jueves, 28 de julio de 2011

Capítulo 16: Who I do this for, hey, me or you?

Cuando me terminé el sandwich ya eran las seis de la tarde. "¡Guau! ¡Qué rápido pasa el tiempo!" Pensé.
-Mikey, me voy a ir cambiando ya.
-Vale, yo igual.
Me dirigí a la habitación.
-¿Tengo que ir elegante?- Pregunté mientras abría el armario.
-No, pero ponte guapo.- Dijo riendo mi hermano menor.
-D'acord.
Cogí mi camiseta de "The Misfits" mis pantalones vaqueros sin romper, los únicos, la verdad, y mis converse. Las limpié con un paño húmedo, ya que estaban sucias no, lo siguiente. Me arreglé el pelo un poco y me puse una cazadora.

-¿Eso es ir guapo?
-A mi eso ya me da igual.
-Bueno, vámonos.
-Venga. 

Salimos del edificio y nos fuimos en metro hasta un restaurante pequeño de sushi que nos encantaba, especialmente a mí. Mikey lo sabía, así que probablemente lo habría elegido por eso.

Nos dirigimos a la entrada y allí estaban Ángy y otra chica, supongo que Sara. Sara era de la clase de matemáticas de Mikey, al igual que su querida novia.

-Hola, Ángy.- Saludé con dos besos en las mejillas.
-Tu debes de ser Sara. Soy Gerard, encantado.- Saludé de igual manera a la nueva cara.
-Si, esa soy yo.- Rió.- Pero puedes llamarme Sarii.
-Bueno, "Sarii", tú a mí me puedes llamar "Gee".- Dije amistosamente.
-Perfecto, Gee.- Dijo ella con una sonrisa pícara en la cara.
-Bueno, ¿pasamos ya, tortolitos?
-Como queráis.- Dijo Sara.
La ofrecí mi brazo y se agarró a él encantada. Le dediqué una sonrisa que solo había dedicado en una ocasión: A Frank cuando me dijo su nombre. La única diferencia es que esta era un pelín falsa, exagerada.

Nos sentamos en una mesa al lado de un ventanal y la camarera se nos acercó enseguida.

-Gerard, Mikey, ¿qué tal? Hacía tiempo que no veníais, se os echaba de menos.- Dijo Yolanda. Nos conocíamos ya que solíamos frecuentar en el local.- ¿Quienes son vuestras amigas?- Dijo sonriente.
-Yolanda, Sara y Ángy.- Dije señalando a cada una.- Sara, Ángy, Yolanda.
-Encantada.- Dijo ella.
-Igualmente.- Dijeron Sara y Ángela luciendo sonrisas radiantes en sus bellos rostros.
-Gerard, Mikey, ¿vosotros lo de siempre?
-Uh, Surimi de gamba, langostino, tortilla, Maki de cangrejo y algas fritas. Por mí ya sabes que encantado.
-Sí, por mi igual.- Dijo Mikey.
-Nosotras también.- Dijeron las chicas.
-Os traigo dos de cada, entonces. ¿Y para beber?
-Coca-c...- Aquella bebida me recordaba a Frank por lo que rápidamente rectifiqué.- Agua.
-Agua.- Dijo Mikey.
-Yo fanta.- Dijo Ángela.
-Nestea.
-Perfecto. ¿Traigo una botella grande, fría?
-Como sabes, Yolanda.- Dije sonriendo.
Yolanda apretó los labios, cerro los ojos y levantó las cejas mientras afirmaba con la cabeza en una mueca de "Es que molo mucho."

-Bueno, Gee, y ¿qué me puedes contar sobre tí?
-No mucho.
-¿Tienes novia?

Me quedé callado y Mikey lo arregló.

-Se están dando un tiempo.
-Sí.- Coincidí con mi hermano.
-Ah, ¿y cómo se llama ella?
-Esto... Es "él", a decir verdad... Soy bisexual.
-Oh, bueno, pues, ¿cómo se llama él?- No parecía sorprendida.
-Frank...- Dije apenado.
-¿Frank?- Esta vez si se sorprendió.
-Sí...
-Frank, ¿qué más?
-Frank Iero.
-¡No!- Rió.- ¿Frank Iero? ¿Bajito, ultra de The Misfits, fuma como una carretera, pelo negro, delgado? ¿Ese Frank Iero?
-¿Os conocéis?
-Salió con mi mejor amiga durante dos años.
-¿Laura?
-Err... No, María Díaz, creo que la conoces, o eso me dijo ella.
-Sí, si la conozco... ¿¡María Díaz y Frank Iero juntos!? No me lo puedo creer... Joder hacen buena pareja.
-Si, bueno, Frank no es lo mejor en relaciones.- Mikey me miró como diciendo "¿Lo ves?"- Siempre le rompen el corazon: María le dejó destrozado al romper, Laura muere y ahora tú y él os dáis un tiempo. ¡Qué racha!
-Ya, bueno...- Reí falsamente ya que me había quedado pensando en lo mala persona que había sido por tener envidia y joder nuestro mejor momento.
-Así que, ¿Frank es "bi" también?
-Sí.
-Aquí está todo, chicos, que aprobeche.- Dijo Yolanda mientras ponía la comida y las bebidas sobre la mesa.
-Y por el culo lo heche.- Susurró Sara.

(NARRA FRANK)

No había hecho nada en todo el día, simplemente me quedaba en el sofá lamentándome o en la ducha recordando a Gerard... 

-Ray, me voy a ir a dar una vuelta, a ver si me depejo un poco.
-Vale. ¿A qué hora llegas?
-No sé, para cenar o así. Vamos, media hora. Pero bueno, me llevo el móvil por si acaso.
-Vale.- Dijo Ray sonriendo.

Salí del colegio y me fuí a la floristería para comprar un ramo de Belladonna, Verbena y Malvas, y después me dirigí al cementerio a visitar a Laura, disculparme por la escena pornográfica del otro día y cambiarle las flores.

Aparqué mi moto en la pared y me encaminé a su tumba. A medida que me acercaba distinguía los cuarpos de cuatro chicos, agitando latas de spray y riendo estruendosamente.

