martes, 28 de junio de 2011

Capítulo 10: Please understand that I can't stop now becouse I'm dancing

Me quedé al lado de la tumba, fantaseando que Laura estaba allí, viva, hablando y riendo conmigo.
Era tan bella como la recordaba a pesar de ser un espejismo en mi mente. 
-Gracias por las flores, ya sabes cuánto amo la Belladonna... 
-Sí, por eso las compré para tí.
De repente me sonó el móvil y Laura se disipó como una nube de humo.
-Diga.
-Frank, salgo en media hora, ¿a dónde vamos?
-Claudia, pues... no sé, es tu terapia de reabilitación de corazones, tú elijes.
-Vale.- Rió- ¿Sigues en el cementerio?
-Sí...
-Ahora paso a por tí, ¿de acuerdo?
-Vale.
-Hasta ahora.
-Chao.- Colgué.
Desde entonces no podía traer de vuelta a Laura conmigo, ya no la podía visualizar y estaba solo. Los minutos par
saban muy lentamente. Miré al reloj: Las ocho y media. El tiempo pasaba y yo movía nerviosamente las piernas. Estuve varios minutos así y volví a mirar al reloj de nuevo: Las ocho y media pasadas. "¡Una mierda, pero, dos minutos no pueden haber pasado solo dos minutos! Han pasado diez mínimo."
Saqué la cartera y de ella la fotos de Gerard. Empecé a romper su cara y en las que salíamos él y yo simplemente rompía su rostro, quedando el mío intacto.
Miré el reloj. Solo habían pasado tres minutos.
-¡Aghh!- Exclamé desesperado.
Tras varias horas que en realidad cada una eran siete segundos verdaderos decidí volver a intentar matar un poco el tiempo, esta vez con resultados. Busqué  en mis bolsillos un papel y lo encontré. Saqué también un boli y comencé a componer una canción.
"¡Guau, ha ido más rápido y más fácil que otras veces!" Pensé al acabarla. Era cierto.
Miré el reloj: Las 9. "Genial." Pensé
-Enano.- Con esto, Claudia interrumpió mis pensamientos.
-¡Vámonos, por Dios!
Ella rió y me miró. Me acerqué hasta ella y me dio un beso en la mejilla.
-Venga, que se te ve impaciente.
-Es que me estaba matando a aburrimiento.
-Ya lo suponía, pero estabas haciendo algo en un papel, ¿puedo verlo?
-Es una canción.- Dije sacando el papel.- Creo que la titularé "10 Rings". Toma.
-¿Me la cantas?
-Claro, ¿por qué no?, pero luego que cantar en un cementerio no es que sea muy...
-Ya,- Rió.- lo dejamos para luego.
La sonreí.
Fuimos hasta una parada de autobús y esperamos a que llegara el nuestro. A medida que uno se aproximaba, Claudia se acercó y miró el número.
-El 160, vamos, es el nuestro.
-Pero yo no tengo mucha pasta, vamos a pie.
-Ni pasta ni leches, me da igual, te dejo yo dinero, hoy vamos a pasarlo en grande, ¿entendido?
Sonreí y me subí tras ella al autobús.
-Bueno, ¿a dónde me llevas?
-Vamos a ir a un bar con una amiga mía, Raquel, y después a ir pedo por ahí, sin rumbo, dejándonos llevar y liberándonos.
-Suena bien.- Sonreí.
-Y me tienes que cantar la canción.- Dijo devolviéndome el papel.
-Bueno, vale.
Estábamos solos en el autobús así que empecé a cantar.
Learn to live with decisions that you made, I learned things from the break that I can't forget.
Catch you doing drive-bys at 1AM, it must kill you to know that we can't be friends.
End of the summer, you cut me off, I cut you out of the pictures I have, End of the summer you cut me off, I cut you out of the pictures I have.
Stop calling my house, stop calling my house, my house, my house, my house.
Living room, answering machine turned off, ten rings 'till I pick up and you hang up. 
You made your bed to lie in with someone else, guess you better watch what you wish for.
End of the summer you cut me off, I cut you out of the pictures I have, end of the summer you cut me off, I cut you out of the pictures I have.
Stop calling my house, stop calling my house, my house, my house, my house, my house, my house, my house, my house.
Stop calling my house, my house, my house, my house, my house.
There's nothing left to say, I won't answer the phone, your obsessionnis starting to lose it's charm, nothing left to say, I won't answer the phone, we're over and done.
Stop calling my house!
-Guau... Está genial, me encanta.- Dijo aplaudiendo.- ¿Cómo decías que se llamaba?
-Gracias.- Dije riendo vergonzosamente como cada vez que me alagaban por algo.- Ten rings.- Respondí.
Ella asintió mientras que, lentamente, dirigía su cabeza hacia el cristal.
-Ya llegamos.- Dijo mientras que se levantaba para salir del autobús.
Me levanté y salí del autobús detrás de ella.
Andamos unos metros más y llegamos a la puerta de un centro comercial.
-¡Raquel!- Saludó con la mano Claudia.
-¡Hey!- Raquel le devolvió el gesto mientras se acercaba a nosotros. Era más o menos alta, esbelta, con ojos y cabellos morenos, los cuales tenía rizados.
