿Te importa que estemos aquí?
-Por Dios, no.- Dije sonriendo.- No importa que estéis, en absoluto.
Me senté en el salón hasta que oí a Fátima terminar la clase.
-Bueno, pues muy bien todo, Mikey. Me voy a ir ya. Haz eso para mañana, ¿vale?
-Claro, gracias, Fátima.
-Adiós. ¡Daisuki!
-Ehh... Sí... Daisuki... a... tí... también.- Dijo pausando cada palabra.
-No tienes ni guarra de que te ha dicho, ¿no?- Dije cuando se hubo ido.
-No...- Dijo un poco-bastante borde.
-Te ha dicho "te amo" en japonés.- Dije yo ignorando aquel tono.
-Aoumm...- A Mikey se le quedó cara de póquer al oír aquello.
-Quítate la muñequera, Gerard.
-¿P-por qué?
-Gerard, quítatela.
-¿No me la dejas?
-Gerard, tú odias la muñequeras.
-Vamos, Mikey, no exageres sabes que eso es mentira...
-¡Gerard, quítate la puta muñequera!

Me la quité con miedo. Sabía que las heridas no se habían ni cerrado, así que mucho menos cicatrizado.

-Dime que esto no es por Frank...
-Si lo es...
¡Joder, Gerard! ¡No te merece, coño! Es el mejor amigo del mundo, sí, pero como pareja no te merece.
-Mikey, le amo... le amo.- Dije resaltando la última palabra. Ya no tenía fuerzas para retener las lágrimas contenidas desde la noche anterior.
-Le sé, Gee...- Dijo mientras me dedicaba una sonrisa de compasión y me daba un abrazo.

Me sentía muy orgulloso de llamar a Mikey "Hermano". Siempre estaba allí cuando le necesitaba. Era la polla.

A todo esto ya eran las cinco de la tarde. No había comido nada. Estaba hambriento.

-Voy a hacerme un sandwich o algo, ¿tú quieres?- Le pregunté?
-No, gracias, hermano. Estoy bien así.
-Como quieras.

Me dirigí a la cocina y saqué el pan de moldé del armario pequeño de la comida de etiqueta "guardar en un lugar seco"
Abrí la bolsa y coloqué dos rebanadas de pan blanco sin corteza en un plato. Devolví el pan a su sitio y abrí la nevera.

-Mikey, ¿te has acabado la mantequilla de cacahuete?
-No, la mermelada, la nocilla y la mantequilla de cacahuete están donde el pan.

Comprobé que era cierto y saqué los tres manjares nombrados por mi hermano.
Abrí el cajón de la cubertería y saqué un cuchillo de untar.
Empecé esparciendo una gruesa capa de mantequilla de cacahuete en una de las rebanadas. Cogí la otra y unté un poco de mermelada de frambuesa y un montón de nocilla encima de ésta.

Coloqué el sandwich en el plato y me dirigí al salón mordisqueándolo.

-Luego no te quejes cuando seas una bola de sebo.
-No pensaba hacerlo.
-¿Ser una bola de sebo? Comiendo así pronto lo serás...
-No, me refería a quejarme.

Mikey puso una cara que pagaría por ver una y otra vez.

-Idiota.
-Yo también te quiero, Hermano.

lunes, 18 de julio de 2011

Capítulo 14: I'm never sure why I need you

-Bonita camiseta, Mikey.- Llevaba una camiseta caqui con estampado de tigre negro de sin mangas.
-Gracias, me la ha regalado Ángy.- Dijo mientras la besaba la cabeza. La estaba abrazando por la espalda y ella agarraba sus brazos.
-Aoumm, tienes buen gusto, Ángela.- La sonreí.
-Gracias.- Dijo con una risa levemente histérica.- Sobre todo para los chicos.
-Ooh...- Mikey y ella empezaron a frotar sus narices. Un "beso esquimal." Verles así de felices me daba muchísima envidia.
-Bueno, nos vamos ya. A ver, Javiera, tú, Lili y yo iremos en mi coche, -Dijo Bob.
Gerard, Mikey y Ángela en el mío.- Dijo Ray.
-Vámonos.- Dije sonriendo.
Nos subimos a nuestros respectivos coches y le dediqué una última mirada de "¡Jódete!" a Gerard inconscientemente.

(NARRA GERARD)

-¡Aaaaaghhhh!
-Gerard, deja ya de rallarte, tío. Frank no se trae nada con Javiera ni con nadie... Tú sabes bien que lo que pasa es que estáis cabreados pero él solo tiene ojos para tí...
-Sí, pues me da que es bizco.- Dije susurrando dirigiendo la mirada a la ventanilla.
-Gerard...
-Mikey...
Pasamos el resto del trayecto en silencio hasta que llegamos a nuestro destino. 
-Bueno, pues a pasarlo bien.- Dijo Bob tan alegre como de costumbre.

(NARRA FRANK)

Nos dirigimos a la cabina de tickets para comprar los nuestros y poder pasar al recinto.
Me quedé al final del grupo y a Gerard se le cayó un papel. Iba a dárselo pero vi mi nombre.
Lo recogí y leí el contenido.

FRANK IERO:
-Múltiples llamadas a las que no responde.
-Nunca me dijo un simple: "Te quiero" o algo similar.
-Besos en su camisa.
-Javiera.
-Le parece normal retrasarse a una cita por Javiera.

"Me cago en la puta. ¿De qué cojones va?"
-¿Pasa algo?
-¿Eh?, no, no.- Me apresuré a decir.- Gracias, Javiera.
-De nada. Se que no nos conocemos mucho, pero puedes contar conmigo para lo que sea.
-Gracias.- Sonreí y me devolvió el gesto.
-¿Eres gay?
-No, soy bisexual.
-Aaoumm... Olle, que estás llevando tú mi mochila, no te preocupes que la llevo yo.
-No, mujer, que pesa mucho, déjame que te la lleve.- Dije alzando la voz para que Gerard me oyera.
"Infantil que eres." Me dije.
-Bueno, ¿en cuál montamos primero?
-Creo que deberíamos ir ahora a las de agua y a las movidas, después de comer a algunas relajadas y cuando hayamos hecho la digestión repetir el esquema de la mañana.- Sugirió Javiera.
-Me parece bien.- Dije.
-Sí.- Dijo el resto.
Durante la jornada no pasó nada interedsante, simplemente montamos en atracciones, una tras otra y Ray hechó hasta la primera papilla por montarse en la atracción de Batman despues de haberse comido dos bocatas de queso de barra de pan entera y dos bolsas de Cheetos.