-¡Eh, fuera de esa tumba YA!- Grité enfadado.
-Anda, mirad quién es.- Dijo uno sin darse la vuelta. Le reconocí por la voz inmediatamente.
-Lauro, cuánto tiempo... ¿Te acuerdas de mí? Me rompiste la nariz, me echaron del colegio por tu culpa... ¿Recuerdas?
-¿Qué cojones hacéis en la tumba de Laura?- Estaba furioso, rabioso, nervioso... Si abrían la boca, digeran lo que digeran, les partiría la cara a todos, empezaría a dar hostias a diestro y a siniestro.
-Nada, hombre.- Dijo en tono amistoso, pasando el brazo que sujetaba la lata de spray por mis hombros y mi espalda como si fuésemos amigotes de toda la vida.- La estábamos tuneando...- Los chicos se apartaron y dejaron ver la tumba llena de pintadas. Algunas ponían "Lauro" y corazoncitos por doquier, pero lo peor fue un grafitti de Gerard y yo follando debajo del cual se leía "Frerard". "Frank y Gerard, Frerard" Supuse.- ¿Te gusta?
-Maldito hijo de puta.- Me lancé sobre él, axfixiándole, estrangulándole hasta que me levantaron entre sus amigos y el que antes estaba siendo ahogado ahora golpeaba mi tripa, dejándome sin respiración hasta que caí inconsciente al suelo. Lo último que vi, y sentí fue el impacto de dos puños en mi cara.

(NARRA CLAUDIA)

Era mi descanso y decidí ir al cementerio, no sé por qué pero tenía la impresión de que algo pasaba allí. Al llegar vi la tumba de Laura con todas aquellas pintadas y Frank sangrando, inconsciente en el suelo. Casi no respiraba, por lo que, rápidamente, casi sin pensarlo, le hice el boca a boca y apreté su pecho para que recobrara el sentido.

-¡Frank! ¡Dios, Frank! ¡Menos mal que estás vivo!
-Aw... Mi cabeza...- Dijo incorporándose.
-No, quédate tumbado. Llamaré a la policia. ¿Quién te ha hecho esto? 
-Unos ímbeciles que se metían conmigo por la muerte de Laura.
-Ah, los que me contaste en el hospital...
-Exacto.

Me alejé dos pasos y llame a la policía y una ambulancia, que no tardaron a penas en llegar.

-Llegué al cementerio y lo vi ahí tirado sobre la tumba de su difunta ex-novia.- Comenté al policía.- Estaba inconsciente, le sangraba la nariz y a penas respiraba. Yo soy enfermera, así que lo reanimé.
-¿Quién le ha hecho esto? 
-Pues mo sabe como se llaman. son unos chicos de su colegio que se metían con élny una vez ya le pegaron y quedaron expulsados del centro.
-Bueno, pues está todo bien, agente.- Dijeron al terminar de hacerle pruebas a Frank.
-¿Puedo acercarme a él ahora?
-Claro.
-Disculpe.- Le dije al agente.

Me levanté y corrí hacia Frank para abrazarlo, o más bien espachurrarlo entre mis brazos.

-Ouch, para, me haces daño.- Dijo riendo.
-Te jodes. No sabes el susto que me he metido. Por un momento te dí por perdido.
-Pues siento decirte que vas a tener que seguir viendo mi horrenda cara por aquí.- Dijo apenado.
-¡Eh, eh, eh! De horrenda nada, Frank. Eres la persona más bella que conozco.- Se sonrojó y bajo la cabeza. Cogí su cara y la levanté de modo que sus ojos se cruzaran con los míos.- Tanto por fuera como por dentro. ¿Queda claro?- Le dediqué una sonrisa.
-Gracias, Claudia. De verdad.- Me abrazó fuertemente hasta que el dolor que todavía perduraba en sus costillas le obligó a parar.

Era tarde, sería la una de la madrugada aproximadamente cuando el móvil de Frank sonó desde el bolsillo de sus pantalones. Atendió la llamada y vio en la pantalla de inició algo que le dejó estrupefacto.

-Veinte llamadas perdidas de Ray.- Me dijo mientras tragaba saliva antes de responder.

-Frank, tío, ¿dónde coño estás? Te he llamado doscientas veces y no lo has cogido.- Ray gritaba al otro lado de la línea.

Le quité el móvil a Frank, le expliqué lo sucedido a Ray y le prometí que ahora mismo llevaba a Frank de vuelta a su habitación.

 (NARRA FRANK) 

Claudia me dejó en la puerta de la habitación y la agradecí todo lo que había hecho por mí, no solo aquella tarde, si no desde que nos conocimos. Besé sus mejillas y me adentré en la habitación que compartía con Ray.

-Frank, ¿qué tal esás?- Me dijo casi gritando Ray.
-¿Física o mentalmente?
-Físicamente por que de lo otro no tienes mucho.- Dijo bromeando.
-¿A no? Pues saco mejores notas que tú.- Contrataqué. Él rio y despues su rostro se tornó inmóvil.
-No, pero enserio.
-Bien, dolorido.
-Bueno... ¿Tienes hambre?
-No.
-Olle antes se pasó por aquí Fátima después de que te fueras.
-Ay, pues a ver si mañana me paso por su casa... ¡Ray!, se me olvidó comentarte. Les dije que tocabas la guitarra y tal y como en el grupo necesitamos otro guitarrista y eso, pues que si te querías unir al grupo.
-Ya, ya me ha dicho Faty.
-Bueno, ¿y qué has dicho?
-Que encantado.- Me dijo sonriendo. Chocamos puños y dije "Genial."
-Bueno, tío. Voy a dormir un rato.
-Yo igual, buenas noches.
-Buenas noches.

Me metí en la cama y rápidamente me quedé dormido, adentrado en mi mente y en los frutos de mi imaginación.

Me encontraba en el cementerio, en la tumba de Laura. Las pintadas seguían ahí. De repente, la de "Frerard" salió de la piedra y se convirtió en carne y hueso.

La verdad es que echaba en falta a Gerard y haberle dicho aquello me dolía mucho.

NOTA IMPORTANTE, MUY IMPORTANTE xD 
A ver, esto es un caos, yo ya no me entero a quien le tengo que pasar el blog y a quien no asi que, como buenos lectores que sois os vais a meter en tuenti y vais a buscar en amigos de amigos (los que me tengais a mi, meer emo comoquieras) o en todo tuenti si no me teneis xD y me vais a agregar a Athomic Sunshine. Soy yo, es mi tuenti solo para blogs:)
Bueno pues a parte, agradeceros por leer, sois muy importantes para mi, en serio. Espero que os guste, que lo disfruteis, que comenteis, os quedeis con ganas de mas, que Mary Little Revenge me diga lo guau mala que soy, Ángy Pascual lo mucho que me ama por liarla con su amado Mikey y Sarii Casas me mate por poner Sara.
Besos
Athomic Sunshine.

