sábado, 25 de febrero de 2012

Capítulo 23: I miss you.

Me monté en la moto, intentando arrancarla, pero la mujer me cogió del brazo impidiéndolo.

-Suéltame.

Sonó como una orden que pareció asustarla e hizo que aflojara un poco.

-Frank, eres mi hijo...
-Que unos papeles de un absurdo ayuntamiento diga eso no significa que sea cierto, ¿sabes?
-No me digas eso, por favor, ya hemos sufrido todos lo suficiente...
-¿Por qué no iba a decirlo si es lo que siento?
-Porque eso no es así.
-No, no lo es.

Las lágrimas caían de sus ojos, yo me intentaba aguantar el llanto manteniéndome duro y frío como el mármol.

-Hace tiempo que esta familia me da puro asco.- Continué tratando de hacerla llorar más para que no me agarrara y así poder soltarme.- No sé por qué he venido.

Me solté. Objetivo conseguido. Aceleré todo lo que pude con los ojos cerrados, dejándome llevar por la ira. "No, no lloraré esta vez". Trataba de convencerme a mi mismo de algo que creía prácticamente imposible.

La vida comprende un periodo de tiempo que, por muy corto que sea, te da tiempo a pensar, a darte cuenta de cosas por ti mismo. Como cuando lo único que piensas cuando te vas a dormir es "Ojalá nunca me vuelva a despertar". Ahí te das cuenta del serio problema que tienes. Tratas de cambiar, reflexionar y prosperar durante unos instantes, pero es inútil; sabes que mañana volverás a caer y no habrá nadie ahí para ayudarte a levantar. Así que te encierras en tu mundo interior y tratas de hacer algo por el mundo, como quedarte callado y apartado del resto, con los cascos puestos. La música llega a lo más hondo de tu corazón y te ayuda a liberarte mientras recuerdas tiempos mejores, mientras vives en el pasado y te olvidas del presente.

De pronto mi vista se tornó negra, el dolor recorría mi cuerpo y desvanecí.

(NARRA GERARD)

-De verdad que no lo entiendo.- Dije llevándome las manos a la cabeza.
-Ya, no te preocupes, se solucionará.- Dijo Mikey poniendo su mano en mi hombro.
-Bueno, me voy ya, ¿vale?
-Adiós.

Cogí el autobús que quedaba más cerca de "mi" bosque y caminé hasta alcanzar el tronco en el que me solía sentar.
Admiré el paisaje otoñal y lo plasmé en la hoja de papel que tenía en la mano.
A los cincuenta minutos no podía distinguir cuál era el bosque y cuál el dibujo. Suspiré orgulloso de mi trabajo y de repente oí unos pasos y gemidos de dolor acercándose.
Ahí estaba. Ensangrentado, lleno de sangre y medio inconsciente.

-¡Frank!

miércoles, 12 de octubre de 2011

Capítulo 22: Take this to your grave

Me metí a la cama y cerré los ojos, intentando dormir, lo cual no fue tarea fácil. En fin, es comprensible. ¿Quién podría dormir después de la emoción de ver a tu grupo en directo? Al menos yo no.
Apreté los párpados con más fuerza repitiéndome "Venga, Frank. Duérmete" hasta que me empezaron a doler los ojos de la fuerza con la que los cerraba.
Y de repente, cuando estaba a punto de dormirme, empecé a pensar en Gerard y ese momento.
"Dios... Y es que ya nada sigue igual, toda mi vida cambió, pero lo peor no es eso, si no que tú cambiaste con ella, llevándote lo único que me ataba a la realidad, pero a la vez lo que me ataba a la irrealidad. Te llevabas el lugar al que me solía escapar en momentos difíciles. Y te odio por ello. Te odio y te amo a la vez... Es todo tan contradictorio... Sólo necesito tenerte entre mis brazos para poder olvidar todos mis males, pero si tuviera la oportunidad, también confieso que querría  ahogarte hasta que te murieras. Me haces un lío, pero también sólo tú puedes aclararme las ideas. Tienes la llave que me abre y también el candado que me cierra. Eso no es justo. Me manejas a tu gusto, y ya soy lo suficientemente mayorcito como para manejarme solo. Posees todo control sobre mi, y eso no está bien porque todos necesitamos un mínimo de intimidad, un lugar en el que nadie te pueda controlar. Tú me has dejado sin esos. Te deseo, a veces más sin vida que con ella, pero te deseo, a mi lado, perteneciendo a mi igual que yo pertenezco a ti. Te echo de menos cuando estás incluso a mi lado y aún así quiero que te vallas y nunca vuelvas a mi. Porque me estás consumiendo, y a la vez me reparas..."
Comencé a murmurar la letra de I don´t love you y de vez en cuando pensaba "Maldito hijo de perra" o "Puto Gerard" dando pequeños puñetazos a la almohada o a mis piernas, puñetazos sin fuerza, porque cuando me deprimía no la tenía, pero con mucha rabia, mientras que las lágrimas caían por mi rostro.
Pasaron veinte largos minutos al cabo de los cuales conseguí quedarme dormido.
Aquella noche tuve otra de mis comunes pesadillas. Soñé, como de costumbre cada vez que... "lo" hacía, con sexo. Y sí, en el sueño salía yo.Y sí, Gerard también. Pero, no. Aquel acto de placer, aquella muestra de amor no era entre nosotros dos, si no entre Gerard y muchas chicas. Estaban Javiera, la amiga de María (nunca me acuerdo de su nombre), Raquel, Claudia, Alba...