Volvimos al colegio y nos metimos cada uno en nuestras habitaciónes.
-Frank, siéntate, tenemos que hablar.
-Si es de Gerard no me interesa.
-Joder, Frank.
-Que no, Ray, que no me parece mormal que le tenga envidia a Javiera, joder. 
-A ver, Frank, entiéndele...
-Que me entienda él, que puedo tener tanto amigos como amigas.
-Ya lo sé Frank... Y él en el fondo también sabe que solo tienes ojos para él, pero le da la impresión de que eres un poco bizco... Aun que no digo que sea así...
-Ya, bueno... me voy a ir a dormir ya, Ray...
-Bueno... Adiós.
-Buenas noches.
Me metí en el baño dónde me desvestí y me lavé los dientes.
Salí en calzoncillos y me metí en la cama.
A los diez minutos empecé con mis pesadillas.

Me encontraba en un hospital con las manos cruzadas y la cabeza hechada hacia adelante.
-¿Cómo está?- Pregunté al doctor que salía de la sala.
-Bueno, no se como decirle esto, señor Iero, pero... Laura estaba embarazada...
-¿Qué?...- Musité. Vinieron a mi mente los recuerdos de la noche en la que hicimos el amor... Había usado condón, no lo entendía.- ¿Qué? No, no puede ser.
-Lo siento...- Dijo el médico enseñándome la ecografía que se le había hecho antes de la anatomía.
-¡NO!- Me desperté gritándo, sudado y jadeando.
-¡Aaaaaaaah! ¡No me toques el pelo!- Ray se despertó gritando.- Ah, pensaba que había alguien y por eso gritabas... Olvida lo que acabo de decir, ¿vale?
Asentí
-¿Qué ha pasado Frank?
-Nada, un mal sueño...
-Me lo puedes contar... Si quieres...
-Nah, no pasa nada, vuelve a dormirte.
-Bueno si necesitas algo me despiertas, ¿lo prometes?
Ray, tan buen samaritano como suempre. 
-Claro, gracias.
-De nada.
Dos minutos después ya se oían los profundos ronquidos de Ray.
Me quedé sentado en la cama con la luz de la mesilla de noche encendida, reflexionando durante el resto de la noche. De vez en cuando se oía a Ray murmurar cosas, lo cual me distraía de mis pensamientos y tenía que volver a empezar.


NOTA IMPORTANTE: Bueno, espero que os guste y como siempre dudas a Meer Emo Comoquieras.
A los que os interese he hecho otro blog ( http://justmyselfdanger.blogspot.com )
Besos
Athomic Sunshine