PD.: Lo siento, pero no he podido resistir atribuirme dos años de noviazgo (imaginarios T.T) con Frankie^^

PD2.: Lo que dice Sara de "Y por el culo lo heche" son hechos REALES, que conste xD

jueves, 21 de julio de 2011

Capítulo 15: Stearing down at a loaded gun

-L'oreal... mñanmmñmnmm... porque mñmnmmnnn... yo lo valgo.- Pude oír a Ray murmurar aquello. Me hizo muchísima gracia y me distrajo un poco de mi reciente pesadilla. "Ya verás cuando le diga lo que murmura dormido..." Dije con una leve sonrisa.

*Piribiri*

Era mi tono de mensaje del móvil. Lo abrí y era de Gerard. Ponía: "Sal al pasillo." Hice lo que me decía y al salir me lo encontré apollado en la pared.
Se avalanzó sobre mí, besándome pero le aparté de un empujón.

-¿De qué vas?
-Frank... yo... quería pedirte perdón...
-La boca se usa para decir "perdón" cuando te disculpas, no para besar a la otra persona.
-Ya... ya lo sé.- Dijo avergonzado.- He estado hablando con Mikey y me ha ayudado a ver que es absurdo que me raye por ti, que no me harías daño.
-¡Aoumm! ¿¡A si que ahora te das cuenta!? Anda mira tú por dónde...- Saqué la lista de mi bolsillo y se la dí.- Toma,- Dije con cara de asco.- se te calló esta mañana. Estaba a punto de cerrarle la puerta en la cara cuando inconscientemente mi boca habló por sí sola.- Ah, y si nunca te he dicho te quiero es porque eso sería mentir. 

Cerré de un portazo y reparé en lo que le acababa de gritar. Había sido algo inconsciente que no sentía en absoluto, pero el orgullo era demasiado grande como para decir: "lo siento, ha sido sin querer."
Me resbalé por la puerta hasta el suelo mientras lágrimas involuntarias caían y aumentaban tanto en tamaño como en número. Me senté haciendo un ovillo con mi cuerpo y tapándome la cara con mis manos.
Sentía rabia y frustración. Comencé a gritar, golpear cosas, incluso a mí mismo hasta que caí rendido en mi llanto y me tumbé bocabajo en la cama con la cara en la almohada.

-Hey...- Dijo Ray con un tono triste, acariciando mi espalda.- Oh... Ven aquí, Frank.
Me incorporé para recibir un abrazo, unos golpecitos y caricias en la espalda y unos cuantos "no llores, tío..." de mi amigo.
-¿Qué ha pasado?
-Pues que...- Me sorbí la nariz.- le he dicho que si nunca le decía "te quiero" es por que sería mentir... Pero yo no siento eso, lo he dicho sin querer...
-Oh... Dios, háblalo con él.
-No puedo, ahora mismo me odiará.

(NARRA GERARD)

Fui corriendo entre lágrimas a mi habitación para buscar el consuelo de Mikey.

-¿Gerard?- Musitó Mikey.- Gerard, ¿qué ha pasado?
Me lancé a sus brazos.
-No me quiere, Mikey. Frank no me quiere.
-No digas eso, Gee.
-Es él quien lo ha dicho...

Mis ojos daban rienda suelta a las lágrimas que no tenían la intención de cesar.

-Era demasiado perfecto, demasiado bonito para ser cierto. No me merezco a alguien como Frank.
-Cierto, te mereces a alguien mejor, Gerard. Y tengo a la persona perfecta. Soltera, guapa... Te viene como Dedo al dedal.
-Como anillo al dedo.
-Da igual. Se llama Sara, voy a llamarla.
-Gracias hermano.- Le abracé y se fué a la cocinita a hablar con la chica.

Pasaron unos minutos y las lágrimas se agotaron. Mi hermano regresó de la cocina.

-Mañana por la noche hemos quedado ella, Ángy, tú y yo.
-Gracias, de verdad.
-No hay de qué ya sabes que siempre me tendrás.
-Y tú a mí.- Le sonreí.- Bueno, me voy a dormir ya, que estoy cansado.
-Si, yo igual. Buenas noches.
-Buenas noches.

Me acosté, cómo no, reviviendo la escenita con Frank en mi cabeza.
Como no podía dormir encendí el ordenador y miré un vídeo en youtube que me llamó la atención llamado "Saca el FUA" 
Me ayudó a despejarme bastante y a sacarme unas cuantas carcajadas. Es de un señor borracho que se autodenomina "viajero" y que dice ser capaz de ver el futuro y revivir muertos. Dice cosas como "Tengo que dar el extra", "Tengo que sacar el Fua", "cuando ya esta muerto y (Aquí no entiendo qué dice) no, no, no, FUA, FUA y FUA", "Voy a sacar el Fua: Ay, es que ya no puedo... ¿¡Cómo no!? ¡FUAA!" y esas cosas.

Tras reírme un rato con el vídeo me entró más el sueño y me dormí. Soñé con Frank y muchas chicas con él, besándolo sobándolo y siendo correspondidas por parte de Iero. Me entró mucha envidia... Realmente, Frank no me gustaba, estaba completamente enamorado de él, y era una mierda no ser correspondido.

-Gee... es hora de levantarse, tío, es fin de semana, pero... son la una.
-Va, gracias. Olle.
-Dime.
-Voy a salir un momento luego.
-De acuerdo.

Me duché rápido y vestí, como de costumbre, con camiseta, pantalones, Converse y sudadera, ya que llovía, negras.
Cogí dinero y salí camino de la droguería. Una vez dentro compré un paquete de razor blades. Después cogí el autobús y me dirigí a una tienda de armas donde adquirí una pistola pequeña. Sí, se que parece una locura, le daría una oportunidad a Sara, pero lo que yo sentía por Frank era demasiado fuerte y ya no encontraba razones para vivir.

Cuando llegué a la habitación me encerré en el baño. Mikey no estaba asi que podía hablar solo o cantar canciones de estas que se cantan cuando te deprimes en alto sin que nadie me oyera.
"De vuelta a casa de la carrera cantando canciones que hacen que me corte las muñecas..." Me dije a mí mismo mientras hacía un profundo corte en mi muñeca izquierda. La cuchilla era mi pincel, la sangre la pintura, mi cuerpo el lienzo y yo el artista. "¿No es esto demasiada dibersión?" Otro corte más, cada vez más grandes. "Mirando a una pistola cargada..." Dije pasando mis dedos por el gatillo de la pistola.

Oí como llamaban a la puerta. Me sequé la sangre con agua y papel y tapé los cortes con una muñequera de Mikey.

Abrí y ahí estaba mi hermano con Fátima.