Me desperté empapado en sudor, jadeando, con los ojos cerrados tratando de tranquilizarme y diciéndome a mi mismo "Tranquilo, ya pasó". Abrí los ojos y miré a mi al rededor; Ray dormía plácidamente, con las sábanas cubriéndole la nariz. Traté de recordar la última vez que realmente había dormido bien, pero la memoria no me alcanzaba a tales tiempos.

Cogí mi móvil y marqué el número de Javiera.

-¿Sí?- Contestó una aturdida voz tras siete pitidos.
-Javiera, soy Frank.
-Frank, querido, son las seis de la mañana.
-Lo sé.
-¿Pasa algo?
-Más o menos.
-Hacemos una cosa,- Propuso.- Quedamos a las cuatro después de clase, ¿vale?
-Vale, en el café de la esquina, ¿de acuerdo?
-Sí.
-Adiós, gracias.
-Un beso.

Colgué el teléfono.

"Ya es hora de que vivas tu vida y dejes de depender de él" Me dije. Y tenía razón. Maldita sea, tenía toda la puta razón. Pero eran palabras, no más. No había hechos, y, sinceramente dudaba que fuese a haberlos, porque lo fácil es decirlo, y lo difícil, prácticamente imposible, por desgracia, es hacerlo.

Pasaron las horas y con ellas las aburridas e interminables explicaciones de los profesores. Estuve evitando a Gerard todo el día, lo cual no fue nada fácil. Cuando sonó la última campanada que indicaba el fin de la jornada escolar me fui a la habitación a cambiarme de ropa.

Cerré la puerta al entrar. Abrí el armario y cogí una camiseta de Decaydance negra y me puse una sudadera del mismo color de Jack Skellington, ya que había empeorado el temporal.

"Don´t wanna be an american idiot" Canté mientras sonaba el móvil.

-¿Diga?
-Frank, ¿dónde estás?
-Estoy de camino.
-Vale.
-Te veo en cinco minutos.

Me guardé el móvil, el tabaco, el dinero y las llaves en el bolsillo de la sudadera y me fui.

Caminé y llegué al café en los cinco minutos prometidos.

-Perdona, me entretuve un poco.
-Hmmm... No pasa nada.
-Gracias.- Susurré mientras me sentaba en la mesa.
-He pedido un batido de vainilla, ¿tú qué quieres?- Dijo haciéndole señas a la camarera para que se acercara a tomar nota del pedido.
-Hola, ¿qué vas a tomar?- Dijo en un tono amable mientras tachaba cosas de la libreta para después alzar la cabeza.
-¿Tú eres la amiga de...?
-¡Frank!, anda, ¿qué tal?- Me levanté y nos dimos dos besos.- Sigo siendo Sara, a ver si te acuerdas alguna vez.- Rió.
-Perdona.- Dije algo avergonzado.- Bueno, pues otro de vaiilla para mi, por favor.
-Mmm... Vainilla...- Dijo mirando al techo.- Enseguida os lo traigo.- Dijo alejándose.
-¿Quién es?
-La amiga de mi ex-novia.
-Aooummmm... Hablando de novios, novias y etc., ¿qué tal con Gerard?
-Emmm...- Balbuceé rascándome la nuca con el dedo meñique de la mano derecha.- Fatal.

Se quedó en silencio esperando el por qué con las cejas enarcadas, preguntándolo con la mirada.

-Encontré un condón usado en su cazadora.
-Aaww... lo siento tanto...- Se levantó con el y me abrazó.

Llegaron los batidos y ella cogió el suyo y me dijo que se iba, ya que llegaba tarde a Skeleton Crew Records.
Decidí volver al colegio, rezándole a Kurt Cobain para no encontrarme con Gerard. Desgraciadamente mis plegarias no fueron escuchadas.

-¡Frank!

Salí corriendo hacia mi moto y me conduje sin pensar a dónde iba.
En media hora llegué a una casa y me bajé de la moto, cegado por la luz del porche.
"¿¡Porqué cojones he venido aquí!?"
Me volvía a montar en el vehículo para irme cuando la puerta de aquel hogar se abrió.
Una mujer de mirada perdida y expresión perpleja y triste tartamudeó hasta finalmente preguntar: ¿Frank?

lunes, 12 de septiembre de 2011

Capítulo 21: You´re just a sad song

Corría por los interminables pasillos mientras mis pies marcaban un ritmo sordo acompasado por mi respiración. Corría, y no paraba. Solo pretendía correr, tan rápido como me fuera posible, hasta la mitad de ninguna parte.

Llegué al aparcamiento y me monté en la moto. Conduje sin rumbo fijo durante horas. Había anochecido cuando llegué a un bosque del que provenía música, y no sonaba nada mal.

Me adentré entre los árboles siguiendo el sonido de la música. Cerré los ojos, a medida que caminaba. De repente choqué, provocando un instantáneo corte de respiración que hizo que abriera los ojos.

-¡Oh!, perdona. Lo siento, ¿estás bien ?
-Sí, si, tranquila, no pasa nada.