-Hola, Frank, Claudia me ha hablado mucho de tí. ¿Qué tal?, soy Raquel.- Me dió dos besos en las mejillas.
-¿A sí? Bien, ¿y tú?
-Sí.- Dijo riendo y mirando a Claudia.- Bien. Encantada de conocerte al fin.
-Igualmemte.- Dije con una radiante sonrisa en la cara.
-¿Nos vamos ya?
-¡Vamos!- Dije alegremente como un niño impaciente por bajar las escaleras y abrir los regalos en el día de Navidad.
-Bueno, Frank. ¿Qué estudias?
-Pues mixtas.- Le respondí a Raquel.- ¿Tú?
-Igual.
-¡Oooohh! Tenéis cosas en común, buen comienzo.- Dijo Claudia riendo estruendosamente.
-Tonta...- La dije sonriendo, a buenas.
Me devolvió el gesto con una sonrisa pícara.
Llegamos a un bar y pedimos mesa en la terraza.
-Bueno aquí ya pilotas tú, nos dejamos en tus manos.- Le dijo Claudia a Raquel.
-Llevo viniendo a este bar desde pequeña, se qué platos merecen o no la pena y tal...- Me aclaró Raquel.
-Bueno, ¿y qué vamos a pedir?
-cervezas, patatas, aceitunas, alitas de pollo y souflé de chocolate.
-Suena bien, pero me he traído poco.
-Tranquilo, está genial de precio, más o menos diez euros todo lo que he dicho, entre nosotros tres pues yo que se apróximadamente tres euros y pico por cabeza.
-¡Guau! Está genial.
-Sí, lo sé.
Pedimos lo dicho al camarero y tras la copiosa comida, excelente, he de decir, Claudia sacó el tema de mi faceta musical.
-Bueno, Enano,- Dijo Claudia.-¿me tienes que cantar algo, no?
-¿Aquí?
-¿Por qué no?
-¿Cantar?- Dijo Raquel emocionada.
-Sí, Frankie canta y toca la guitarra genial. Sus canciones están súper bien.
-No es para tanto...- Me sonrojé.
-Calla y canta.- Dijo Claudia guiñándome un ojo.
-Bueno...
Me aclaré la garganta y empecé a cantar mientras golpeaba ligeramente la mesa de metal del bar con la mano simulando la batería de la canción.
"Learn to live with decisions that you made,
I learned things from the break that I can't forget.
 Catch you doing drive-bys at 1AM,
it must kill you to know that we can't be friends.
 End of the summer, you cut me off,
I cut you out of the pictures I have,
end of the summer you cut me off,
I cut you out of the pictures I have.
 Stop calling my house,
stop calling my house,
my house,
my house,
my house.
 Living room,
answering machine turned off, ten rings 'till I pick up and you hang up. 
 You made your bed to lie in with someone else,
guess you better watch what you wish for.
 End of the summer you cut me off,
I cut you out of the pictures I have,
end of the summer you cut me off,
I cut you out of the pictures I have.
 Stop calling my house,
stop calling my house,
my house,
my house,
my house,
my house,
my house,
my house,
my house.
 Stop calling my house,
my house,
my house,
my house,
my house.
 There's nothing left to say,
I won't answer the phone,
your obsessionnis starting to lose it's charm, nothing left to say,
I won't answer the phone, we're over and done.
Stop calling my house!"
-¡Wooooow!-Gritaron entre aplausos las chicas.
-¿Cómo se llama?- Pregunto Raquel.
-"10 Rings"
-Me encanta.
-Chicos, siento cortar el rollo pero deberíamos ir moviéndonos.- Dijo Claudia.
Pagamos la cuenta y nos fuimos. Raquel se abrazo a mi cuello y dejo caer su peso en mi. Iba borracha, al igual que Claudia y yo, pero no era paa tanto, se podía tener en pie perfectamente, pero no importaba. Pasé mi mano por su cintura para que ella estuviese más cómoda, sujeta y segura y yo con menor peso en el cuello.
Llegamos a una discoteca con un gran letrero de lentejuelas y pequeños cachos de espejo y purpurina que formaban las letras del nombre del local "Dark Night" Me gustaba ese nombre para una discoteca.
-Hoy es gratis todo menos las copas.- Dijo Raquel, y acto seguido entramos.
"She's got a love like woe, girls got a love like woe (ladada) And I feel like it don't make sense, becouse you're bringing me in and then you're kicking me out again..."
-¡"LOVE LIKE WOE"! Amo esa canción. -Dije agarrando los brazos de la chicas y arrastrándolas a la pista de baile.
Estuvimos bailando canción tras canción hasta que dieron la 6 de la mañana y a parte de cansados, estábamos completamente borrachos.
Cogimos el mismo autobús en el que habíamos venido Claudia y yo.
-Ah, Frank, toma mi número.- Raquel me dio un papelito.
-Vale, te llamo mañana.
-Adiós.- Nos despedimos Claudia y yo.
Nos subimos al autobús y esperamos en silencio a que llegara nuestra parada. 
-Bueno, Claudia, me voy que en unas horas tengo clase. Gracias por todo lo he pasado genial.
-Adiós, Frank.
Nos dimos dos besos en las mejillas y me fui a mi habitación.