-Hola, Gerard... ¿Esa es mi muñequera?
-Sí, ¿te importa que la haya cogido?
-No en absoluto.- Me sonrió.- He traído a Fátima para que que me de clase. ¿Te importa que estemos aquí?
-Por Dios, no.- Dije sonriendo.- No importa que estéis, en absoluto.
Me senté en el salón hasta que oí a Fátima terminar la clase.
-Bueno, pues muy bien todo, Mikey. Me voy a ir ya. Haz eso para mañana, ¿vale?
-Claro, gracias, Fátima.
-Adiós. ¡Daisuki!
-Ehh... Sí... Daisuki... a... tí... también.- Dijo pausando cada palabra.
-No tienes ni guarra de que te ha dicho, ¿no?- Dije cuando se hubo ido.
-No...- Dijo un poco-bastante borde.
-Te ha dicho "te amo" en japonés.- Dije yo ignorando aquel tono.
-Aoumm...- A Mikey se le quedó cara de póquer al oír aquello.
-Quítate la muñequera, Gerard.
-¿P-por qué?
-Gerard, quítatela.
-¿No me la dejas?
-Gerard, tú odias la muñequeras.
-Vamos, Mikey, no exageres sabes que eso es mentira...
-¡Gerard, quítate la puta muñequera!

Me la quité con miedo. Sabía que las heridas no se habían ni cerrado, así que mucho menos cicatrizado.

-Dime que esto no es por Frank...
-Si lo es...
¡Joder, Gerard! ¡No te merece, coño! Es el mejor amigo del mundo, sí, pero como pareja no te merece.
-Mikey, le amo... le amo.- Dije resaltando la última palabra. Ya no tenía fuerzas para retener las lágrimas contenidas desde la noche anterior.
-Le sé, Gee...- Dijo mientras me dedicaba una sonrisa de compasión y me daba un abrazo.

Me sentía muy orgulloso de llamar a Mikey "Hermano". Siempre estaba allí cuando le necesitaba. Era la polla.

A todo esto ya eran las cinco de la tarde. No había comido nada. Estaba hambriento.

-Voy a hacerme un sandwich o algo, ¿tú quieres?- Le pregunté?
-No, gracias, hermano. Estoy bien así.
-Como quieras.

Me dirigí a la cocina y saqué el pan de moldé del armario pequeño de la comida de etiqueta "guardar en un lugar seco"
Abrí la bolsa y coloqué dos rebanadas de pan blanco sin corteza en un plato. Devolví el pan a su sitio y abrí la nevera.

-Mikey, ¿te has acabado la mantequilla de cacahuete?
-No, la mermelada, la nocilla y la mantequilla de cacahuete están donde el pan.

Comprobé que era cierto y saqué los tres manjares nombrados por mi hermano.
Abrí el cajón de la cubertería y saqué un cuchillo de untar.
Empecé esparciendo una gruesa capa de mantequilla de cacahuete en una de las rebanadas. Cogí la otra y unté un poco de mermelada de frambuesa y un montón de nocilla encima de ésta.

Coloqué el sandwich en el plato y me dirigí al salón mordisqueándolo.

-Luego no te quejes cuando seas una bola de sebo.
-No pensaba hacerlo.
-¿Ser una bola de sebo? Comiendo así pronto lo serás...
-No, me refería a quejarme.

Mikey puso una cara que pagaría por ver una y otra vez.

-Idiota.
-Yo también te quiero, Hermano.

lunes, 18 de julio de 2011

Capítulo 14: I'm never sure why I need you

-Bonita camiseta, Mikey.- Llevaba una camiseta caqui con estampado de tigre negro de sin mangas.
-Gracias, me la ha regalado Ángy.- Dijo mientras la besaba la cabeza. La estaba abrazando por la espalda y ella agarraba sus brazos.
-Aoumm, tienes buen gusto, Ángela.- La sonreí.
-Gracias.- Dijo con una risa levemente histérica.- Sobre todo para los chicos.
-Ooh...- Mikey y ella empezaron a frotar sus narices. Un "beso esquimal." Verles así de felices me daba muchísima envidia.
-Bueno, nos vamos ya. A ver, Javiera, tú, Lili y yo iremos en mi coche, -Dijo Bob.
Gerard, Mikey y Ángela en el mío.- Dijo Ray.
-Vámonos.- Dije sonriendo.
Nos subimos a nuestros respectivos coches y le dediqué una última mirada de "¡Jódete!" a Gerard inconscientemente.

(NARRA GERARD)

-¡Aaaaaghhhh!
-Gerard, deja ya de rallarte, tío. Frank no se trae nada con Javiera ni con nadie... Tú sabes bien que lo que pasa es que estáis cabreados pero él solo tiene ojos para tí...
-Sí, pues me da que es bizco.- Dije susurrando dirigiendo la mirada a la ventanilla.
-Gerard...
-Mikey...
Pasamos el resto del trayecto en silencio hasta que llegamos a nuestro destino. 
-Bueno, pues a pasarlo bien.- Dijo Bob tan alegre como de costumbre.

(NARRA FRANK)

Nos dirigimos a la cabina de tickets para comprar los nuestros y poder pasar al recinto.
Me quedé al final del grupo y a Gerard se le cayó un papel. Iba a dárselo pero vi mi nombre.
Lo recogí y leí el contenido.

FRANK IERO:
-Múltiples llamadas a las que no responde.
-Nunca me dijo un simple: "Te quiero" o algo similar.
-Besos en su camisa.
-Javiera.
-Le parece normal retrasarse a una cita por Javiera.

"Me cago en la puta. ¿De qué cojones va?"
-¿Pasa algo?
-¿Eh?, no, no.- Me apresuré a decir.- Gracias, Javiera.
-De nada. Se que no nos conocemos mucho, pero puedes contar conmigo para lo que sea.
-Gracias.- Sonreí y me devolvió el gesto.
-¿Eres gay?
-No, soy bisexual.
-Aaoumm... Olle, que estás llevando tú mi mochila, no te preocupes que la llevo yo.
-No, mujer, que pesa mucho, déjame que te la lleve.- Dije alzando la voz para que Gerard me oyera.
"Infantil que eres." Me dije.
-Bueno, ¿en cuál montamos primero?
-Creo que deberíamos ir ahora a las de agua y a las movidas, después de comer a algunas relajadas y cuando hayamos hecho la digestión repetir el esquema de la mañana.- Sugirió Javiera.
-Me parece bien.- Dije.
-Sí.- Dijo el resto.
Durante la jornada no pasó nada interedsante, simplemente montamos en atracciones, una tras otra y Ray hechó hasta la primera papilla por montarse en la atracción de Batman despues de haberse comido dos bocatas de queso de barra de pan entera y dos bolsas de Cheetos.