Era una chica, de estatura y peso medios. Tenía el pelo a capas, cardado y un flequillo con picos. Su cabello era azul eléctrico y azul cielo. Llevaba los ojos decorados con delineador negro grueso y sombra de ojos roja, como la que yo usaba de vez en cuando. Llevaba una camiseta de tirantes blanca con el logotipo de los Rolling Stones, una camisa roja, azul marino y blanca desabrochada, unos pantalones blancos medio rotos y manchados de pintura azul y gris y unas "Victoria´s" rojas decoradas con frases. Reparé en su cara. Estaba agujereada en el lado izquierdo del labio inferior, el lado derecho de la nariz y también tenía unas dilataciones de ocho o diez milímetros, como las mías. A parte de los piercings, también me di cuenta de que era japonesa y llevaba tatuada su antigua bandera en la clavícula.

-Marina, pero puedes llamarme Sky.
-Encantado.- Dije extendiendo la mano.- Yo soy Frank, pero puedes llamarme Frankie.
-Igualmente.- Dijo estrechándome la mano.
-¿A qué grupo has venido a ver, especialmente?
-A ninguno. No sabía que había un festival.
-¿Cómo es posible que no supieses que venían a tocar The Misfits? Es de lo único que se habla en New Jersey.
-¡¿The Misfits?! Son mi grupo favorito.
-Huy, que no se entere Glenn Danzig...
-Por favor.- Reí.
-Frank... Yo... Hoy tenía una cita, pero me han dejado tirada, y, bueno, tengo dos entradas, así que... Si quieres es tuya.
-¿En serio? Muchas gracias. ¿Cuánto te debo?- Dije sacando la cartera.
-Nada, solo que me acompañes, que estoy forever alone.
-Trato hecho.
-¿Eres menor?
-Sí, ¿por qué?
-Tienes que entrar acompañado de un mayor.
-¿Tú, por ejemplo?
-No, yo no, pero tengo esto para echarnos una mano.- Dijo enseñándome un carnet de identidad falso.

Nos dirigimos a la cola y esperamos hasta que nos pidieron los carnets y las entradas. El guardaespaldas rompió la línea de puntos dibujada en las entradas y luego miró al carnet detenidamente.

-¿Marina Delgado?
-Sí.- Contestó ella. A diferencia de a mi, se la veía muy relajada.
-Pasad. Que disfrutéis del concierto.
-Gracias.
-¿Cómo podías estar tan relajada?- Dije una vez que ya estábamos dentro del recinto.
-Me cuelo en conciertos a menudo, ya es como coser y cantar.

Nos dirigimos en silencio hasta el pie del escenario donde actuaban otro grupo, creo que se llamaban Astro Zombies. Irónico, había una canción de The Misfits llamada así.
Unos veinte minutos después terminaron de tocar y era hora de dejar paso a los Grandes.
El escenario se iluminó. El público aplaudió y gritó con todas sus fuerzas, aclamando a los dioses del horror punk.

-Buenas noches, New Jersey.- El público gritó con más fuerza.

Sentía una emoción y un éxtasis jamás vividos anteriormente. Ahí estaba yo, viendo a mi banda favorita, en segunda fila, con una chica majísima y gratis. Ahora haber encontrado el condón y haber huido por ello merece la pena.

Comenzaron tocando "Die, die, my darling", "Dig up her bones", "Hate the living, love the dead", "Astro zombies", "Saturday night", "Scream"... No cantábamos, simplemente gritábamos todo lo alto que podíamos la letra de las canciones de nuestro grupo favorito. Terminaron su maravillosa actuación con una versión extendida de la canción "American Psycho", una de mis favoritas.

-¿Te ha gustado?
-A ver, son mi jodida banda favorita, ¿cóo coño no me iba a haber gustado?
-Cierto, perdona, olvidaba ese detalle.
-"¡Qué no se entere Glenn Danzig!"- La imité.

Reímos.

-Bueno, Sky.- Sonrió al ver que la había llamado así.- Me tengo que ir. Ha sido un placer, y muchas gracias.
-De nada, Frankie.

Nos despedimos con dos besos en las mejillas, y, cuando estaba a punto de irme, reparé en algo.

-Oh, casi lo olvido. Dame tu número y así nos vemos otro día, ¿te parece?
-¡Claro!

Una vez que intercambiamos teléfonos me dirigí hacia el colegio . Eran ya las cuatro de la mañana.
Entré sigilosamente a la habitación, intentando no despertar a Ray cuando sonó mi móvil. "¡Oh, mierda!" Pensé. Me metí en el baño para que Ray no me oyese hablar y pudiera seguir durmiendo.

-¿Hola?
-Frank.
-¡Joder, Fátima! ¡¿Eres gilipollas, o peinas setas?!
-Estoy en Japón.
-¿Y se supone que eso cambia algo al respecto de tu inexistente inteligencia?
-No voy a volver.
-Pues bien.- Colgué el teléfono. La verdad, hacía tiempo que estaba harto de ella, me alegraba no verla más.


Dedicado a Teresa, gracias por la ayuda^^

martes, 30 de agosto de 2011

Capítulo 20: The collision of your kiss that made it so hard

-¡Venga, hombre!- Susurré.
-Frank, se que estáis ahí, me lo dijo Ray.

 Nos pusimos los bóxers y abrí la puerta.