jueves, 14 de julio de 2011

Capítulo 13: And tomorrow we'll do it again

Miré el reloj.
-G...Gee...- Dije susurrando.
-¿Sí?
-Son las...- Gemido.- las doce en punto... deberíamos irnos... Ray... no podrá cobrirnos más...
-Como quieras.- Dijo y me besó.
Nos salimos de la ducha y nos vestimos. Fuimos a clase de música justo para empezarla. En el pasillo nos encontramos a Bob con Mikey que nos miraban con cara de cómplices y las típicas miradas de "uiuiui".
-Ehehehmm...- Dijo Bob guiñándome un ojo y dándome pequeños codazos.
Se me escapó una risita nerviosa.
-¿Con que cascándoosla el uno al otro en la ducha, eh, hermano?- Dijo Mikey riendo estruendosamente.
-Puto Ray.- Dijo Gerard apretándome contra él mientras reía.
-Anda... si es la happy pareja que se ha dignado a venir a clase.- Ray apareció y abrazó a Bob y a Mikey por la espalda.- ¿Verdad que son adorables?
-Hablando del rey de Roma.
-La próxima vez cerráis.
-Vale...
-Hey, mañana Lili y yo íbamos a ir al parque de atracciones y habíamos pensado que os podeis venir.- Dijo Bob como un niño ilusionado.
-¿Puedo llamar a Ángy?- Dijo Mikey al igual de contento. Me hacía feliz ver que había encontrado a alguien como Ángela.
-No, por Dios. ¿A esa? Puaj, por Dios, ni de coña.- Dijo Bob bromeando.- Pues claro que si, bobo.- Alborotó el pelo de Mikey que tenía cara de broma de niño enfurruñado.
-Yo me apunto.- Dije.
-Entonces yo también.- Dijo Gerard.
Sonó la campana y nos metimos en clase.
-Oh, mierda, mi carpeta. Ahora vengo.
Salí del aula y me dirigí a mi habitación a toda prisa para recoger mi carpeta de música. 
Una vez que ya la tenía volví corriendo a clase chocando con una chica por el camino y tirando los papeles de ambos al suelo.
-Oh, mierda, mierda, mierda...- Murmuró ella.
-Dios, lo siento muchísimo.- Dije ayudandola a recoger sus papeles.- Soy Frank.- Dije cuando nos levantamos.
-Javiera.
-No lo había oído nunca, ¿eres de por aquí?
-Sí, más o menos... ¿Sabes dónde está la clase de música?
-Sí, voy para allá ahora mismo. Ven.
Llegamos a clase y le expliqué al profesor lo sucedido.
Me senté al lado de Gerard y le hice señas a Javiera para que también viniera.
-¿Quién es?- Me preguntaron mientras ella se acercaba.
-Chicos, esta es Javiera.
-Hola.- Saludó.
-¿Qué tal? Soy Bob.
-Mikey.
-Ray.
Hubo un silencio hasta que Gee se introdujo a sí mismo.
-Gerard...- Dijo con un aire de suficiencia.
-Encantada.- Sonrió.- Creo que no le caigo muy bien al pelirrojo...- Dijo Javiera agarrando la manga de mi camiseta, empujándome hacia ella para que pudiera susurrarme aquello al oído mientras negaba con la cabeza.
-No, no pienses eso, es muy majo, luego te lo presento, verás.
La clase de música, que a menudo se me hacía corta, aquel día era eterna. Solo quería salir de allí junto con Gee...
Sonó la campana, y, ¿cómo no?, yo fui el último en salir.
Salí al pasillo y me uní al circulito formado por Mikey, Bob, Ray, Gerard y, un poco a las afueras, Javiera, a la que empujé con delicadeza a mi lado mientras me metía en el círculo.
-Bueno, pues yo me voy con Ángy al cine, chicos, nos vemos luego.
-Adiós.- Despedimos a Mikey.
-Javiera, mañana vamos al parque de atracciones, ¿te vienes?- Ofrecimos.
-No sé, supongo que sí.
-Te recogemos mañana.- Dije sonriendo.
-Bueno, los tortolitos, ¿qué hacéis, venís o no?
-Depende de lo cansados que nos quedemos esta noche...
-Ehemmm... Heineken...- Dijo Ray entre toses forzadas.
-Piensa en verde.- Dijo Bob de igual manera.
-¡Sois unos cerdos!
-¿Perdona?- Me dijo Ray. Rápidamente bajé la mirada.
-Bueno, el caso es que vamos a ver pelis, malpensados.
-Ya ya ya... ¿Qué película?, ¿Penineitor?... ¿o era masturbeitor?
-Terminator y, no, no creo.- Reímos.
Besé a Gerard que me prometió que me iba a llamar para ir a su habitación y me fui a enseñarle el centro completo a Javiera.
Dimos un largo paseo por los pasillos mientras yo le indicaba qué era cada cosa.
-Bueno ya estás.- Dije al llegar a su puerta.
-¿Quieres pasar?
-Claro, ¿por qué no?
Pasé y la ayudé a deshacer las maletas mientras hablábamos de lo nuestro.
Lecanté el móvil para ver la hora, las doce y media de la noche. Quince llamadas perdidas de Gerard.
-Madre mía, me voy. Adiós, encantado.
-Igualmente...
Corrí todo lo rápido que pude hasta llegar a la puerta de los Way y llamar.
Me abrió Gerard.
-Ya era hora. ¿Dónde coño estabas?
-Lo siento enserio, lo siento muchísimo, Gerard, yo...
-No pasa nada, entra...- A pesar de decir esto estaba molesto, lo cual era obvio y me parecía totalmente comprensible.
-Oh, Gee... Lo lamento de verdad...
-Vale, olvídalo ya, ¿quieres?
-Vale...- Musité.
Entré y cerré la puerta. Gerard ya estaba sentado en el suelo apoyándose en los pies de la cama. Me fui a sentar a su lado pero él puso el bol de palomitas entre nosotros. Levanté el cuenco, depositándolo en mis piernas para sentarme a su lado, lo cual pareció molestarle.
Estuvimos viendo las películas una tras otra hasta que acabamos la última.
-Bueno, vete ya que tenemos que madrugar mañana.
-Sí... Adiós, Gerard.
No me respondió. "¡Qué le peten!" Pensé mientras me iba enfurruñado a mi habitación.
Aquella noche soñé que estaba en un autobús con Bob y alguien más haciéndonos barbas de espuma, lo cual no entendí por qué.
-Hey, despierta.- Dijo Ray sacudiéndome.
Me levanté y comencé el día con mi rutina, lo único que cambiaba eran las lágrimas en mis ojos disimuladas por el agua de la ducha que me recordaba a aquel momento.
Me vestí con una camiseta negra, vaqueros y cazadora del mismo color y unas Converse blancas.
-¿Qué tal ayer?
-Tema tabú, ¿vale?
-Aaw... cuéntamelo.- Dijo Ray como una madre protectora y comprensible.
-Nada que llegué tarde y se enfadó.
-Hablaré con él. Venga vamos a recoger a tu amiga y nos ponemos en marcha.
-Voy a llamarla yo, tu vete.
-Vale.
Fui a la habitación de Javiera y llamé a la puerta.
-¿F... Frank?- La había despertado.- ¡Hostia! Me visto enseguida, pasa.
Ella entró con un montón de ropa al baño y a los dos minutos se oía el agua correr. Me senté en la cama y miré a mi alrededor. Había decorado toda la habitación con pósters, matrículas y señales como las de prohibido.
Salió del baño en ropa interior y se vistió delante mío pidiéndome consejo de cómo quedaba mejor.
-Gracias porla ayuda.- Dijo tímidamente.
-De nada. Por cierto, te ha queado guapa la habitación así.
Sonrió y nos fuimos con los demás.
Llegamos al aparcamiento y ahí estaban todos. Gerard puso una mueca muy fea al ver a Javiera por lo que, inconscientemente, me ofrecí a llevarla la mochila, no por educación si no por joder puramente a Gerard.

viernes, 8 de julio de 2011

Capítulo 12: 3,2,1, we came to fuck.

-Eso espero...- Me dijo mientras se subía la bragueta y se abrochaba el botón de sus vaqueros.
Le miré a los ojos e inconscientemente cogí su cara en mis manos y le besé.
-¿Ya estás?
-Sí, vamos.
-¡Eh!, vosotros.
-¡Mierda!- Dije mientras Gerard y yo nos mirábamos brevemente con cara de preocupación y adrenalina.
-¡Corre!- Me dijo él tirando de mi mano.
Corríamos a la vez que reíamos, tan alto que se nos cerraban los ojos y apenas veíamos el camino. Unos cinco minutos después llegamos a una explanada, digamos que a acabar lo que habíamos empezado.
-¿Le despistamos, no?
-Supongo, pero, ¿qué más da?- Le respondí.
Empezamos a desvestirnos. Agarré su cara de nuevo entre mis manos, que bajaron recorriendo su perfecto cuerpo hasta llegar a su también perfecta cintura.
-¿Íbamos por aquí?- Dije mientras... una "parte de mí" penetraba en él.
-No lo sé... pero no me importa... así está perfecto.- Hablaba entrecortadamente, con gemidos largos e intensos entre cada palabra.
-Gritando así no me extraña nada que se despertara el pavo ese...
-La tienes demasiado grande, joder es culpa tuya.
Me sonrojé y comencé a moverme con más rapidez y más intensidad haciendo que soltara gritos ahogados cada vez más alto.
-Aoumm... ¿y es problema?, ¿te duele?, ¿paro?
-No, no y... NO, NI DE COÑA.- Dijo él, soltando un suspiro de placer tras otro.