Volvimos al colegio y nos metimos cada uno en nuestras habitaciónes.
-Frank, siéntate, tenemos que hablar.
-Si es de Gerard no me interesa.
-Joder, Frank.
-Que no, Ray, que no me parece mormal que le tenga envidia a Javiera, joder. 
-A ver, Frank, entiéndele...
-Que me entienda él, que puedo tener tanto amigos como amigas.
-Ya lo sé Frank... Y él en el fondo también sabe que solo tienes ojos para él, pero le da la impresión de que eres un poco bizco... Aun que no digo que sea así...
-Ya, bueno... me voy a ir a dormir ya, Ray...
-Bueno... Adiós.
-Buenas noches.
Me metí en el baño dónde me desvestí y me lavé los dientes.
Salí en calzoncillos y me metí en la cama.
A los diez minutos empecé con mis pesadillas.

Me encontraba en un hospital con las manos cruzadas y la cabeza hechada hacia adelante.
-¿Cómo está?- Pregunté al doctor que salía de la sala.
-Bueno, no se como decirle esto, señor Iero, pero... Laura estaba embarazada...
-¿Qué?...- Musité. Vinieron a mi mente los recuerdos de la noche en la que hicimos el amor... Había usado condón, no lo entendía.- ¿Qué? No, no puede ser.
-Lo siento...- Dijo el médico enseñándome la ecografía que se le había hecho antes de la anatomía.
-¡NO!- Me desperté gritándo, sudado y jadeando.
-¡Aaaaaaaah! ¡No me toques el pelo!- Ray se despertó gritando.- Ah, pensaba que había alguien y por eso gritabas... Olvida lo que acabo de decir, ¿vale?
Asentí
-¿Qué ha pasado Frank?
-Nada, un mal sueño...
-Me lo puedes contar... Si quieres...
-Nah, no pasa nada, vuelve a dormirte.
-Bueno si necesitas algo me despiertas, ¿lo prometes?
Ray, tan buen samaritano como suempre. 
-Claro, gracias.
-De nada.
Dos minutos después ya se oían los profundos ronquidos de Ray.
Me quedé sentado en la cama con la luz de la mesilla de noche encendida, reflexionando durante el resto de la noche. De vez en cuando se oía a Ray murmurar cosas, lo cual me distraía de mis pensamientos y tenía que volver a empezar.


NOTA IMPORTANTE: Bueno, espero que os guste y como siempre dudas a Meer Emo Comoquieras.
A los que os interese he hecho otro blog ( http://justmyselfdanger.blogspot.com )
Besos
Athomic Sunshine