domingo, 26 de junio de 2011

Capítulo 9: I don't love you like I did yesterday

Las horas pasaban y yo deambulaba por los pasillos en busca de Gerard, sin rumbo fijo y pensando "Mierda."
La tarde entera trancurrió así, de aquí para allá y de allá para aquí hasta que finalmente decidí ir a picar algo a la cafetería.
Bajé en el ascensor de metal al final del pasillo ya que no me apetecía ir por las escaleras. Cuando ya estaba abajo abrí la muerta metálica que daba al comedor del instituto. "Esto está a petar..." Pensé. Miré en busca de una mesa libre y entonces lo vi. Ahí estaba Gerard sentado en una mesa, solo, comiendo, tranquilo... Era imposible no enamorarse de él. Me acerqué a Gerard con una inevitable sonrisa en la cara.
Me acerqué pir detrás, y, tapándole los ojos con las manos, le susurré al oído:
-¿Quién soy?
Al oír esto apartó mis manos de sus ojos.
-Hola.
-¿Qué pasa, Gee?
-Nada, Frank, ¿qué tal te lo pasaste ayer noche?
-Bien, de eso quería hablar contigo, quería contarte y...
-Ya, bueno,- Me cortó él.- luego será, ¿vale? Me tengo que ir porque Mikey tiene la nota baja en japonés, le enseñaría yo, pero no tengo tiempo voy a buscarle una profesora o algo.
Se fue sin darme tiempo a decir ni "adiós".
"¿Japonés?, ¿Fátima no era medio japonesa o algo así?" Me dije. Saqué el móvil y la llamé.
-¡Frank, qué sorpresa! ¡Dime!
-Hola, Faty, quería preguntarte algo.
-Dispara.
-¿Tú hablas japonés me dijiste, no?
-Sí, soy medio japonesa y bilingüe en japonés, ¿por qué?
-Tengo un amigo que necesita ayuda y he pensado que podrías darle clases o algo.
-Por mí genial, ¿cómo se llama él?
-Mikey.
-Pues dale mi número y que me llame para concretar, ¿vale?
-Vale, muchísimas gracias, Faty, te debo una.
-No hay de qué. Te dejo, un beso.
-Adiós, gracias.
Fui corriendo a buscar a Gerard y Mikey para decirles lo de Fátima, pero, otra vez más, Gerard, me evitaba. En la habitación de los hermanos Ways solo estaba el pequeño.
-Hey, Frank, ¿qué pasa, tío? Entra.- Me saludó él con una taza de café en la mano.
-Gracias, tío. Te traigo buenas noticias.
-No creo, tío. Estoy que me muero, si no apruebo Japonés la he cagado. No hay mucho que me anime ahora a parte de tocar el bajo.
-Pues te digo que sibte va a alegrar.
-Y yo digo que no m lo creo.
-¿Y si te digo que tengo un grupo con una amiga que también toca el bajo y es medio japonesa y habla japones como si lo fuera completamente y que te va a dar clases, qué me dirías?
-Que te amo.
-Pues ya está.- Reí lecemente y le tendí el número de Faty.- Toma, ella es Fátima y este es su número. Me ha dicho que la llames para concretar y tal.
-Muchas gracias, Frankie.
-De nada.
Me dirigí a la puerta y cuando mi mano se aferraba al pomo de esta reuní valor, cogí aire y me decidí a hacer la pregunta del millón.
-Mikey, ¿qué le pasa a Gerard?
Solté el pomo y me senté en el sofá al lado del menor de los hermanos Way.
-No sé. Está raro...
-Ya lo sé, por eso mismo pregunto.
En ese mismo instante entró Gerard por la puerta. Cuando me vio se le quedó una cara de póker y de rechazo que me destrozaron el corazón.
-Hablando del rey de Roma...- Dijo Mikey sonriendo y palmeando el hueco libre de sofá entre nosotros dos.- Ven, siéntate aquí.
-Emm... no, estoy mejor depié.- Dijo Gerard, destrozándome aun más.
-Mikey, no he podido conseguir nada, pero seguiré buscando, lo prometo.- Le dijo el pelirrojo, esta vez a su hermano.
-Oh, no hace falta, Gerard, Frank me ha conseguido algo, ¿verdad, Frankie?
-Sep... -Se hizo un silencio incómodo y sepulcral en la sala. Aquello me parecía ABSURDO completamente en mayúsculas... El silencio se prolongó eternamente y el agobio y las miradas hacia el suelo aumentaban por segundo.- Bueno, esto es de idiotas, yo me voy. Mikey, llámala y queda con ella.
-No, Frank...-Titubeó Gerard, pero no le hice caso, salí por la puerta, líberandome para poder encerrarme en mi propio mundo interior, allí, donde todo era perfecto.