Esta estaba siendo una de las mejores noches de
mi vida y uno de los mayores placeres que había tenido jamás.
Gerard y yo comenzábamos a gemir con más fuerza hasta que llegaron a ser gritos lo que emitían nuestras gargantas.
-Vale, nos van a encontrar. Dije tumbándome en el cesped extendiendo mi brazo para que Gee se apollara en él.- Ven, túmbate a mi lado que tú tienes almohada.
Me sonrió y obedeció. Nos quedamos mirándonos a los ojos, repartiendo besos simultáneos en los labios del otro. Haciendo esto, pronto ambos nos quedamos dormidos.
Aquella noche soñé... ¿o "pesadilleé"? No sé era un sueño raro, no del todo pesadilla pero...
Estaba allí, en el bosque, con Gerard, la única diferencia era que Gerard estaba tumbado en un sofá de terciopelo rojo antiguo muy bonito y vestido de conejita de Playboy mezclado con gatita.
-¿Me haces el caballito, Frankie?- Decía él mientras movía en círculos su cola de gata, ponía miraditas sensuales y voz de niñita indefensa para convencerme y se colocaba ya a cuatro patas.
-¡Claro, Gee!- Me veía a mí mismo subirme en Gerard. A mí me habían desaparecido los calzoncillos y el tenía un agujero en el traje por el que inevitablemente penetró mi pene.-¡Yiiiiihaaaa! ¡Arre, Gee, arre!- Decía mientras le azotaba el culo.
-Frankie...-Abrí los ojos al notar una lengua en mis labios y más tarde en mi boca y al haber oído mi nombre. Ahí estaba Gerard. Aquella había sido la forma más dulce en la que me habían despertado.- Tenemos que vestirnos e ir a clase.- Estaba encima mío y su pene rozaba con el mío.
-Err... sí.- Dije riendo nerviosamente.
Nos vestimos a toda prisa y salimos corriendo a por mi moto cogidos de la mano.
Me subí a la moto y metí la llave.
-Ponte tú el casco y agárrate bien fuerte a mi cintura.- Le ordené.
Nos pusimos en marcha y, debido a la hora, no había mucho tráfico así que pudimos ir a mayor velocidad.
-Joder, como corre esto, ¿no?
-¿Quieres verlo?- Dije acelerando.
-Más rápido, Frank.- Dijo Gerard como un niño pequeño acompañando la frase de un "wiii". Aquello me recordó a Laura, me despisté y casi chocamos contra una valla.
-Frank, con cuidado.
-Perdona, me he despistado.
-No pasa nada...- Dijo besando mi mejilla y apretándose más a mí.-¿Esta tarde vemos unas pelis en mi habitación?
-Vale, porqué no., pero a ver que me pones.
-Tranquilo, puedes estar seguro de que no te voy a poner princesitas dando saltitos.
-Si luego la peli va de que asesinan a la princesa no me importa.
-Eres sádicamente perfecto, mi amor.- Dijo él plantando otro beso en mi mejilla.
Paré la moto y nos bajamos de ella. 
-Todavía quedan 2 horas para empezar las clases.- Me dijo.
-Lo sé... Me tengo que duchar y cambiarme... ¿te vienes?
-Eso ni se pregunta.- Le besé los labios y fuimos a mi habitación.
-Shh... no hagas ruido que está Ray.- Susurré mientras abría la puerta.-Pasa.
Nos metimos al baño y entre besos, risas y caricias por doquier no desvestimos y entramos a la ducha. Dejamos el agua caer sobre nuestros cuerpos desnudos que en aquel momento estaban unidos formando uno solo. 
Separo su boca de la mía por un instante.
-Estás tan sexy mojadito...
Volvió a besarme, quitando su mano derecha de mi cuello y bajándola hasta mi pene. "La mejor paja de mi vida." Pensé.
De mi boca salían pequeños gemidos y Gerard se apartó de ella besando mi cuello mientras yo apuntaba al techo con los ojos cerrados en una mueca de placer.
La puerta se abrió.
-¡Me cago en la pu...!- Dijo Ray cerrando mientras se tapaba los ojos.- Coño, avisad o cerrad con pestillo. Lo siento.
-No pasa nada.- Dijo Gerard riendo ya que yo no podía responder, mi voz solo era capaz de emitir agudos gemidos de placer.
-Y anda que tú, Gerard, podrías parar de masturbar a tu novio mientras que estoy yo, ¿no? Que entro y tú sin cortarte.
-No, que no pare, que ni se le ocurra...- Dije yo, inevitablemente con la voz entrecortada.
-Bueno, como queráis, Guarrillos,- Dijo riendo Ray.- Pero hay clase en diez minutos, ¿os cubro o vais a venir?
Gerard me miró y vio en mí que lo asesinaría si paraba.
-Cúbrenos...
-Va.
-Gracias, Ray.- Dijimos y volvimos a lo nuestro.
-Eres un viciosillo, ¿eh?- Me dijo.
-Te repito que tú eres mi mechero y yo el fumador incondicional.
-Y vice versa, aun que no tengas el pelo rojo como yo.- Dijo hechándose el pelo para atrás y moviéndolo a lo "Pantenne".
-Tu súper pelo...- Dije gimiendo muy alto. Había aumentado la velocidad a la que su mano... "trabajaba."
-¿Ahora quién es el que se pone cachondo y ahuya como una loba en celo?
-Yo ahuyo...,- Le miré el pene.- pero cachondos estamos los dos.
Se rió y me besó intensamente.

domingo, 3 de julio de 2011

Capítulo 11: Stop asking me questions, I hate to see you cry.

Entré a la sala, que estaba a oscuras. "Ray." Pensé. Saqué el móvil de  mi bolsillo para iluminar el camino en vez de encender la luz para no despertar al del "Once-Ocho-Once".
Me senté a los pies de la cama y me desvestí  hasta quedarme en calzoncillos. Tiré toda la ropa por la habitación aleatoriamente, después deshice a cama y me tumbé en ella.
Era extraño, yo siempre tenía sueños largos, agoniosos... bueno... pesadillas... pero aquella noche no soñé nada en absoluto. Solo veía negro, nada más que eso.
-Frank, despiértate.- Oí decir a Ray
-Huummmm...
-¡Frank, maldito hijo de puta, he dicho que te despiertes!
-¿Q-q-quée... qué es lo que... pasa..., Ray?
De repente me sonó el móvil.
-¡Fátima!
-¡Oh!, a ella si la respondes las llamadas, ¿no, Frank?
-¿Qué...?
Ray me quitó el móvil dela oreja.
-Te llama luego.- Dijo colgando a Faty.
-¡Heeeeey!
-¿Por qué no le cogías el móvil a Gee?
-¿A Gee...?- Todavía no se me había pasado del todo el efecto del alcohol del todo y no sabía a qué se refería Ray cono lo de "cogerle el móvil"
-Sí, a Gerard, tu novio, Frank.
-¿Qué pasa, que porque sea mi novio tengo que vivir en modo "WORLD: OFF// GERARD:ON"? No lo creo...- Ya caí en lo que quería decir el Ricitos.
-Frank, ¿qué os pasa?
-Pues que el otro día estaba ocupado y él coge y se enfada por eso, porque tuviera cosas que hacer no relacionadas con él, por tener una vida social, por tener amigos...
-Ya, y esos "amigos" tuyos... Dime, ¿son quizás del sexo opuesto y son algo más que amigas?
-¿¡Qué cojones dices, Ray?!
-Frank,- Dijo recogiendo mi camiseta del suelo y estirándola. Habían manchas de pintalabios rojo por doquier, sobre todo por el cuello de la prenda y apestaba a alcohol.- ¿qué tal lo pasasteis tú y ella?
-¿Qué? N... no entiendo nada... Yo no he besado a nadie que no fuese Gerard.
-Ya, pues díselo a él, ha visto la camiseta.
Salí corriendo a la habitación de los hermanos Way. Seguía enfadado con él, así que no sabía porque me molestaba en intentar arreglar nada, a demás, yo sabía que esto era mentira, no había besado a nadie... A pesar de eso me planté en la habitación y llame a la puerta.
-¡Hum...!- Dijo Mikey bebiendo un sorbo de café.- Hola, Frank, pasa.
-¿Está tu hermano?
-Nop...- Otro sorbo.- Se fue,- Hizo una pausa en la que pensó si beber o no de la taza.-al bosque. Siempre que necesita pensar se va allí.
-Madre mía... yo no besé a nadie...- Estaba a punto de romper a llorar.- Mikey, tú... le podrías...-No aguanté más y rompí en lágrimas.- Mikey... ¿tú me crees, no?Yo no besé a NADIE.
-Frank, tranquilo.- Dejó la taza en la encimera de la mini-cocina y pasó su brazo por mi espalda, dirigiéndome hacia el sofá y sentándonos en el.- ¿Qué pasó?
-Mikey, no besé a nadie...