-Ráquel, ¿qué haces aquí?
-Nada, me pasaba por aquí ya que no tuve la oportunidad de decirte en el bar que estuviste genial.- Dijo mientras acariciaba la cazadora de cuero de Gee de una forma un poco extraña.
-Gracias, Ráquel, en serio, pero, es que ahora no puedo hablar...
-Oh, lo ibais a hacer... Lo siento, ya me voy. Que lleguéis al orgasmo.
-Gracias... supongo.- Dije.

Me sonrojé y cuando se hubo ido cerré la puerta con llave y la dejé puesta en la cerradura para que ni Ray pudiera abrir y pillarnos de nuevo como aquella vez en la ducha. Me llevé las manos a la cara avergonzado al recordar aquella escena.

-¿Por dónde íbamos?- Dije quitándome los calzoncillos.
-Por aquí.- Dijo besándome y quitándose él los suyos.

Le empujé hacia la cama, poniéndole a cuatro patas sobre ésta, introduciéndole mi pene mientras sus gemidos pasaban a ser aullidos debido a la rapidez de mis movimientos.

-Más rápido...

Atendí su petición encantado, haciéndole gritar, practicamente.

-Vale, lo dejo ya porque con esos gritos nos pillan de canteo.
-No, no lo dejes...- Dijo él con cara de cordero degollado, aún sin aliento.
-Sí.- Dije besándolo y haciéndole de rabiar.
-¿Ah, sí?

Bajó por mi cuerpo, repartiendo besos simultáneos por éste hasta que mi miembro se encontró dentro de su perfecta boca.

-Gerard...- Suspiré. Mi cara se contrajo hasta formar una mueca de placer.

Acaricié su pelo y luego lo agarré, curvando la espalda mientras gemía y de vez en cuando decía su nombre entre mis gemidos.

Su lengua rozaba mi miembro, como un beso francés, y, a continuación, volvía a introducirlo en su boca, haciéndome volar.

Comencé a subir y bajar la cadera y a mover su cabeza de la misma forma. Cada vez más rápido, hasta que lo eché todo. En su boca. Pero, no pareció importarle, porque siguió, siguió y siguió, sin importarle cuánto semen tendría que tragar.

-Me toca...- Dije sin aliento.

Miré abajo antes de meterme su pene en mi boca. Me di cuenta de dos cosas, la primera, él también se estaba corriendo, y más que yo. Y, la segunda, que a Gerard le había crecido el pene.

Lo primero que hice fue lamer todo el semen que envolvía su pene, ya que si no se me quedaría todo en la cara. Después, lo introduje lentamente en mi boca, haciendo que Gerard se corriera más.

-¡Cuánto te he echado de menos a tí y a tus mamadas!- Dijo Gee con dificultad.

Pasé mi lengua, pero sin sacármelo de la boca, sensualmente por su órgano haciéndole saber que yo también.

Unos veinte minutos después me quedé tumbado a su lado y nos dormimos abrazados, pero me tuve que despertar para abrir a Ray.

-Em, Frank... Estás desnudo.
-Y dormido, y me da igual, hay confianza.
-Tratarére no hacer ruido, vuelve a la cama.

Hice lo que me dijo y sin esfuerzo alguno me quedé dormido, como un bebé.

Me despertó un beso en los labios y abrí los ojos para contemplar los de Gerard.

-Hola...- Dije en un susurro, estirándome mientras acariciaba su rostro.
-¿Qué tal has dormido?
-Genial, ¿y tú?
-Genial.

Me levanté a la ducha y después de lavarme salí como entré; desnudo a la habitación para vestirme. Gerard me dio una palmada en el culo y luego me abrazó por detrás, mordiéndome el lóbulo de la oreja, provocándome una erección, ya que aquella era una de las cosas que más me ponían y sin duda era mi punto débil.

-Me voy a duchar yo.

Cuando Gerard y yo ya estábamos vestidos, él entró un momento al baño y me pidió que cogiera su cazadora y le esperara un segundo. Hice lo que me dijo y cuando la cogí un condón usado calló al suelo.
Lo recogí y lo miré apenado mientras las lágrimas comenzaban a caer. Guardé el condón en mi bolsillo, tiré la cazadora y salí corriendo de allí.

viernes, 26 de agosto de 2011

Capítulo 19: Kiss me you animal

El sabor de su saliva y las lágrimas saladas que se colaban en nuestras bocas se fundían en mis papilas gustativas. Se separó unos centímetros, los suficientes como para hablar, pero rozando mis labios con los suyos al hacerlo, como solíamos hacer antes.

-Y mejor y más fuerte que nunca.- Dijo y selló mis labios con un suave beso para después coger mi mano y bajarme del escenario.

Nos dirigimos a la puerta del "camerino", si es que se le podía llamar así y María me agarró del hombro empujándome hacia dentro de este.

-Me le llevo un momentito, ¿vale Gerard?
-Claro.

Nos adentramos en la sala y pude ver esa estúpida, pero inusual, sonrisa  en su cara. Aun que fuese muy pesada a veces, siempre que ponía esa cara, me alegraba ver felicidad en su rostro, y aún mucho más que esa alegría fuera por mí. Ella había pasado por tanta mierda en su vida...

-Con que tú y Gerard, ¿eh?
- Sí...- Sonreí tímidamente.
-Hey, no te avergüences, no hay nada malo en ser bisexual.
-Lo sé.- Reí.
-Bueno, Frankie, me tengo que ir.- Me abrazó, besó mi mejilla y la correspondí.
-Pásalo bien, a dóndequiera que vayas.
-Gracias, tío.