Me fui a mi habitación y me arreglé un poco. Cambié mi camiseta negra de The Misfits que llevaba puesta por una camisa, al igual, negra, mis pantalones vaqueros rotos a la altura de las rodillas por unos rotos pero en menor cantidad, mis Converse negras se quedaron donde estaban: en mis pies, me puse una corbata roja y unas Ray-Ban de espejo.
Me alboroté un poco el pelo y luego lo bajé con las manos. Cogí mi cartera y las llaves de la moto y me dirigí al cementerio de la calle Camino Sotavento en el que estaba enterrada Laura trás haber comprado unas flores, verbena, belladonna y malvas, sus favoritas.
Mientras me dirigía a su tumba, que podía hacerlo sin mirar ya que me sabía el camino de memoria, miraba el ramo de flores.
-Belladonna...- Reí levemente.- Ay, Laura... Nunca entenderé tu amor hacia estas flores... Huelen mal, son venenosas... Pero bueno así eres tú.- Para cuando dije esto último ya estaba en su tumba.- Extraña, tétrica pero a la vez dulce y buena persona... Eres especial y nunca jamás dejarás de serlo.
-Maldito hijo de puta, ¿dónde coño has estado?- Una voz familiar me sorprendió con estas palabras.
-¿Claudia?- Dije medio riendo de sorpresa.
-No, el fantasma de la ópera.
-¿Qué tal?
-Bien... sabía que te encontraría aquí, ya que en el hospital no.
-Ya, bueno eso tiene explicación.
-Tranquilo, no pasa nada, de todaa formas ibas a salir o esa misma tarde o la del día siguiente, el alta que dijimos era de otro paciente.
-Perdona de todas formas.
-No pasa nada... ¿Esta es la tumba de...?- Faltaba el "Laura" pero se veía que tenía miedo de herirme si lo decía
-Sí, lo es...- Estaba a punto de llorar.
-Oh, Frankie...- Me abrazó y trató de consolarme mientras me acariciaba la cabeza y murmuraba periódicamente "Oum..." y "Oh..."- Cuantísimo lo siento... La querías mucho, ¿no?
-No sabes cuanto...
Ella notó que me iba a deprimir más si seguía hablando de ello y por eso intentó cambiar de tema.
-¿Sabes qué? Que esta noche vamos a salir por ahí y te lo vas a pasar bien y vas a desconectar de todo.
-Pero, es que...
-¡No hay peros que valgan, lo necesitas!
-Bueno, vale... voy a decirle a hablar con Fátima y decirla que hoy no voy a ensayar.
-Vale.
-Ahora vengo.
Dejé las flores en la tumba y llamé a Faty.
-¿Diga?
-Fátima, soy Frank, esta noche no iré, ¿vale?
-Va, yo tampoco, he quedado con el buenorro de mi alumno... que por cierto, gracias por intervenir y hacer que nos conociésemos. Está tan tribueno.- Dijo ella alargando infinitos segundos la "a" de "tan" y las "e" y "o" de "bueno".
Reí.
-Bueno, me voy un beso, Fátima... Y cuidado con Mikey que tiene novia.
-Si, soy yo, solo que él no lo sabe.
-Venga,-Reí.- adiós.
Me di la vuelta y ahí estaba Claudia. Tenía las pupilas dilatadas a tope.
-¿Qué les pasa a tus ojos?- Dije asustado.
-Belladonna... dilata pupilas si se frotan las semillas debajo del párpado inferior. ¿A que mola?- Rió.- Las de la Edad Media se lo ponían.
-Y también se pellizcaban en vez de usar colorete porque creían que era de putas... Estaban locas...
-Sí- Reímos juntos.-Bueno, Frankie, tienes mi número y tal así que ya nos vemos luego, que tengo que volver al tajo, te llamo en mi descanso y vemos a donde ir esta noche, ¿vale?
-Venga, adiós.
Nos dimos dos besos en la mejilla y, antes de irse se giró para decir algo.
-Oh, y, Frank... Recuerda una frase que te ayudará siempre, ¿vale? Es: Ser feliz no significa que todo sea perfecto, si no que sabes mirar sobre las imperfecciones.- Una vez dicho esto se fue.
¿Cómo? Ni idea, pero esa chica siempre me sacaba una sonrisa.
La verdad es que era una frase buenisima pero también lo era la de "Es increíble cómo alguien puede romperte el corazón y tú seguir amándole con cada uno de los pedacitos rotos" Y así es justo como estaba yo, y, si ya me costaba sacar una sonrisa falsa, pues como para sacar una de verdad.
Caludia tenía razón, necesitaba quedar.