Se hizo un silencio sepulcral en la sala.
-Dime que me crees, Mikey, por favor...
-Te creo... hablaré con Gerard... Vete a dormir, lo necesitas...- Mikey me dedicó una cálida sonrisa.
-Gracias, de verdad...- Traté de devolverle el gesto pero estaba tan destrozado que no pude.
Cuando estaba saliendo Mickey me detuvo.
-Eh... Frank... ¿Sabes el bosuqe que está a las afueras? Gerard estará allí seguro.
-Gracias, Mickey, voy para allá.
Cogí las llaves de la moto y me fui sin pensarlo dos veces.
Dejé la moto apoyada en un árbol y me adentré en la marabunta de hojas.
Andé sin rumbo hastá divisar una mata de pelo rojo vivo. El nudo en mi garganta por una parte se deshizo, pero por otra se intensificó.
-G...Gerard...- Finalmente me decidí a decir.
Este se dio la vuelta durante un segundo y vovió a girarse. Estaba llorando.
-¿Qué quieres?
-Gerard, yo no besé a nadie, te lo juro.
-Ya, tu camiseta tiene estampado de labios femeninos rojos, ¿no?
-Es la nueva moda...-Hubo un silencio largo e incómodo. El viento le seplaba el pelo a Gerard... era una escena tan bella... no pude evitar fotografiarla con la cámara del móvil. Las hojas chocaban entre sí y las ardillas correteaban de árbol en árbol.
-Joder, Gee...
-Gerard.- Me interrumpió
-Gerard, no me seas estúpido.
-Yo no TE soy nada.- Dijo entrecomillando con los dedos y poniendo énfasis en el "Te".
-Gerard, cago en la ostia. Eres lo más importante en mi vida, ¿olles? No se como puedes tan siquiera...-Las lágrimas comenzaban a salir.- tan si quiera... dudar.
Le miré a los ojos y sus muros se derrumbaron dejando al Gerard frío y distante desaparecer y aflorando el Gerard cálido y comprensivo.
-Oh, Frankie... Ven...- Se levanto para cogerme de la mano y llevarme hasta la moto.- Te creo...
-Nunca me dejes...
-No lo haré, lo juro.
Nos montamos en la moto y se me olvidaron todos mis temores al sentir sus brazos agarrarse a mi cintura.
-Podemos parar en el cementerio, si quieres... Me encantan los cementerios...- Dijo el sonriendo.
Le sonreí yo también y giré para ir al cementerio, el único que había y en el que estaba enterrada Laura.
-Vamos, pues.
Me abrazó con fuerza y apolló su mejilla derecha en mi hombro, también derecho.
Aparqué la moto.
Había anochecido y el guarda de por las noches no se tomaba su trabajo nada enserio, se dormía, así que era como si estuviésemos solos.
Salté la valla y la abrí para que Gee pudiera pasar. Abracé su cuello y le besé levemente.
El soltó una ligera risa y tiró de mí cogiéndome de la mano, mordiéndose el labio en una sonrisa pícara.
Me tiró del brazo atrayéndome a él. Su lengua rozó el contorno de mis labios y penetró en mi boca. Me separé de él. "Es hora de llevar esto a un nuevo nivel." Me dije. Mis manos bajaron hasta su cintura y mi boca rozaba su oreja, que mordí suavemente. A mí eso me ponía, a lo mejor a él también.
Nos empezamos a desvestir, primero su camiseta, luego la mía y así sucesivamente. Comenzó a besar mi tripa bajando cada vez más e introduciendo mi órgano reproductor en su boca. Me giré hasta hacer yo lo mismo con él. Me ardía el pene, tenía una erección, pero no me importaba porque era él. Unos veinte minutos después él se corrió y yo también, pero en menor cantidad y a causa de que él lo hiciera. Me separé de él y quedamos mirándonos cara a cara.
-Ahora creo que me gusta el núemor sesenta y nueve.
Ambos reímos.
-Tienes...- Dijo Gee señalando mi boca.
-Tú también.
-Espera que te la quito.
-Gracias, y yo a tí...
Nos enredamos en un vivo y apasionado beso. Uno que dejaba ver claro como el agua cristalina los sentimientos del uno por el otro.
Gerard se movió y volvio a introducir en mí... parte de él, digamos, por detrás mientras besaba mi cuello y mi espalda y abrazaba mis hombros. 
Se movía lenta y dulcemente... Dios, estaba en un puto cementerio y mi exnovia muerta estaba allí enterrada... Otro movimiento hizo que me olvidara de todo. Me daba igual dónde, cuándo o quién estuviera, lo importante era que éramos Gerard y yo, juntos de nuevo y no había nada que lo impidiera.
Justo en el momento más bonito de todos algo lo inetrrumpió.
-¡Eh!, vosotros, ¡fuera de aquí!
Era el guarda del cementerio. "¿Qué coño haces tú despierto, cabrón? Pensé. Cogí la mano de Gerard y recogimos la ropa para salir corriendo. Llegamos a un lado que daba a una arboleda y allí nos vestimos rápidamente.
-Creo que no nos ha visto ni la cara ni lo que hacíamos...- Le dije a Gerard.