jueves, 14 de julio de 2011

Capítulo 13: And tomorrow we'll do it again

Miré el reloj.
-G...Gee...- Dije susurrando.
-¿Sí?
-Son las...- Gemido.- las doce en punto... deberíamos irnos... Ray... no podrá cobrirnos más...
-Como quieras.- Dijo y me besó.
Nos salimos de la ducha y nos vestimos. Fuimos a clase de música justo para empezarla. En el pasillo nos encontramos a Bob con Mikey que nos miraban con cara de cómplices y las típicas miradas de "uiuiui".
-Ehehehmm...- Dijo Bob guiñándome un ojo y dándome pequeños codazos.
Se me escapó una risita nerviosa.
-¿Con que cascándoosla el uno al otro en la ducha, eh, hermano?- Dijo Mikey riendo estruendosamente.
-Puto Ray.- Dijo Gerard apretándome contra él mientras reía.
-Anda... si es la happy pareja que se ha dignado a venir a clase.- Ray apareció y abrazó a Bob y a Mikey por la espalda.- ¿Verdad que son adorables?
-Hablando del rey de Roma.
-La próxima vez cerráis.
-Vale...
-Hey, mañana Lili y yo íbamos a ir al parque de atracciones y habíamos pensado que os podeis venir.- Dijo Bob como un niño ilusionado.
-¿Puedo llamar a Ángy?- Dijo Mikey al igual de contento. Me hacía feliz ver que había encontrado a alguien como Ángela.
-No, por Dios. ¿A esa? Puaj, por Dios, ni de coña.- Dijo Bob bromeando.- Pues claro que si, bobo.- Alborotó el pelo de Mikey que tenía cara de broma de niño enfurruñado.
-Yo me apunto.- Dije.
-Entonces yo también.- Dijo Gerard.
Sonó la campana y nos metimos en clase.
-Oh, mierda, mi carpeta. Ahora vengo.
Salí del aula y me dirigí a mi habitación a toda prisa para recoger mi carpeta de música. 
Una vez que ya la tenía volví corriendo a clase chocando con una chica por el camino y tirando los papeles de ambos al suelo.
-Oh, mierda, mierda, mierda...- Murmuró ella.
-Dios, lo siento muchísimo.- Dije ayudandola a recoger sus papeles.- Soy Frank.- Dije cuando nos levantamos.
-Javiera.
-No lo había oído nunca, ¿eres de por aquí?
-Sí, más o menos... ¿Sabes dónde está la clase de música?
-Sí, voy para allá ahora mismo. Ven.
Llegamos a clase y le expliqué al profesor lo sucedido.
Me senté al lado de Gerard y le hice señas a Javiera para que también viniera.
-¿Quién es?- Me preguntaron mientras ella se acercaba.
-Chicos, esta es Javiera.
-Hola.- Saludó.
-¿Qué tal? Soy Bob.
-Mikey.
-Ray.
Hubo un silencio hasta que Gee se introdujo a sí mismo.
-Gerard...- Dijo con un aire de suficiencia.
-Encantada.- Sonrió.- Creo que no le caigo muy bien al pelirrojo...- Dijo Javiera agarrando la manga de mi camiseta, empujándome hacia ella para que pudiera susurrarme aquello al oído mientras negaba con la cabeza.
-No, no pienses eso, es muy majo, luego te lo presento, verás.
La clase de música, que a menudo se me hacía corta, aquel día era eterna. Solo quería salir de allí junto con Gee...
Sonó la campana, y, ¿cómo no?, yo fui el último en salir.
Salí al pasillo y me uní al circulito formado por Mikey, Bob, Ray, Gerard y, un poco a las afueras, Javiera, a la que empujé con delicadeza a mi lado mientras me metía en el círculo.
-Bueno, pues yo me voy con Ángy al cine, chicos, nos vemos luego.
-Adiós.- Despedimos a Mikey.
-Javiera, mañana vamos al parque de atracciones, ¿te vienes?- Ofrecimos.
-No sé, supongo que sí.
-Te recogemos mañana.- Dije sonriendo.
-Bueno, los tortolitos, ¿qué hacéis, venís o no?
-Depende de lo cansados que nos quedemos esta noche...
-Ehemmm... Heineken...- Dijo Ray entre toses forzadas.
-Piensa en verde.- Dijo Bob de igual manera.
-¡Sois unos cerdos!
-¿Perdona?- Me dijo Ray. Rápidamente bajé la mirada.
-Bueno, el caso es que vamos a ver pelis, malpensados.
-Ya ya ya... ¿Qué película?, ¿Penineitor?... ¿o era masturbeitor?
-Terminator y, no, no creo.- Reímos.
Besé a Gerard que me prometió que me iba a llamar para ir a su habitación y me fui a enseñarle el centro completo a Javiera.
Dimos un largo paseo por los pasillos mientras yo le indicaba qué era cada cosa.
-Bueno ya estás.- Dije al llegar a su puerta.
-¿Quieres pasar?
-Claro, ¿por qué no?
Pasé y la ayudé a deshacer las maletas mientras hablábamos de lo nuestro.
Lecanté el móvil para ver la hora, las doce y media de la noche. Quince llamadas perdidas de Gerard.
-Madre mía, me voy. Adiós, encantado.
-Igualmente...
Corrí todo lo rápido que pude hasta llegar a la puerta de los Way y llamar.
Me abrió Gerard.
-Ya era hora. ¿Dónde coño estabas?
-Lo siento enserio, lo siento muchísimo, Gerard, yo...
-No pasa nada, entra...- A pesar de decir esto estaba molesto, lo cual era obvio y me parecía totalmente comprensible.
-Oh, Gee... Lo lamento de verdad...
-Vale, olvídalo ya, ¿quieres?
-Vale...- Musité.
Entré y cerré la puerta. Gerard ya estaba sentado en el suelo apoyándose en los pies de la cama. Me fui a sentar a su lado pero él puso el bol de palomitas entre nosotros. Levanté el cuenco, depositándolo en mis piernas para sentarme a su lado, lo cual pareció molestarle.
Estuvimos viendo las películas una tras otra hasta que acabamos la última.
-Bueno, vete ya que tenemos que madrugar mañana.
-Sí... Adiós, Gerard.
No me respondió. "¡Qué le peten!" Pensé mientras me iba enfurruñado a mi habitación.
Aquella noche soñé que estaba en un autobús con Bob y alguien más haciéndonos barbas de espuma, lo cual no entendí por qué.
-Hey, despierta.- Dijo Ray sacudiéndome.
Me levanté y comencé el día con mi rutina, lo único que cambiaba eran las lágrimas en mis ojos disimuladas por el agua de la ducha que me recordaba a aquel momento.
Me vestí con una camiseta negra, vaqueros y cazadora del mismo color y unas Converse blancas.
-¿Qué tal ayer?
-Tema tabú, ¿vale?
-Aaw... cuéntamelo.- Dijo Ray como una madre protectora y comprensible.
-Nada que llegué tarde y se enfadó.
-Hablaré con él. Venga vamos a recoger a tu amiga y nos ponemos en marcha.
-Voy a llamarla yo, tu vete.
-Vale.
Fui a la habitación de Javiera y llamé a la puerta.
-¿F... Frank?- La había despertado.- ¡Hostia! Me visto enseguida, pasa.
Ella entró con un montón de ropa al baño y a los dos minutos se oía el agua correr. Me senté en la cama y miré a mi alrededor. Había decorado toda la habitación con pósters, matrículas y señales como las de prohibido.
Salió del baño en ropa interior y se vistió delante mío pidiéndome consejo de cómo quedaba mejor.
-Gracias porla ayuda.- Dijo tímidamente.
-De nada. Por cierto, te ha queado guapa la habitación así.
Sonrió y nos fuimos con los demás.
Llegamos al aparcamiento y ahí estaban todos. Gerard puso una mueca muy fea al ver a Javiera por lo que, inconscientemente, me ofrecí a llevarla la mochila, no por educación si no por joder puramente a Gerard.

viernes, 8 de julio de 2011

Capítulo 12: 3,2,1, we came to fuck.

-Eso espero...- Me dijo mientras se subía la bragueta y se abrochaba el botón de sus vaqueros.
Le miré a los ojos e inconscientemente cogí su cara en mis manos y le besé.
-¿Ya estás?
-Sí, vamos.
-¡Eh!, vosotros.
-¡Mierda!- Dije mientras Gerard y yo nos mirábamos brevemente con cara de preocupación y adrenalina.
-¡Corre!- Me dijo él tirando de mi mano.
Corríamos a la vez que reíamos, tan alto que se nos cerraban los ojos y apenas veíamos el camino. Unos cinco minutos después llegamos a una explanada, digamos que a acabar lo que habíamos empezado.
-¿Le despistamos, no?
-Supongo, pero, ¿qué más da?- Le respondí.
Empezamos a desvestirnos. Agarré su cara de nuevo entre mis manos, que bajaron recorriendo su perfecto cuerpo hasta llegar a su también perfecta cintura.
-¿Íbamos por aquí?- Dije mientras... una "parte de mí" penetraba en él.
-No lo sé... pero no me importa... así está perfecto.- Hablaba entrecortadamente, con gemidos largos e intensos entre cada palabra.
-Gritando así no me extraña nada que se despertara el pavo ese...
-La tienes demasiado grande, joder es culpa tuya.
Me sonrojé y comencé a moverme con más rapidez y más intensidad haciendo que soltara gritos ahogados cada vez más alto.
-Aoumm... ¿y es problema?, ¿te duele?, ¿paro?
-No, no y... NO, NI DE COÑA.- Dijo él, soltando un suspiro de placer tras otro.

Esta estaba siendo una de las mejores noches de
mi vida y uno de los mayores placeres que había tenido jamás.
Gerard y yo comenzábamos a gemir con más fuerza hasta que llegaron a ser gritos lo que emitían nuestras gargantas.
-Vale, nos van a encontrar. Dije tumbándome en el cesped extendiendo mi brazo para que Gee se apollara en él.- Ven, túmbate a mi lado que tú tienes almohada.
Me sonrió y obedeció. Nos quedamos mirándonos a los ojos, repartiendo besos simultáneos en los labios del otro. Haciendo esto, pronto ambos nos quedamos dormidos.
Aquella noche soñé... ¿o "pesadilleé"? No sé era un sueño raro, no del todo pesadilla pero...
Estaba allí, en el bosque, con Gerard, la única diferencia era que Gerard estaba tumbado en un sofá de terciopelo rojo antiguo muy bonito y vestido de conejita de Playboy mezclado con gatita.
-¿Me haces el caballito, Frankie?- Decía él mientras movía en círculos su cola de gata, ponía miraditas sensuales y voz de niñita indefensa para convencerme y se colocaba ya a cuatro patas.
-¡Claro, Gee!- Me veía a mí mismo subirme en Gerard. A mí me habían desaparecido los calzoncillos y el tenía un agujero en el traje por el que inevitablemente penetró mi pene.-¡Yiiiiihaaaa! ¡Arre, Gee, arre!- Decía mientras le azotaba el culo.
-Frankie...-Abrí los ojos al notar una lengua en mis labios y más tarde en mi boca y al haber oído mi nombre. Ahí estaba Gerard. Aquella había sido la forma más dulce en la que me habían despertado.- Tenemos que vestirnos e ir a clase.- Estaba encima mío y su pene rozaba con el mío.
-Err... sí.- Dije riendo nerviosamente.
Nos vestimos a toda prisa y salimos corriendo a por mi moto cogidos de la mano.
Me subí a la moto y metí la llave.
-Ponte tú el casco y agárrate bien fuerte a mi cintura.- Le ordené.
Nos pusimos en marcha y, debido a la hora, no había mucho tráfico así que pudimos ir a mayor velocidad.
-Joder, como corre esto, ¿no?
-¿Quieres verlo?- Dije acelerando.
-Más rápido, Frank.- Dijo Gerard como un niño pequeño acompañando la frase de un "wiii". Aquello me recordó a Laura, me despisté y casi chocamos contra una valla.
-Frank, con cuidado.
-Perdona, me he despistado.
-No pasa nada...- Dijo besando mi mejilla y apretándose más a mí.-¿Esta tarde vemos unas pelis en mi habitación?
-Vale, porqué no., pero a ver que me pones.
-Tranquilo, puedes estar seguro de que no te voy a poner princesitas dando saltitos.
-Si luego la peli va de que asesinan a la princesa no me importa.
-Eres sádicamente perfecto, mi amor.- Dijo él plantando otro beso en mi mejilla.
Paré la moto y nos bajamos de ella. 
-Todavía quedan 2 horas para empezar las clases.- Me dijo.
-Lo sé... Me tengo que duchar y cambiarme... ¿te vienes?
-Eso ni se pregunta.- Le besé los labios y fuimos a mi habitación.
-Shh... no hagas ruido que está Ray.- Susurré mientras abría la puerta.-Pasa.
Nos metimos al baño y entre besos, risas y caricias por doquier no desvestimos y entramos a la ducha. Dejamos el agua caer sobre nuestros cuerpos desnudos que en aquel momento estaban unidos formando uno solo. 
Separo su boca de la mía por un instante.
-Estás tan sexy mojadito...
Volvió a besarme, quitando su mano derecha de mi cuello y bajándola hasta mi pene. "La mejor paja de mi vida." Pensé.
De mi boca salían pequeños gemidos y Gerard se apartó de ella besando mi cuello mientras yo apuntaba al techo con los ojos cerrados en una mueca de placer.
La puerta se abrió.
-¡Me cago en la pu...!- Dijo Ray cerrando mientras se tapaba los ojos.- Coño, avisad o cerrad con pestillo. Lo siento.
-No pasa nada.- Dijo Gerard riendo ya que yo no podía responder, mi voz solo era capaz de emitir agudos gemidos de placer.
-Y anda que tú, Gerard, podrías parar de masturbar a tu novio mientras que estoy yo, ¿no? Que entro y tú sin cortarte.
-No, que no pare, que ni se le ocurra...- Dije yo, inevitablemente con la voz entrecortada.
-Bueno, como queráis, Guarrillos,- Dijo riendo Ray.- Pero hay clase en diez minutos, ¿os cubro o vais a venir?
Gerard me miró y vio en mí que lo asesinaría si paraba.
-Cúbrenos...
-Va.
-Gracias, Ray.- Dijimos y volvimos a lo nuestro.
-Eres un viciosillo, ¿eh?- Me dijo.
-Te repito que tú eres mi mechero y yo el fumador incondicional.
-Y vice versa, aun que no tengas el pelo rojo como yo.- Dijo hechándose el pelo para atrás y moviéndolo a lo "Pantenne".
-Tu súper pelo...- Dije gimiendo muy alto. Había aumentado la velocidad a la que su mano... "trabajaba."
-¿Ahora quién es el que se pone cachondo y ahuya como una loba en celo?
-Yo ahuyo...,- Le miré el pene.- pero cachondos estamos los dos.
Se rió y me besó intensamente.

domingo, 3 de julio de 2011

Capítulo 11: Stop asking me questions, I hate to see you cry.

Entré a la sala, que estaba a oscuras. "Ray." Pensé. Saqué el móvil de  mi bolsillo para iluminar el camino en vez de encender la luz para no despertar al del "Once-Ocho-Once".
Me senté a los pies de la cama y me desvestí  hasta quedarme en calzoncillos. Tiré toda la ropa por la habitación aleatoriamente, después deshice a cama y me tumbé en ella.
Era extraño, yo siempre tenía sueños largos, agoniosos... bueno... pesadillas... pero aquella noche no soñé nada en absoluto. Solo veía negro, nada más que eso.
-Frank, despiértate.- Oí decir a Ray
-Huummmm...
-¡Frank, maldito hijo de puta, he dicho que te despiertes!
-¿Q-q-quée... qué es lo que... pasa..., Ray?
De repente me sonó el móvil.
-¡Fátima!
-¡Oh!, a ella si la respondes las llamadas, ¿no, Frank?
-¿Qué...?
Ray me quitó el móvil dela oreja.
-Te llama luego.- Dijo colgando a Faty.
-¡Heeeeey!
-¿Por qué no le cogías el móvil a Gee?
-¿A Gee...?- Todavía no se me había pasado del todo el efecto del alcohol del todo y no sabía a qué se refería Ray cono lo de "cogerle el móvil"
-Sí, a Gerard, tu novio, Frank.
-¿Qué pasa, que porque sea mi novio tengo que vivir en modo "WORLD: OFF// GERARD:ON"? No lo creo...- Ya caí en lo que quería decir el Ricitos.
-Frank, ¿qué os pasa?
-Pues que el otro día estaba ocupado y él coge y se enfada por eso, porque tuviera cosas que hacer no relacionadas con él, por tener una vida social, por tener amigos...
-Ya, y esos "amigos" tuyos... Dime, ¿son quizás del sexo opuesto y son algo más que amigas?
-¿¡Qué cojones dices, Ray?!
-Frank,- Dijo recogiendo mi camiseta del suelo y estirándola. Habían manchas de pintalabios rojo por doquier, sobre todo por el cuello de la prenda y apestaba a alcohol.- ¿qué tal lo pasasteis tú y ella?
-¿Qué? N... no entiendo nada... Yo no he besado a nadie que no fuese Gerard.
-Ya, pues díselo a él, ha visto la camiseta.
Salí corriendo a la habitación de los hermanos Way. Seguía enfadado con él, así que no sabía porque me molestaba en intentar arreglar nada, a demás, yo sabía que esto era mentira, no había besado a nadie... A pesar de eso me planté en la habitación y llame a la puerta.
-¡Hum...!- Dijo Mikey bebiendo un sorbo de café.- Hola, Frank, pasa.
-¿Está tu hermano?
-Nop...- Otro sorbo.- Se fue,- Hizo una pausa en la que pensó si beber o no de la taza.-al bosque. Siempre que necesita pensar se va allí.
-Madre mía... yo no besé a nadie...- Estaba a punto de romper a llorar.- Mikey, tú... le podrías...-No aguanté más y rompí en lágrimas.- Mikey... ¿tú me crees, no?Yo no besé a NADIE.
-Frank, tranquilo.- Dejó la taza en la encimera de la mini-cocina y pasó su brazo por mi espalda, dirigiéndome hacia el sofá y sentándonos en el.- ¿Qué pasó?
-Mikey, no besé a nadie...