Salí del camerino unos cinco minutos después de la charla con Meer en busca de Gee, pero en su lugar encontré a un señor trajeado, que, casualmente, a su vez, me buscaba a mí.

-¿Frank, verdad?- Asentí y siguió hablando. Su forma de hablar me recordaba a un locutor de radio, enérgico.- Encantado, soy Jerry, mánager. Os he visto actuar y me ha encantado. Resumiendo, aquí está mi tarjeta. Quiero ofreceros un contrato y una gira. Llamarme cuando os decidáis.

Se dio la vuelta y se fue sin decir una palabra. Fui a buscar a Gerard para ir a mi habitación. Sí, lo sé, pero, tío, llevábamos décadas sin hacerlo...

-Gerard, aquí estás... ¿Vamos a mi habitación?- Me miró pícaramente, creo que había descubierto mis intenciones.
-Claro...

Me cogió de la mano y nos dirigimos al autobús. Se sentó en frente mío mientras yo miraba embobado sus ojazos, su imagen, feliz de tenerle a mi lado, y una mueca de lo que podría ser una sonrisa se asoma en mis labios, quizá sea de pensar que eres mío, al igual que yo soy tuyo.
"¿Cuál es el poder que tiene sobre mí?" Me pregunté. "No lo sé, y estoy practicamente seguro de que jamás lo sabré. Simplemente no puedo estar triste cuando contemplo tus perfectas fracciones. Y, a veces, debo confesar que te odio por ello. Es tan injusto... A veces necesito estar triste, ¿sabes? Es parte de todo aprendizaje, y, sin embargo, estás tú ahí, impidiéndomelo, dentro de mi ser, sonriéndome con esa dulzura  que solo he visto en una persona; tú. Esa dulzura, la que te hace único, la que me hace olvidar por un segundo, aun que sólo sea uno, que tengo una vida y que esta apesta. Eres como una droga ¿Sabes por qué lo eres?
Porque me haces pensar que todo está bien cuando nada lo está"

-¿Qué piensas, Frank?.- Me interrumpió y el autobús se detuvo.
-Nada, cielo, vamos.- Dije depositando un corto y suave beso en sus labios.

Nos subimos a mi habitación. Me besó. Miré sus ojos. Supongo que nunca entenderé por qué me gustaba tanto mirar ese intenso verde, o la curvatura en sus labios rosados que se formaba cuando Gerard sonreía. Sentía como si el mundo fuera a acabarse cuando nuestras miradas chocaban, haciéndome sentir mariposas revoloteando en mi estómago, llevándome muy lejos. Y supongo que, era mucho peor cuando sus labios se juntaban con los míos. Era como si sacase toda la mierda que hay en mí, como si todo lo malo se acabara, como si cayera en picado desde gran altura de un salto, era adrenalina pura y yo, yo la disfrutaba con cada célula de mi ser. Gemí dentro del beso al sentir como si espalda daba contra la pared y yo me agarraba a él rodeando su cintura con mis piernas mientras me sostenía en el aire, haciéndome sentir como si volara. Sentía su dientes besando cada parte de mi rostro, mi cuello, sus manos luchando por sacarme la ropa, prenda, por prenda, lentamente. Mi cuerpo respondiendo al suyo, como una coreografía del más pasional de los bailes. Era lo mismo de siempre, pero al mismo tiempo, era como una primera vez que esas manos tocaban mi cuerpo, la primera vez que me elevaba al cielo y tocaba las estrellas de lleno con la palma de las manos.

Nos movimos hasta que quede encima suyo en la cama. Ambos desnudos ya comenzamos a repartir cortos besos en los cuerpos del otro hasta que Gerard llegó a mi miembro.

-Chicos, ¿estáis ahí dentro?

miércoles, 17 de agosto de 2011

Capítulo 18: I'm OK

Llaman a la puerta.

"¡¿Qué coño ha pasado?!" Miré la mesilla y vi botes con pastillas. 
"Mierda..." Hacía tiempo que no las tomaba, pero, por lo visto, había vuelto a caer en la tentación.

Me puse en pie y me dirigí a la entrada para abrir a quiénquiera que estaba llamando.
Era María. Creo recordar haberle dado la dirección y pedirla que se pasara.

-Frank, ¿qué te ha pasado?
-Esto...
-Pastillas, otra vez... Ai, Frank. ¿Cuándo cambiarás?
-María, puedo dejarlo cuando quiera, es más, hacía meses que no las tomaba.
-Bueno, ¿tus amigos están conscientes?
-Espero... Ray, Alba.- Dije mientras les sacudía lentamente.
-Tío...- Dijo Ray alargando los sonidos.- ¿Qué te has hecho? Estás borroso.
-Y tú drogadísimo.
-Bah, me gustaba más el Frank de antes,- *Hip*- ya sabes, el Frank "no-borroso".
-Si, Ray.

María se agachó junto a mi. Traía un vaso de agua en la mano y lo lanzó en la cara de Ray.