martes, 28 de junio de 2011

Capítulo 10: Please understand that I can't stop now becouse I'm dancing

Me quedé al lado de la tumba, fantaseando que Laura estaba allí, viva, hablando y riendo conmigo.
Era tan bella como la recordaba a pesar de ser un espejismo en mi mente. 
-Gracias por las flores, ya sabes cuánto amo la Belladonna... 
-Sí, por eso las compré para tí.
De repente me sonó el móvil y Laura se disipó como una nube de humo.
-Diga.
-Frank, salgo en media hora, ¿a dónde vamos?
-Claudia, pues... no sé, es tu terapia de reabilitación de corazones, tú elijes.
-Vale.- Rió- ¿Sigues en el cementerio?
-Sí...
-Ahora paso a por tí, ¿de acuerdo?
-Vale.
-Hasta ahora.
-Chao.- Colgué.
Desde entonces no podía traer de vuelta a Laura conmigo, ya no la podía visualizar y estaba solo. Los minutos par
saban muy lentamente. Miré al reloj: Las ocho y media. El tiempo pasaba y yo movía nerviosamente las piernas. Estuve varios minutos así y volví a mirar al reloj de nuevo: Las ocho y media pasadas. "¡Una mierda, pero, dos minutos no pueden haber pasado solo dos minutos! Han pasado diez mínimo."
Saqué la cartera y de ella la fotos de Gerard. Empecé a romper su cara y en las que salíamos él y yo simplemente rompía su rostro, quedando el mío intacto.
Miré el reloj. Solo habían pasado tres minutos.
-¡Aghh!- Exclamé desesperado.
Tras varias horas que en realidad cada una eran siete segundos verdaderos decidí volver a intentar matar un poco el tiempo, esta vez con resultados. Busqué  en mis bolsillos un papel y lo encontré. Saqué también un boli y comencé a componer una canción.
"¡Guau, ha ido más rápido y más fácil que otras veces!" Pensé al acabarla. Era cierto.
Miré el reloj: Las 9. "Genial." Pensé
-Enano.- Con esto, Claudia interrumpió mis pensamientos.
-¡Vámonos, por Dios!
Ella rió y me miró. Me acerqué hasta ella y me dio un beso en la mejilla.
-Venga, que se te ve impaciente.
-Es que me estaba matando a aburrimiento.
-Ya lo suponía, pero estabas haciendo algo en un papel, ¿puedo verlo?
-Es una canción.- Dije sacando el papel.- Creo que la titularé "10 Rings". Toma.
-¿Me la cantas?
-Claro, ¿por qué no?, pero luego que cantar en un cementerio no es que sea muy...
-Ya,- Rió.- lo dejamos para luego.
La sonreí.
Fuimos hasta una parada de autobús y esperamos a que llegara el nuestro. A medida que uno se aproximaba, Claudia se acercó y miró el número.
-El 160, vamos, es el nuestro.
-Pero yo no tengo mucha pasta, vamos a pie.
-Ni pasta ni leches, me da igual, te dejo yo dinero, hoy vamos a pasarlo en grande, ¿entendido?
Sonreí y me subí tras ella al autobús.
-Bueno, ¿a dónde me llevas?
-Vamos a ir a un bar con una amiga mía, Raquel, y después a ir pedo por ahí, sin rumbo, dejándonos llevar y liberándonos.
-Suena bien.- Sonreí.
-Y me tienes que cantar la canción.- Dijo devolviéndome el papel.
-Bueno, vale.
Estábamos solos en el autobús así que empecé a cantar.
Learn to live with decisions that you made, I learned things from the break that I can't forget.
Catch you doing drive-bys at 1AM, it must kill you to know that we can't be friends.
End of the summer, you cut me off, I cut you out of the pictures I have, End of the summer you cut me off, I cut you out of the pictures I have.
Stop calling my house, stop calling my house, my house, my house, my house.
Living room, answering machine turned off, ten rings 'till I pick up and you hang up. 
You made your bed to lie in with someone else, guess you better watch what you wish for.
End of the summer you cut me off, I cut you out of the pictures I have, end of the summer you cut me off, I cut you out of the pictures I have.
Stop calling my house, stop calling my house, my house, my house, my house, my house, my house, my house, my house.
Stop calling my house, my house, my house, my house, my house.
There's nothing left to say, I won't answer the phone, your obsessionnis starting to lose it's charm, nothing left to say, I won't answer the phone, we're over and done.
Stop calling my house!
-Guau... Está genial, me encanta.- Dijo aplaudiendo.- ¿Cómo decías que se llamaba?
-Gracias.- Dije riendo vergonzosamente como cada vez que me alagaban por algo.- Ten rings.- Respondí.
Ella asintió mientras que, lentamente, dirigía su cabeza hacia el cristal.
-Ya llegamos.- Dijo mientras que se levantaba para salir del autobús.
Me levanté y salí del autobús detrás de ella.
Andamos unos metros más y llegamos a la puerta de un centro comercial.
-¡Raquel!- Saludó con la mano Claudia.
-¡Hey!- Raquel le devolvió el gesto mientras se acercaba a nosotros. Era más o menos alta, esbelta, con ojos y cabellos morenos, los cuales tenía rizados.