Se hizo un silencio sepulcral en la sala.
-Dime que me crees, Mikey, por favor...
-Te creo... hablaré con Gerard... Vete a dormir, lo necesitas...- Mikey me dedicó una cálida sonrisa.
-Gracias, de verdad...- Traté de devolverle el gesto pero estaba tan destrozado que no pude.
Cuando estaba saliendo Mickey me detuvo.
-Eh... Frank... ¿Sabes el bosuqe que está a las afueras? Gerard estará allí seguro.
-Gracias, Mickey, voy para allá.
Cogí las llaves de la moto y me fui sin pensarlo dos veces.
Dejé la moto apoyada en un árbol y me adentré en la marabunta de hojas.
Andé sin rumbo hastá divisar una mata de pelo rojo vivo. El nudo en mi garganta por una parte se deshizo, pero por otra se intensificó.
-G...Gerard...- Finalmente me decidí a decir.
Este se dio la vuelta durante un segundo y vovió a girarse. Estaba llorando.
-¿Qué quieres?
-Gerard, yo no besé a nadie, te lo juro.
-Ya, tu camiseta tiene estampado de labios femeninos rojos, ¿no?
-Es la nueva moda...-Hubo un silencio largo e incómodo. El viento le seplaba el pelo a Gerard... era una escena tan bella... no pude evitar fotografiarla con la cámara del móvil. Las hojas chocaban entre sí y las ardillas correteaban de árbol en árbol.
-Joder, Gee...
-Gerard.- Me interrumpió
-Gerard, no me seas estúpido.
-Yo no TE soy nada.- Dijo entrecomillando con los dedos y poniendo énfasis en el "Te".
-Gerard, cago en la ostia. Eres lo más importante en mi vida, ¿olles? No se como puedes tan siquiera...-Las lágrimas comenzaban a salir.- tan si quiera... dudar.
Le miré a los ojos y sus muros se derrumbaron dejando al Gerard frío y distante desaparecer y aflorando el Gerard cálido y comprensivo.
-Oh, Frankie... Ven...- Se levanto para cogerme de la mano y llevarme hasta la moto.- Te creo...
-Nunca me dejes...
-No lo haré, lo juro.
Nos montamos en la moto y se me olvidaron todos mis temores al sentir sus brazos agarrarse a mi cintura.
-Podemos parar en el cementerio, si quieres... Me encantan los cementerios...- Dijo el sonriendo.
Le sonreí yo también y giré para ir al cementerio, el único que había y en el que estaba enterrada Laura.
-Vamos, pues.
Me abrazó con fuerza y apolló su mejilla derecha en mi hombro, también derecho.
Aparqué la moto.
Había anochecido y el guarda de por las noches no se tomaba su trabajo nada enserio, se dormía, así que era como si estuviésemos solos.
Salté la valla y la abrí para que Gee pudiera pasar. Abracé su cuello y le besé levemente.
El soltó una ligera risa y tiró de mí cogiéndome de la mano, mordiéndose el labio en una sonrisa pícara.
Me tiró del brazo atrayéndome a él. Su lengua rozó el contorno de mis labios y penetró en mi boca. Me separé de él. "Es hora de llevar esto a un nuevo nivel." Me dije. Mis manos bajaron hasta su cintura y mi boca rozaba su oreja, que mordí suavemente. A mí eso me ponía, a lo mejor a él también.
Nos empezamos a desvestir, primero su camiseta, luego la mía y así sucesivamente. Comenzó a besar mi tripa bajando cada vez más e introduciendo mi órgano reproductor en su boca. Me giré hasta hacer yo lo mismo con él. Me ardía el pene, tenía una erección, pero no me importaba porque era él. Unos veinte minutos después él se corrió y yo también, pero en menor cantidad y a causa de que él lo hiciera. Me separé de él y quedamos mirándonos cara a cara.
-Ahora creo que me gusta el núemor sesenta y nueve.
Ambos reímos.
-Tienes...- Dijo Gee señalando mi boca.
-Tú también.
-Espera que te la quito.
-Gracias, y yo a tí...
Nos enredamos en un vivo y apasionado beso. Uno que dejaba ver claro como el agua cristalina los sentimientos del uno por el otro.
Gerard se movió y volvio a introducir en mí... parte de él, digamos, por detrás mientras besaba mi cuello y mi espalda y abrazaba mis hombros. 
Se movía lenta y dulcemente... Dios, estaba en un puto cementerio y mi exnovia muerta estaba allí enterrada... Otro movimiento hizo que me olvidara de todo. Me daba igual dónde, cuándo o quién estuviera, lo importante era que éramos Gerard y yo, juntos de nuevo y no había nada que lo impidiera.
Justo en el momento más bonito de todos algo lo inetrrumpió.
-¡Eh!, vosotros, ¡fuera de aquí!
Era el guarda del cementerio. "¿Qué coño haces tú despierto, cabrón? Pensé. Cogí la mano de Gerard y recogimos la ropa para salir corriendo. Llegamos a un lado que daba a una arboleda y allí nos vestimos rápidamente.
-Creo que no nos ha visto ni la cara ni lo que hacíamos...- Le dije a Gerard.