-¿Tú eres María?- Dijo Alba. La costaba mantenerse en pie, pero podía hablar.
-Si, encantada.
-Igualmente.
-Tengo buenas noticias.- Dijo ella dirigiéndose hacia a mí, más que a nadie.
-Pues cuenta.- Dije sonriendo.
-Yo hasta hace dos semanas tenía un grupo, pero nos disolvimos. Había un local, en la esquina del parque de Hudston, donde solíamos actuar todas las noches. El dueño era mi amigo y nos contrataba y eso. Cuando se enteró de que ya no habría más Electric Nightmare, así se llamaba la banda, se decepcionó mucho, pero cuando le dije que me había unido a otra no dudó en contratarnos.
-¿En serio?

María me puso su no habitual sonrisa de felicidad al extremo y asintió. Extendí los brazos y ella me devolvió el gesto, permitiendo que la diera un abrazo de agradecimiento. Nuestros abrazos eran tan especiales... Empezabas y decías: "Vale, ya" Pero no podías parar aquel abrazo, era demasiado fuerte. Empecé a recordar viejos tiempos con ella, el sabor de sus labios, el olor de su pelo... Fue una relación muy bonita y me alegro de que haya acabado en amistad. algo es algo.

-Y... Actuamos esta noche.
-Perfecto, solo necesitamos un nombre y aprendernos algunas canciones. Yo ya me las se, ¿creeis que podreis?
-Yo, al menos, sí.- Dijo Meer.
-Y yo.
-Yo también.- Dijo Ray. comenzaba a recuperarse.
-Vale, yo mientras iré preparando una "playlist" y un nombre.

Todos nos pusimos manos a la obra y tras un par de horas yo ya lo tenía.

-A ver, parad un momento. Estás son las que vamos a tocar.

Le tendí un papel en el que ponían los títulos de 12 canciones.

"-Lloyd dobbler.
-Fat and alone.
-I don't love you.
-The secret goldfish.
-Heroine slow.
-Trying to scape the inevitable.
-P.S. don't write.
-Yesterday.
-10 rings.
-Demolition Lovers.
-Early sunsets over Monroeville.
-It's not over."

-¿Y el nombre?
-Blood Fundation...
-Me encanta.- Dijeron todos.
-Me alegro. Voy a ver a Fátima, adiós.

Me dirigí al hospital, donde ya me conocían y entre "buenos días doctor/a noséquién" llegué a la habitación de Fátima. Estaba sentada en la cama comiendo, con el brazo escayolado.

-Hey.
-Frank.
-¿Qué tal?
-Bueno, bien porque me dan el alta hoy. Mal porque no podré volver a tocar en mi vida.
-Ya... Nos lo dijeron y te buscamos sustituta. Ella nos ha conseguido poder tocar hoy en un bar. Y ya que te dan el alta podrás venir.
-Genial, luego envíame un SMS con la dirección y te haré una perdida cuando salga para allá, que tengo clase con Mikey.
-Hablando de los Way... ¿Te canto lo que compuse inspirándome en Gerard?
-Adelante.- Se veía que se temía lo peor.  "Chica lista e intuitiva" Pensé.

Después de cantarle canciones de amor, rabia, odio y pena me miró a los ojos.

-Eres bipolar... Pero molan. 
-¿Te ayudo a recoger?
-No, yo hasta las cinco no me voy. 
-Vale, pues yo me piro, adiós.
-Chao.

Volví junto con María, Ray y Alba.
Justo cuando entraba por la puerta comenzó a sonar mi teléfono.

-¿Diga?
-Frank, soy Raquel.
-Ah, hola, Raquel.
-Eh, hola... ¿Olle, haces algo esta noche?
-Voy a tocar con la banda en un bar, ve si quieres.
-Genial, me pasas la dirección.
-No lo dudes. Bueno, me voy, adiós.

-¿Qué tal os va con eso chicos?
-Solo nos falta 10 rings.
-¿Solo? Muy bien. Cuando esté me avisais y les damos un repaso a todas.

Envié un mensaje a todos los que quería presentes allí aquella noche.
Fui a marcar el teléfono de Lili cuando mis ojos pasaron por un nombre. "Linda" Quise romper el teléfono. Linda era mi madre. Mi padre la pegaba y nunca me defendía cuando él hacía lo mismo conmigo. por eso me escapé de casa con diez años.

-Frank, ya estamos.

Me dirigí junto a ellos y comenzamos a tocar. Sonábamos de fábula. Sentía, por una vez, que esto sería el comienzo de algo grande.

(NARRA FÁTIMA)

Llamé a la puerta de los Way. Me abrió Gerard.

-Pasa.- Dijo susurrando.- Ahora le digo a Mikey y a Ángela que se despierten. Ayer tuvieron... tema.- Dijo melancólicamente.
-Tú echas mucho de menos a Frank.
-¿En serio?- Dijo sarcásticamente.
-Sí y él a tí. Ha compuesto mil y una canciones sobre tí una de odio pero las otras de dolor... Las va a tocar esta noche y tú y yo estaremos allí.

(NARRA FRANK)

-Ya es hora, chicos. Me voy a casa a arreglarme. Quedamos allí en media hora.

Ray y yo salimos de la casa y nos dirigimos a nuestra habitación en la residencia.

Rebusqué en mi armario y me puse una camiseta roja en la que se leía Homophobia is GAY, unos vaqueros 80% roto, 20% tela y unas converse negras. Me puse un poco de delineador negro en los ojos y me peiné.
Cogí a Pansy y me dirigí a la puerta.