-Hola, Frank, Claudia me ha hablado mucho de tí. ¿Qué tal?, soy Raquel.- Me dió dos besos en las mejillas.
-¿A sí? Bien, ¿y tú?
-Sí.- Dijo riendo y mirando a Claudia.- Bien. Encantada de conocerte al fin.
-Igualmemte.- Dije con una radiante sonrisa en la cara.
-¿Nos vamos ya?
-¡Vamos!- Dije alegremente como un niño impaciente por bajar las escaleras y abrir los regalos en el día de Navidad.
-Bueno, Frank. ¿Qué estudias?
-Pues mixtas.- Le respondí a Raquel.- ¿Tú?
-Igual.
-¡Oooohh! Tenéis cosas en común, buen comienzo.- Dijo Claudia riendo estruendosamente.
-Tonta...- La dije sonriendo, a buenas.
Me devolvió el gesto con una sonrisa pícara.
Llegamos a un bar y pedimos mesa en la terraza.
-Bueno aquí ya pilotas tú, nos dejamos en tus manos.- Le dijo Claudia a Raquel.
-Llevo viniendo a este bar desde pequeña, se qué platos merecen o no la pena y tal...- Me aclaró Raquel.
-Bueno, ¿y qué vamos a pedir?
-cervezas, patatas, aceitunas, alitas de pollo y souflé de chocolate.
-Suena bien, pero me he traído poco.
-Tranquilo, está genial de precio, más o menos diez euros todo lo que he dicho, entre nosotros tres pues yo que se apróximadamente tres euros y pico por cabeza.
-¡Guau! Está genial.
-Sí, lo sé.
Pedimos lo dicho al camarero y tras la copiosa comida, excelente, he de decir, Claudia sacó el tema de mi faceta musical.
-Bueno, Enano,- Dijo Claudia.-¿me tienes que cantar algo, no?
-¿Aquí?
-¿Por qué no?
-¿Cantar?- Dijo Raquel emocionada.
-Sí, Frankie canta y toca la guitarra genial. Sus canciones están súper bien.
-No es para tanto...- Me sonrojé.
-Calla y canta.- Dijo Claudia guiñándome un ojo.
-Bueno...
Me aclaré la garganta y empecé a cantar mientras golpeaba ligeramente la mesa de metal del bar con la mano simulando la batería de la canción.
"Learn to live with decisions that you made,
I learned things from the break that I can't forget.
 Catch you doing drive-bys at 1AM,
it must kill you to know that we can't be friends.
 End of the summer, you cut me off,
I cut you out of the pictures I have,
end of the summer you cut me off,
I cut you out of the pictures I have.
 Stop calling my house,
stop calling my house,
my house,
my house,
my house.
 Living room,
answering machine turned off, ten rings 'till I pick up and you hang up. 
 You made your bed to lie in with someone else,
guess you better watch what you wish for.
 End of the summer you cut me off,
I cut you out of the pictures I have,
end of the summer you cut me off,
I cut you out of the pictures I have.
 Stop calling my house,
stop calling my house,
my house,
my house,
my house,
my house,
my house,
my house,
my house.
 Stop calling my house,
my house,
my house,
my house,
my house.
 There's nothing left to say,
I won't answer the phone,
your obsessionnis starting to lose it's charm, nothing left to say,
I won't answer the phone, we're over and done.
Stop calling my house!"
-¡Wooooow!-Gritaron entre aplausos las chicas.
-¿Cómo se llama?- Pregunto Raquel.
-"10 Rings"
-Me encanta.
-Chicos, siento cortar el rollo pero deberíamos ir moviéndonos.- Dijo Claudia.
Pagamos la cuenta y nos fuimos. Raquel se abrazo a mi cuello y dejo caer su peso en mi. Iba borracha, al igual que Claudia y yo, pero no era paa tanto, se podía tener en pie perfectamente, pero no importaba. Pasé mi mano por su cintura para que ella estuviese más cómoda, sujeta y segura y yo con menor peso en el cuello.
Llegamos a una discoteca con un gran letrero de lentejuelas y pequeños cachos de espejo y purpurina que formaban las letras del nombre del local "Dark Night" Me gustaba ese nombre para una discoteca.
-Hoy es gratis todo menos las copas.- Dijo Raquel, y acto seguido entramos.
"She's got a love like woe, girls got a love like woe (ladada) And I feel like it don't make sense, becouse you're bringing me in and then you're kicking me out again..."
-¡"LOVE LIKE WOE"! Amo esa canción. -Dije agarrando los brazos de la chicas y arrastrándolas a la pista de baile.
Estuvimos bailando canción tras canción hasta que dieron la 6 de la mañana y a parte de cansados, estábamos completamente borrachos.
Cogimos el mismo autobús en el que habíamos venido Claudia y yo.
-Ah, Frank, toma mi número.- Raquel me dio un papelito.
-Vale, te llamo mañana.
-Adiós.- Nos despedimos Claudia y yo.
Nos subimos al autobús y esperamos en silencio a que llegara nuestra parada. 
-Bueno, Claudia, me voy que en unas horas tengo clase. Gracias por todo lo he pasado genial.
-Adiós, Frank.
Nos dimos dos besos en las mejillas y me fui a mi habitación.