lunes, 20 de junio de 2011

Capítulo 8: I feel like there´s nothing left to do, but prove myself to you and we´ll keep it runing.

(NARRA GERARD)
"¿Por qué coño no me coges las llamadas, Frank?" Me dije. Había marcado su número y esperado interminables minutos con la esperanza de poder oír su voz unas ciento cincuenta veces aquel día, pero era inútil, no respondía.
Me dirigí al sofá que estaba junto a la mesa en la micro-sala de estar de la habitación y saqué un folio de mi carpeta y un lápiz con una goma en el extremo del estuche.
Estaba solo en la habitación ya que Mickey, con quien compartía habitación, había quedado con la chica del otro día... Ángela, creo recordar.
Me senté, me acomodé entre los cojines a rayas negras y rojas que componían mayoritariamente el mueble y me acerqué a la mesa, colocando en ella la hoja de papel para poder escribir bien. Cuando estaba confuso, no sólo dibujaba, que me hacía sentir divinamente, si no que también escribía en un papel todas las razones que hacían que estuviese rayado y, cuando ya tenía la lista, me la guardaba, y si surgían más razones, las apuntaba y esperaba, surgiesen más o no, a que pasara un tiempo para después volver a leer la lista y ver si era cierto o no y saber si debía hablarlo con esa persona o con cualquiera, conmigo mismo incluso, para ver como se podía soluccionar.
Empecé, y cuando hube acabado el papel quedó mayoritariamente en blanco, pero en la esquina superior izquiera se leía un título subrayado en mayúsculas con dos guiones de razones debajo del mismo.
FRANK IERO:
-Múltiples llamadas a las que no responde.
-Nunca me dijo un simple: "Te quiero" o algo similar.

Se que era algo absurdo y que cualquiera diría "Dios, Gerard. Déjale respirar, estaría duchándose, o comprando, o simplemente ocupado y no podría responderte, no te montes paranoias." Y también cosas como "Gerard, no hagas una montaña de un micro-grano de arena. No te ha dicho te quiero, ¿y qué? No te preocupes por esas gilibobadas."
Y diciendo todo aquello lo más probable es que, sí, que tuviesen razón, pero me jugaría mi mano derecha a que si les pasara a ellos en vez de a mí pensarían exactamente lo mismo que pienso yo ahora, a parte de lo que pongo en la lista, también me refiero al típico pensamiento de: "El amor apesta."
Miré al papel, leyendo inconscientemente lo que había escrito en él y lo doblé perfectamente recto, asegurándome de que los dobleces fuesen exactos los unos con los otros y que las esquinas cuadrasen al unísono. Una vez obtenido un pequeño cuadrado doblado de papel me lo guardé en el bolsillo trasero del pantalón y me levanté del sofá. Cogí mis llaves, mi mechero junto con mi paquete de tabaco y, tras ponerme una cazadora negra que colgaba de una silla cerca de la puerta, salí por la misma cruzando los pasillos del colegio hasta llegar a la puerta principal. Toqué el timbre para que abrieran la puerta metálica y poder salir del centro.
Dí un largo paseo, alejándome cada vez más de la población hasta que llegué a un bosque a las afueras del campus. Amaba ese lugar, prácticamente me había criado allí. Llevaba viniendo desde los 5 años cuando necesitaba pensar, empezó por las movidas de mis padres, los niños del colegio y más tarde, prácticamente me hice como Tarzán pero en el bosque del tiempo que pasé allí cuando mi abuela Elena murió. Me conocía aquellos caminos tan bien que podría recorrerlos y saber dónde parar por que hubiese una piedra con la que tropezar, un charco en el que mojarme o un tronco con el que chocar, perfectamente con los ojos cerrados.
Caminé relajadamente hasta llegar al tronco talado de un viejo olmo. Era un asiento perfecto, llevaba siéndolo desde que empecé a venir aquí. Saqué un cigarro y lo encendí. Tomaba caladas largas y profundas, tratando de admirar la naturaleza, privilegio con el que contaba ya que yo no era un desconocido para los animales de allí y no huían al verme, pero no podía ya que mi mente solo se centraba en Frank.
Dios, era horrible, no podía penar en otra cosa más que en él. Me dí ligeros golpecitos en la cabeza repitiéndome a mí mismo "Vamos, Gerard, tienes vida, ¿o no es así? Piensa en otra cosa." Eso hice, bueno, al menos lo intenté, pero el esfuerzo fue en vano ya que me venían absurdeces a la cabeza como "¿Qué haría Frank para intentar pensar en otra cosa?" Era absurdo. Así pasaron los segundos, los minutos, las horas, hasta que calló la noche. Dios, era precioso. El bosque estaba en silencio salvo por el canto de algunas aves nocturnas y los pasos de los animales en las hojas secas caídas en el suelo. Un búho se poso en una pequeña rama que había en lo que quedaba del árbol en el que estaba sentado. No era un búho cualquiera, tenía algo especial. No sabía exactamente el qué, pero algo era. Saqué la lista del tema de Frank y el lápiz que llevaba en el bolsillo y empecé a dibujar al búho por la otra cara del papel.
Cuando terminé miré el dibujo y se lo enseñé al búho, sonriendo, me guardé el papel y miré la hora en el móvil. La una de la madrugada. "Será mejor que vuelvas" Me dije, y eso hice.
Me llevó al rededor de una hora llegar a mi habitación. "¡Mierda, la llave!" Mickey me matará si le despierto..." ¿Qué opción quedaba?... Llamé a la puerta y me abrió mi hermano tomando un sorbo de una taza. Café, seguro que era café.
-Hey,- Bebió.- ¿dónde estabas
-Esto...- No podía mencionar el bosque, se daría cuenta de que algo me pasa y me bombardearía a preguntas y no me apetecía aquello ni lo más mínimo.- Pues... por ahí....
-¿Bosque?
-¡¿Qué?!, ¡No, por Dios, no!
-Gerard...
-¿Qué?, ¿acaso parece que tenga problemas como para ir al bosque?
-No lo sé, dímelo tú.
Me había pillado, y como un niño pequeño incapaz de admitir nada, me enrabieté con él.
-Que sí, que vale, que muy bien. Lo que tú digas... Me voy a la cama.
-Que duermas bien, Gerard.
-Sí, claro, tú también.
Me fui a mi cama y cerré la puerta con pestillo. No me cambié de ropa, no me quité los zapatos, ni siquiera vacié los bolsillos de la cazadora. Tan solo me ddejé caer sobre el colchón y traté de dormirme, lo cual me costó lo suyo, pero que finalmente logré.
Estaba en aquel bosque sentado en el olmo. El búho bajo hasta posarse a mi lado. Era un paisaje precioso. Miré hacia el horizonte y vi unas mariposas que se dirigían hacia el bosque. Tenían las alas en llamas y nada más posarse prendieron fuego a todo.
-¡Aghhhhhh!- Me desperté entre gritos.
-¡Gerard!- Mickey intentaba abrir la puerta. "El pestillo." Pensé.- Gerard, ¿estás bien? Abre la puerta.
Me levanté e hice lo que me acababa de pedir.
-Pesadillas de las que te hacen despertarte gritando..., ir al bosque y quedarse hasta las tantas allí..., dormir con el pestillo echado..., dormir con la ropa del día incluidos zapatos y la cazadora con todo en los bolsillos...- "No me pidas la lista... no me la pidas..." Sabía que me había pillado.- ¿De qué trata la lista esta vez?
-¡MUÉRETE!- Salí corriendo mientras las lágrimas corrían por mis mejillas.
No me podía creer que le hubiese gritado aquello a mi hermano. Estaba tan desesperado, tanto. Esto solo podía significar una cosa, que Frank era realmente especial para mí...
Una pequeña parte de mí decía "Tienes que hablar con él, Gerard"
Otra decía "No puedes hablar con él, ¿que pensará si le dices eso?"
Y otra era indiferente.
Odiaba con cuerpo y alma aquellas batallitas entre mi corazón y mi cabeza...
Bajé a la cafetería para desayunar. Nada como un café y un croissant tostado con mantequilla fundida para despejarme. Solía tomar café todas las mañanas, pero la mariconada del bollito grasiento solo era para tratar de curar temas del corazón.