-Vamos, Ray, que antes de llegar necesito comprar tabaco. 
-Te quedan ocho cigarrillos.- Dijo mirando el interior de una cajetilla que tenía en la mesilla de moche.
-Necesito más.

Nos dirigimos a la puerta y nos fuimos hasta el bar a pie. Paramos en un estanco para comprar el tabaco que necesitaba y continuamos el trayecto mientras yo fumaba.

-¿Me das uno?
-Claro.- Dije mientras encendía el cigarrino que Ray se había metido a la boca.

Cuando hube terminado mi decimosexto cigarrillo llegaron Alba y María riendo. Meer era una persona sociable, no era raro verla así con alguien en tan poco tiempo.

-Frank, esta mierda es mala para tí.- Dijo quitándome la cajetilla y rompiendo en cigarro que sostenían mis labios mientras lo saboreaban.
-Olle...

Ella siempre tan protectora con su Frankie...

- Ni oigo ni leches, sal al escenario que tocamos ya.

Hice lo que me decía, estaba nervioso, pero aun así lo hice. Había mucha gente, la mayoría conocidos, lo cual me tranquilizó bastante y me dio la fuerza que necesitaba para lanzarme.

-Hola a todos. Somos "Blood Fundation" y acabamos de empezar, esperamos que os guste. A los coros y a la guitarra, mi amigo y compañero de habitación y escuela, Ray Toro.- Hubo un educado aplauso por cada nombre.- También a los coros y al bajo mi otra amiga y exnovia María.- María hizo una corta demostración de su habilidad con el instrumento.- Y a la batería mi otra amiga Alba.- Ella también hizo una demostración.- Esta canción se llama "Lloyd dobbler" 

"Why are you so far away... Even when you're standing next to me?" 

Mientras cantaba y tocaba con el corazón en una mano vi a Fátima entrar con Gerard. Me puse un poco nervioso, pero aun así seguí tocando, haciendo inútiles intentos de no mirar a Gerard, pero era difícil ya que él no me quitaba el ojo de encima.

Cuando ya íbamos a tocar la última, Gerard y Fátima se fueron, aunque Fátima, a diferencia del pelirrojo, regresó.

-Esta es la última canción de la noche.- Se olló un "jo..." del público.- Se llama "It's not over" y lleva consigo todo mi corazón.

Para cuando pronuncié el último "It's not over" acompañado de un acorde de guitarra las lágrimas corrían por mis mejillas.

-Claro que no ha acabado. Esto sólo ha comenzado.
 
Me giré y pude ver la cara de Gerard aproximándose hasta besar mis labios con total ternura, cogiendo mi cara entre sus manos mientras yo me aferraba a su cintura y nuestras lenguas se entelazaban, jugando mientras ambos llorábamos, fundiéndome en la sensación de éxtasis equivalente al nirvana, a un orgasmo... No importa a qué, simplemente se que consiguió curar mi corazón hecho añicos.

viernes, 12 de agosto de 2011

Capítulo 17: We´ll, then, one day be together

-Hey, Frank. Dúchate, vístete y vámonos que ya he quedado con Fátima en su casa dentro de media hora.- Me despertó la voz de Ray.

Me dirigí sin una palabra al cuarto de baño y me duché con nostalgia de la escenita sucedida allí dentro. Venían irremediables imágenes a mi cabeza. Cuando hube terminado, me puse una sudadera negra de Skeleton Crew, unos vaqueros, cómo no, rotos y unas Etnies blancas y azules.

"A Gerard le encantan las sudaderas" Pensé.

Dios, le tenía que pedir perdón... Aun que la verdad, no sé por qué tendría que hacerlo. Dije la verdad, y nada más que la verdad: Yo no quiero a Gerard, yo AMO a Gerard. Y ese subnormal debería saberlo ya.

Salí del cuarto de baño, cogí dinero, a Pansy y mi carpeta roja y Ray y yo nos dirigimos al metro.

-¿Traes material nuevo?-Me preguntó Ray con una sonrisa de niño bueno en la cara.
-Bueno, he estado componiendo unas cuantas canciones... Nada bueno, ya sabes, como siempre...
-No digas eso, tío. Tienes talento, no te menosprecies.-Me dijo Ray y automaticamente me sonrojé.

Pasamos el resto del trayecto en silencio hasta que llegamos a casa de Fátima. Nos salimos del metro y nos dirigimos al punto de encuentro. Ray iba muy emocionado, y se le notaba bastante, pero al llegar a la puerta, esa emoción desapareció de su rostro por completo. Había una ambulancia  y estaban subiendo a Fátima en una camilla a ella.

-¿¡Qué coño está pasando aquí!? ¡Fátima!
-Perdió el conocimiento y se rompió la muñeca, pero no es nada, tranquilo, en seguida estará como nueva.

La forma en la que me dijo aquello me tranquilizó lo suficiente como para poder entrar a la casa y empezar a hablar de que necesitábamos un nuevo bajista. Ray y yo cruzamos el umbral y nos encontramos con Alba.

-Estará bien.-Nos dijo ella antes de que preguntáramos.-Necesitamos una nueva bajista, chicos. Ah, por cierto, Ray, encantada, yo soy Alba.
-Igualmente, Alba.
-Mi ex novia tocaba el bajo-Dije acordandome de María.
-¿Y a qué estás esperando? ¡Llámala!-Me dijo Ray.
-¡Vale, vale! ¡Pero no me comas!