domingo, 26 de junio de 2011

Capítulo 9: I don't love you like I did yesterday

Las horas pasaban y yo deambulaba por los pasillos en busca de Gerard, sin rumbo fijo y pensando "Mierda."
La tarde entera trancurrió así, de aquí para allá y de allá para aquí hasta que finalmente decidí ir a picar algo a la cafetería.
Bajé en el ascensor de metal al final del pasillo ya que no me apetecía ir por las escaleras. Cuando ya estaba abajo abrí la muerta metálica que daba al comedor del instituto. "Esto está a petar..." Pensé. Miré en busca de una mesa libre y entonces lo vi. Ahí estaba Gerard sentado en una mesa, solo, comiendo, tranquilo... Era imposible no enamorarse de él. Me acerqué a Gerard con una inevitable sonrisa en la cara.
Me acerqué pir detrás, y, tapándole los ojos con las manos, le susurré al oído:
-¿Quién soy?
Al oír esto apartó mis manos de sus ojos.
-Hola.
-¿Qué pasa, Gee?
-Nada, Frank, ¿qué tal te lo pasaste ayer noche?
-Bien, de eso quería hablar contigo, quería contarte y...
-Ya, bueno,- Me cortó él.- luego será, ¿vale? Me tengo que ir porque Mikey tiene la nota baja en japonés, le enseñaría yo, pero no tengo tiempo voy a buscarle una profesora o algo.
Se fue sin darme tiempo a decir ni "adiós".
"¿Japonés?, ¿Fátima no era medio japonesa o algo así?" Me dije. Saqué el móvil y la llamé.
-¡Frank, qué sorpresa! ¡Dime!
-Hola, Faty, quería preguntarte algo.
-Dispara.
-¿Tú hablas japonés me dijiste, no?
-Sí, soy medio japonesa y bilingüe en japonés, ¿por qué?
-Tengo un amigo que necesita ayuda y he pensado que podrías darle clases o algo.
-Por mí genial, ¿cómo se llama él?
-Mikey.
-Pues dale mi número y que me llame para concretar, ¿vale?
-Vale, muchísimas gracias, Faty, te debo una.
-No hay de qué. Te dejo, un beso.
-Adiós, gracias.
Fui corriendo a buscar a Gerard y Mikey para decirles lo de Fátima, pero, otra vez más, Gerard, me evitaba. En la habitación de los hermanos Ways solo estaba el pequeño.
-Hey, Frank, ¿qué pasa, tío? Entra.- Me saludó él con una taza de café en la mano.
-Gracias, tío. Te traigo buenas noticias.
-No creo, tío. Estoy que me muero, si no apruebo Japonés la he cagado. No hay mucho que me anime ahora a parte de tocar el bajo.
-Pues te digo que sibte va a alegrar.
-Y yo digo que no m lo creo.
-¿Y si te digo que tengo un grupo con una amiga que también toca el bajo y es medio japonesa y habla japones como si lo fuera completamente y que te va a dar clases, qué me dirías?
-Que te amo.
-Pues ya está.- Reí lecemente y le tendí el número de Faty.- Toma, ella es Fátima y este es su número. Me ha dicho que la llames para concretar y tal.
-Muchas gracias, Frankie.
-De nada.
Me dirigí a la puerta y cuando mi mano se aferraba al pomo de esta reuní valor, cogí aire y me decidí a hacer la pregunta del millón.
-Mikey, ¿qué le pasa a Gerard?
Solté el pomo y me senté en el sofá al lado del menor de los hermanos Way.
-No sé. Está raro...
-Ya lo sé, por eso mismo pregunto.
En ese mismo instante entró Gerard por la puerta. Cuando me vio se le quedó una cara de póker y de rechazo que me destrozaron el corazón.
-Hablando del rey de Roma...- Dijo Mikey sonriendo y palmeando el hueco libre de sofá entre nosotros dos.- Ven, siéntate aquí.
-Emm... no, estoy mejor depié.- Dijo Gerard, destrozándome aun más.
-Mikey, no he podido conseguir nada, pero seguiré buscando, lo prometo.- Le dijo el pelirrojo, esta vez a su hermano.
-Oh, no hace falta, Gerard, Frank me ha conseguido algo, ¿verdad, Frankie?
-Sep... -Se hizo un silencio incómodo y sepulcral en la sala. Aquello me parecía ABSURDO completamente en mayúsculas... El silencio se prolongó eternamente y el agobio y las miradas hacia el suelo aumentaban por segundo.- Bueno, esto es de idiotas, yo me voy. Mikey, llámala y queda con ella.
-No, Frank...-Titubeó Gerard, pero no le hice caso, salí por la puerta, líberandome para poder encerrarme en mi propio mundo interior, allí, donde todo era perfecto.
Me fui a mi habitación y me arreglé un poco. Cambié mi camiseta negra de The Misfits que llevaba puesta por una camisa, al igual, negra, mis pantalones vaqueros rotos a la altura de las rodillas por unos rotos pero en menor cantidad, mis Converse negras se quedaron donde estaban: en mis pies, me puse una corbata roja y unas Ray-Ban de espejo.
Me alboroté un poco el pelo y luego lo bajé con las manos. Cogí mi cartera y las llaves de la moto y me dirigí al cementerio de la calle Camino Sotavento en el que estaba enterrada Laura trás haber comprado unas flores, verbena, belladonna y malvas, sus favoritas.
Mientras me dirigía a su tumba, que podía hacerlo sin mirar ya que me sabía el camino de memoria, miraba el ramo de flores.
-Belladonna...- Reí levemente.- Ay, Laura... Nunca entenderé tu amor hacia estas flores... Huelen mal, son venenosas... Pero bueno así eres tú.- Para cuando dije esto último ya estaba en su tumba.- Extraña, tétrica pero a la vez dulce y buena persona... Eres especial y nunca jamás dejarás de serlo.
-Maldito hijo de puta, ¿dónde coño has estado?- Una voz familiar me sorprendió con estas palabras.
-¿Claudia?- Dije medio riendo de sorpresa.
-No, el fantasma de la ópera.
-¿Qué tal?
-Bien... sabía que te encontraría aquí, ya que en el hospital no.
-Ya, bueno eso tiene explicación.
-Tranquilo, no pasa nada, de todaa formas ibas a salir o esa misma tarde o la del día siguiente, el alta que dijimos era de otro paciente.
-Perdona de todas formas.
-No pasa nada... ¿Esta es la tumba de...?- Faltaba el "Laura" pero se veía que tenía miedo de herirme si lo decía
-Sí, lo es...- Estaba a punto de llorar.
-Oh, Frankie...- Me abrazó y trató de consolarme mientras me acariciaba la cabeza y murmuraba periódicamente "Oum..." y "Oh..."- Cuantísimo lo siento... La querías mucho, ¿no?
-No sabes cuanto...
Ella notó que me iba a deprimir más si seguía hablando de ello y por eso intentó cambiar de tema.
-¿Sabes qué? Que esta noche vamos a salir por ahí y te lo vas a pasar bien y vas a desconectar de todo.
-Pero, es que...
-¡No hay peros que valgan, lo necesitas!
-Bueno, vale... voy a decirle a hablar con Fátima y decirla que hoy no voy a ensayar.
-Vale.
-Ahora vengo.
Dejé las flores en la tumba y llamé a Faty.
-¿Diga?
-Fátima, soy Frank, esta noche no iré, ¿vale?
-Va, yo tampoco, he quedado con el buenorro de mi alumno... que por cierto, gracias por intervenir y hacer que nos conociésemos. Está tan tribueno.- Dijo ella alargando infinitos segundos la "a" de "tan" y las "e" y "o" de "bueno".
Reí.
-Bueno, me voy un beso, Fátima... Y cuidado con Mikey que tiene novia.
-Si, soy yo, solo que él no lo sabe.
-Venga,-Reí.- adiós.
Me di la vuelta y ahí estaba Claudia. Tenía las pupilas dilatadas a tope.
-¿Qué les pasa a tus ojos?- Dije asustado.
-Belladonna... dilata pupilas si se frotan las semillas debajo del párpado inferior. ¿A que mola?- Rió.- Las de la Edad Media se lo ponían.
-Y también se pellizcaban en vez de usar colorete porque creían que era de putas... Estaban locas...
-Sí- Reímos juntos.-Bueno, Frankie, tienes mi número y tal así que ya nos vemos luego, que tengo que volver al tajo, te llamo en mi descanso y vemos a donde ir esta noche, ¿vale?
-Venga, adiós.
Nos dimos dos besos en la mejilla y, antes de irse se giró para decir algo.
-Oh, y, Frank... Recuerda una frase que te ayudará siempre, ¿vale? Es: Ser feliz no significa que todo sea perfecto, si no que sabes mirar sobre las imperfecciones.- Una vez dicho esto se fue.
¿Cómo? Ni idea, pero esa chica siempre me sacaba una sonrisa.
La verdad es que era una frase buenisima pero también lo era la de "Es increíble cómo alguien puede romperte el corazón y tú seguir amándole con cada uno de los pedacitos rotos" Y así es justo como estaba yo, y, si ya me costaba sacar una sonrisa falsa, pues como para sacar una de verdad.
Caludia tenía razón, necesitaba quedar.