(NARRA FRANK)

-Hummm- Me desperté mientras me restregaba los ojos, parpadeando lentamente e incorporándome a la misma velocidad.
Me había quedado dormido encima de Alba. "Mierda." Tenía un dolor de cabeza de esos que solo tienes tras haber bebido mucho. Miré a la mesilla de cristal, y, tal y como había supuesto, estaba repleta de latas de cerveza vacías y botellas de Vodka, Whisky y demás en las mismas condiciones.
Miré el móvil. Estaba bloqueado y debajo del recuadrito que indicaba la hora había otro recuadro más pequeño en el que indicaba "16 llamadas perdidas". Desbloqueé el móvil y pulsé "registros". Todas las llamadas eran de Gerard de la noche anterior. "Me cago en la puta..." Pensé a la vez que marcaba su número con el propósito de llamarle y explicarle lo sucedido.
*Hola, soy Gerard, 635447891 ahora mismo tengo el móvil apagado o fuera de cobertura, deja tu mensaje después de oír la señal y te llamaré en cuanto pueda* *Piiiib*
Colgué con un único pensamiento en mente: "Mierda."

viernes, 17 de junio de 2011

Capítulo 7: Came a time when every star fall brought to you the tears again.

-¿Me vas a presentar a tu amigo?- Me dijo Lili con una sonrisa en la cara.
-Hola, soy Gerard.- Gee tendió la mano para estrechársela, pero Lili siempre saludaba con dos besos en la mejilla.
-Lili. Encantada.
-¡Enano!- Una voz grave salía de detrás de la puerta.
-¡Bob!- Exclamé.
Chocamos, juntamos los puños, nos cojimos de la mano con los pulgares hacia arriba y golpeamos nuestros hombros.
-¿Qué tal te va?
-Genial.- Dije mirando a Gerard, con una sonrisa pícara.- ¿A ti?
-Bastante bien, tío.- Se giró hacia Gerard para saludarle.- Hola, soy Bob.- Le dijo.
-Hola, yo Gerard.
-Bob, vamos a la habitación.- Le dijo Lili.- ¿Nos vemos luego?- Preguntaron los hermanos.
-Claro.- Gerard y yo les sonreímos.
-Me tienes que contar cosas, ¿No, Frank?
-Si...- El simple hecho de pensar en contárselo me bloqueaba y no sabía cómo empezar.- Siéntate.- Di palmaditas en la cama para que se sentase a mi lado.
 Empecé a tartamudear, me percaté de ello asi que respiré hondo para calmarme y lo intenté de nuevo.
Le conté con todo detalle lo que pasó aquella noche, mientras que lo hacía, sentí como me perdía a mi mismo, como todo se me caía encima, me sentía fatal, no podía controlar nada de lo que hacía y rompí a llorar. Su cara reflejaba preocupación, tristeza e instinto de protección. Me abrazó con fuerza ayudándome a llorar más para poder desahogarme mejor. Me sentía muy bien en sus brazos y no quería soltarme jamás, pero aún así me separé ligeramente para poder ver su cara.
- Gerard, esa noche creí haber perdido un rumbo en la vida, me perdí a mí mismo. Nada tenía sentido y no encontraba razón alguna para seguir viviendo.- Miré sus ojos verdes con la mayor sinceridad posible y continué hablando.- Dejé de buscar, me di por vencido... Y, entonces, cuando creí que no había vuelta atrás, cuando di las pocas posibilidades de salir hacia adelante por inalcanzables e inexistentes, entonces apareciste tú.
-Fr... Frank.- La tristeza se veía clara en sus ojos.- Quiero que sepas que me tienes aquí contigo para lo que sea.
-Gerard.- Comencé a llorar de nuevo.
-Pase lo que pase, ¿me oyes?- Me dijo. Asentí. Él me zarandeó suevemente haciendo que levantase la cabeza para mirarle fijamente a la cara.- He dicho: ¿me oyes?- Asentí de nuevo.- Frank, no te oigo...- Reí levemente.
-Si.- Sonreí y el me dió un ligero puñetazo en el hombro.
-Así me gusta, Enano.
Me avalancé violentamente sobre él y comencé a besarle, entregando mi cuerpo y alma en cada beso, en cada movimiento. Las lágrimas resbalaron sobre mi mejilla hasta caer en las suyas y, aquellas lágrimas de dolor comenzaron a transformarse en unas de alegría. Me separé levemente de él, lo suficiente para poder hablar aunque mis labios y mi aliento rozaran su rostro con cada palabra.
-¿Enano yo?
Sonrió con dulzura y abrazó mi cuello atrayendo mi boca a la suya. Mis brazos rodearon su cintura juntado nuestros cuerpos. En ese momento éramos uno, estábamos unidos, física y mentalmente, nada podía separarnos, juntos éramos invencibles. "La de cosas censurables que yo le haría". Mi mente pensaba por sí sola en este tipo de situaciones, pero esta vez no me avergonzaba de lo que acababa de pasar por mi cabeza, lo sentía de verdad, deseaba aquello... Entonces se separó de mí, tal y como yo lo había hecho antes.
-Sí, tú, ¿o qué pasa?, ¿no lo eres?- Sus labios rozaban los míos al hablar. ojalá hablase más en aquella posición porque aquellos ligeros roces se acababan de convertir en mi mayor anhelo, más bien un segundo mayor anhelo, ya que el primero era él.
-Dependiendo en que cosas... y tan enano no soy oye, que estoy 5 centímetros por encima de la media de lo que es ser bajito...- Parecía un niño pequeño protestando y defendiéndose cuando le llamaban algo que realmente era.
-Ya, ya, ya... eso dicen todos.
-¡Qué te lo juro!- Dije entre carcajadas.- Mira.- Me interrumpió antes de que dijera nada, se incorporó y yo le imité.
-¿Perdona?, ¿podrías hablar más alto?, es que verás, desde aquí arriba no se te oye.- Dijo maliciosamente.
-¡Qué eres extremadamente bobo!- Grite.- ¿Me oyes ya?
-Mmm... No, más alto por favor.- Rió y luego me miró dulcemente.- Los medio-metros deberíais aprender a  hablar más alto.
- Y los mecheros deberías saber que el fuego quema, ¿no?, así que calla por tu bien.- Le sonreí y me incliné para besarlo.
*Biiiiip*, *Biiiip*
-Mierda.- Susurré.- Gee, me tengo que ir, adiós.
-Adiós.- Dijo confusamente.
-Luego te cuento, lo juro.- Dije a medida que me alejaba con Pansy en brazos por los pasillos hasta detenerme en el baño común de chicos y me arreglé un poco el pelo. Saqué las llaves de mi moto y un papelito con una dirección apuntada, me subí a la moto con Pansy y tras arrancar la moto me dirigí rápidamente al lugar indicado en la hoja. 
Había quedado con Fátima, una vieja amiga de la guardería. Habíamos estado hablando mucho en los últimos tres años. Me contó que tocaba el bajo y que tenía planeado formar un grupo. Yo en esto tenía experiencia, ya que llevaba tocando en bandas desde hacía tiempo, pero ninguna había cuajado, esta era otra más y no esperaba que tuviese éxito, la verdad.
Llegué a la casa en la que habíamos quedado. Me bajé de la moto y antes de entrar cojí una larga bocanada de aire que solté en forma de suspiro. "Allá voy", me dije.
La valla del jardín estaba abierta, dando a un camino de piedras sobre el césped que daba a una casa grande de la época victoriana. Era una casa preciosa, me recordaba a las casas góticas antiguas. La puerta era grande, negra, con unos números de metal pintados de dorado en ella. "246" Llamé a la puerta y me abrió Fátima.
-¡Frank! Pasa, te estábamos esperando.-Entré y cerró la puerta detrás de mí.- Quiero presentarte a Alba, ella es la baterista.
-Hola, ¿qué tal?- Me dijo ella, era una chica alegre por lo que se veía.
-Hola, soy Frank, encantado.
-Igualmente.- Dijo Alba esbozando una sonrisa en sus labios.
-Bueno, ¿y qué nombre habíais pensado para el grupo?- Pregunté.
_Frank, no tenemos ni siquiera grupo al completo.- Dijo Fátima.
-¿Y qué nos falta?
-Otro guitarrista y un cantante.- Dijo Alba.
-Yo podría cantar.- Me ofrecí
-¿Enserio? Eso sería fantástico.- Dijo Fátima.
-Sí, pero sigue faltando un guitarrista melódico.- Dijo Alba.
-Mi compñero de habitación podría encargarse de ello, se le da bastante bien tocar la guitarra y hace unos punteos flipantes.- Mi móvil sonó.- Un momento, por favor.- Me disculpé. Miré el número. Gerard...
-¿Quién es, Frank?- Me preguntaron las chicas. Ellas ya estaban listas con sus respectivos instrumentos preparados para empezar a ensayar.
-No, nadie, ya llamo luego.- Colgué y me fui con Pansy con las chicas.


Siento no haber subido durante tanto, pero he estado de exámenes y si no aprobaba todo no iba al Decode :S. Pero bueno, ¡he aprobado! así que si no la cago esta semana con mi madre iré y lo mejor de todo es lo que tenía en mi estado de tuenti (Aquellos que me tenéis agregada lo habréis visto [Soy Meer Emo Comoquieras en el tuenti, agregadme si queréis consultar dudas, preguntar algo, hacer correcciones, sugerir o simplemente hablar :D] ahora tendré de estado el blog así que mirad mi antiguo estado y lo véis.)
Subiré más en breve, espero que no me queráis matar por la espera hahaha :)
Besos: Athomic Sunshine.