Saqué el teléfono de mi bolsillo y busqué el teléfono de la chica.

-¿Hola?
-¿Meer?
-¿Frank? ¿Frank Iero?
-El mismo.
-Dios, cuánto tiempo, ¿Qué es de tu vida?
-Nada interesante, ¿y tú?
-Nada, lo mismo...
-Oye Meer, tú tocabas el bajo, ¿no?
-Sí ¿Por qué?
-Nada, porque tengo un grupo y necesitamos una bajista. ¿Te quieres unir?
-Sí, perfecto, sería genial.
-Bueno Meer, pues ya te llamaré y quedamos. Un beso.
-Un beso, adiós.

Volví junto a Ray y Alba.

-Hey, Frank, Ray dice que tienes nuevo material. ¡Muéstralos!
Saqué las partituras y letras de mi carpeta y se las tendí.
-Tengo algunas viejas como Demolition Lovers o Early Sunsets Over Monroeville y luego otras como Fat and Alone, The Secret Goldfish,  Lloyd Dobbler, Lips of an Angel, Ten Rings... La más reciente que he compuesto es It's not Over
-Oh, eso suena bonita, tócala.

Saqué a Pansy de su funda y la afiné un poco para tocar la petición de Alba.

My tears run down like razorblades
And no, I'm not the one to blame
It's you ' or is it me?
And all the words we never say
Come out and now we're all ashamed
And there's no sense in playing games
When you've done all you can do

But now it's over, it's over, why is it over?
We had the chance to make it
Now it's over, it's over, it can't be over
I wish that I could take it back
But it's over

I lose myself in all these fights
I lose my sense of wrong and right
I cry, I cry
It's shaking from the pain that's in my head
I just wanna crawl into my bed
And throw away the life I led
But I won't let it die, but I won't let it die

But now it's over, it's over, why is it over?
We had the chance to make it
Now it's over, it's over, it can't be over
I wish that I could take it back

I'm falling apart, I'm falling apart
Don't say this won't last forever
You're breaking my heart, you're breaking my heart
Don't tell me that we will never be together
We could be, over and over
We could be, forever

I'm falling apart, I'm falling apart
Don't say this won't last forever
You're breaking my heart, you're breaking my heart
Don't tell me that we will never be together
We could be, over and over
We could be, forever

It's not over, it's not over, it's never over
Unless you let it take you
It's not over, it's not over, it's not over
Unless you let it break you
It's not over
-¡Hostia Frank! ¡Es jodidamente preciosa!
-Gracias...-Me ruboricé
Ray me dedicó una mirada de complicidad. Y luego preguntó:
-¿Va dedicada a alguien, Frank?
-No sé..
-¿Quizás alguien con el pelo rojo con el que has compartido momentos intimos?
-Pues...
-Tenéis que solucionarlo ya, tío.
-Ya, pero es que no puedo.
-Bueno, Frank, eso sólo depende de vosotros.

(NARRA GERARD)

-¡Hala! ¿Tú también dices eso?
-Ya ves que sí-Rió.

Sentía que Sarii y yo conectabamos. Quizá algo no tan fuerte como amor, pero sí amistad.

Terminamos de cenar y nos dirigimos a dar un paseo al parque. Cuando llegamos a la entrada de éste, Mikey y Angy nos dejaron solos.

-Sara...
-Sarii.
-Perdón, Sarii. ¿Te puedo decir algo?
-Claro.
-Pero no te lo tomes a mal ni nada.
-No, dime.
-Yo... Quiero que sólo seamos amigos, ¿vale?
-Claro, no pasa nada, lo entiendo, te gusta Frank y eso...-"No me extraña" Susurró.
-No me malinterpretes. Tú eres simpática y una chica preciosa, el sueño de cualquiera, pero... Frank me gusta mucho y olvidarle no es tarea fácil.
.Ya, el pequeñín se te mete muy adentro, la verdad, y eso te lo dice "la amiga de la novia", así que para ti debe de ser...
-Sí... ¿Seguro que está bien?
-Obvio-Dijo y me abrazó.

*Bip bip*

Sara miró su teléfono.

-Hey, adivina qué.
-¿Qué?
-Meer... digo, María se acaba de unir al grupo de Frank porque a una tal Fátima se le ha roto una muñeca.
-María la ex de...-Aquello me jodió. Mi novio y su ex...
-Hey, tranqui-Rió-Eies... digo, María, joder, no es amenaza. Tiene novio y no se interpondría en ninguna relación. Es una buena amiga.
-Eso me tranquiliza... ¿Conozco a su chico?
-No sé, quizá. ¿Te suena Ian Somerhalder?
-Va a mi clase de mates.
-¿En serio?
-Sí, pero apenas he hablado con él.
-Joder, antes era la amiga de la novia y ahora seré la amiga del novio, nunca me libraré de ese mote.
-Pidele a la ex que te preste uno, que ya veo que le sobran.
-Sí, podría-Soltó una carcajada

----------------------------------
Hahá soy Sarii :3
Meer... digooo María (LOOOOL XDD) no pudo subir, la han castigado o algo así XDXDXDXD
Achí que creo que este es el último en un tiempo ._.
Bueno, Nyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan :D